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JOSE SBATTELLA, TITULAR DE LA UIF, DESCRIBE COMO EL SISTEMA FINANCIERO “FUGA Y ADMINISTRA” LOS FONDOS EVADIDOS “Lo que se fuga no pasa en valija por las fronteras”

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Por Raúl Dellatorre
La revelación de la existencia de cuentas de argentinos en el exterior no declaradas en el país dejó a la vista la punta del ovillo de los mecanismos de ocultamiento, fuga y evasión, todos ellos bajo responsabilidad del sistema bancario. José Sbattella, titular de la Unidad de Información Financiera, detalló en una entrevista con Página/12 cómo funcionan estos mecanismos y el riesgo de que pudieran ser utilizados también para lavar dinero proveniente de delitos más graves. El vínculo entre los operadores financieros “legales” y las cuevas, los antecedentes de estos mismos bancos en el exterior y el ocultamiento de información incluso con un incendio intencional.
–La comisión bicameral que analiza el tema tomó el caso HSBC como disparador. ¿Usted sostiene que hay otros antecedentes igualmente válidos para verificar si hay un modo de operación sistematizado de los bancos para evadir?
–La misma metodología apareció en la causa del JP Morgan, la más importante en cuanto a que hay un testigo que se autoimputa, el gerente para América latina de la corporación. Por un conflicto con su empleador, hace una denuncia en Argentina. Se autoinculpa como organizador de la evasión y lavado de dinero. Hernán Arbizu, de él se trata, es el que encubre el lavado de activos y los clientes son los que usufructúan el armado que hace JP Morgan para poder hacer la evasión. Pero además hay toda una serie de otros servicios que presta el banco, que son administración de bienes familiares y de herencia. Esa plataforma, que es la de las cuevas mundiales –no son los arbolitos de la calle Florida–, es una estructura que busca como cliente a “la crema” de las dirigencias de cada región. Fíjese que el “target” que tenían en Argentina, el nivel de clientes que atendían, era de 25 millones de dólares para arriba. Los nombres de los clientes que aparecen en la autodenuncia de Arbizu se repiten en las otras causas.
Después, está la causa del BNP Paribas, que se deriva de la investigación sobre la efedrina (la causa por contrabando de esa droga que saltó después del Triple Crimen de General Rodríguez). En los allanamientos en una de las farmacias aparece la dirección donde estaría depositado el dinero de esa empresa. En ese mismo momento, se le ordena al comisario al mando ir a esa dirección. El mismo, figura en las actas, dice “acá hay un banco, pero no existe el piso 14, tiene 13”. No aparecía en la pizarra de entrada, pero existía ese piso, y era la cueva del BNP Paribas, que allí hacía la misma operatoria del JP Morgan. Básicamente, consistía en recibir de los clientes el dinero y transferir sin registros, por lo menos mostrables, a un paraíso fiscal o al país en el que tuviera otra cuenta. Aunque con demora, porque varios jueces se fueron excusando, en esta causa aparecieron avances. Y ya se está llamando a indagatoria a directivos del banco, que están declarando desde Francia por teleconferencia.
Y la última de las causas importantes es la aparición de la lista de 4040 nombres vinculados con el HSBC Suiza. Lo interesente aquí es que el tema está siendo investigado también en otros países con sanciones y recuperación del dinero. La metodología es la misma que las anteriores, se le garantiza la administración de los bienes, que lo pueden sacar y depositar fuera del país, y también pueden traerlo en lo que se llama “back to back”, como autopréstamos, de manera que lo que sacan evadiendo o por otro delito, vuelve como un préstamo lícito del exterior.
–¿Por qué menciona lo de “otro delito”, aparte de evasión?
–Porque aquí la lógica, en primera instancia, indicaría que se trata de maniobras de evasión impositiva, pero al ser tan oscura la operación, tranquilamente tanto de ida como de vuelta puede haber dinero sucio de cualquier origen. El peligro de las cuevas es que el dinero del narcotráfico, u otro ilícito, se puede manejar de la misma forma. La masa de dinero que sale del país no pasa en valija por las fronteras, sino que hoy sale por operaciones armadas por los mismos bancos. ¿Se entiende? Ya no es necesario esconderse, y lo más perverso de todo es que los bancos son más confiables para los clientes que quieran hacer todo eso cuanto más procesos y denuncias han tenido y las han sorteado. El currículum de ellos se mide por cuánto han evadido en el mundo.
También implica un premio a las conducciones de estos bancos, se elige los perfiles de las gerencias según estos valores. Si uno ve los antecedentes de la gerencia general del HSBC de Argentina (se refiere a Gabriel Martino), observa que fue previamente tesorero de la filial en México. Estando en ese cargo, el banco pagó una multa de 1900 millones de dólares al reconocer, ante una investigación del Senado de Estados Unidos, haber lavado 7000 millones de dólares para el cartel de la droga de Sinaloa.
Además, el HSBC carga con el agravante de haber participado en el intento de corrida cambiaria de enero de 2014. Está denunciado penalmente por asociación ilícita con otros bancos y con la empresa Shell, en operaciones para hacer subir el dólar. Pero lo que fuimos a decir a la comisión, es que no es sólo una cuestión de este banco.
–La estructura legal actual, con los organismos de control existentes (BCRA, CNV, AFIP, Procelac, UIF), es insuficiente para controlar y castigar este tipo de operaciones?
–Lo que pasa es que, por primera vez, tuvimos una coordinación de los poderes de policía en el trimestre de octubre a diciembre de 2014, que frenó el intento de la segunda corrida del año, junto con política macroeconómica. Pero esto es una de las condiciones que son necesarias pero no suficientes. La condición de poseer el poder de policía coordinado posibilitó golpear a las cuevas, hacer allanamientos, generar toda una disminución de este negocio, con clausuras, cierres, mostrando algo que es muy típico de esto, y es que están asociados la casa de cambio con la cueva. Un agente de Bolsa con la cueva. A veces ambas juntas, casa de cambio y agente de Bolsa, con la cueva. Y a veces cooperativa de crédito y banco con una cueva. Están coordinados operativamente, la casa de cambio o el banco por un lado, y por otro lado lo ilegal. Están comunicados físicamente, de piso a piso, porque generalmente ocupan dos o tres pisos y tienen posibilidades de trabajar al mismo tiempo. Estamos estudiando hasta la logística de ellos, porque tienen departamentos que se pueden comunicar entre sí. Hasta en las inspecciones nos pasa, que se demora la entrada, mientras nos identifican, y todo eso les da un margen de diez, quince minutos, para escapar. Los bancos están obligados a tener salida al espacio público, pero los agentes de Bolsa pueden trabajar en el interior de los edificios. Entonces aparecen esas cuevas con departamentos en dos o tres pisos, con oficinas para comprar y vender, que son cerradas al público en general y les permite eludir una inspección. Ese diciembre mostró que si se coordina, se podía frenar la operación ilegal. El problema que tuvimos, y que sigue latente, es en el proceso judicial posterior para poder terminar decomisando la plata, o cerrando o prohibiendo la actividad de una empresa que comete estos ilícitos. Por la caracterización del delito y el pedido de ampliación de la investigación y demás, si no se actúa con rapidez se dispersa la causa. Esto es lo que le correspondería a la legislación plantearlo, mejorar el procedimiento para que esto tenga sentencia rápida.
–Se sospecha que hay una mayoría de bancos que prestaría este tipo de servicios, con plataformas para girar el dinero al exterior sin ser declarado. De hecho, Arbizu manifestó que salvo los bancos públicos y el Credicoop, todos los bancos de primera línea lo hacían.
–Ojalá que sirva el trabajo de la comisión para poder mostrar esta cuestión como cuestión estructural del sistema. Uno no puede esperar un cambio de conducta si no quedan reguladas y prohibidas determinadas actividades. Y la sanción tiene que ser muy fuerte y no solo administrativa, la más directa es que no sigan trabajando aquí si tienen estos antecedentes.

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Tuvimos una muy buena reunión como siempre, muy cálida, muy cordial, charlando sobre los problemas del mundo, de la región, las cosas que están pasando, su visita de ayer a Sarajevo, su preocupación por lo que considera que está sucediendo una suerte de Tercera Guerra Mundial, tal cual se lo dijo a sus colegas en el avión. Y también preocupado, como estamos todos preocupados, por la paz y también el incentivo que muchas veces hay desde el sector armamentístico, como él lo ha denunciado, para que surjan los conflictos y estos no se solucionen. Así que, bueno, estuvimos repasando un poco todas estas cosas, hablando y, bueno, bien, como siempre. ‪#‎papafrancisco‬ ‪#‎vaticano‬ ‪#‎cristinakirchner‬ ‪#‎roma‬

¿Hay un fusilado que vive? Por Daniel Cecchini

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Por Daniel Cecchini

Hay un fusilado que vive, le dijo alguien a Rodolfo Walsh a fines de 1956, y le cambió la vida para siempre. Y también cambió la historia del periodismo en la Argentina. A Walsh, hasta entonces, el levantamiento fracasado que había encabezado el general Valle contra la dictadura de Aramburu y Rojas le había importado poco o nada. Su único recuerdo –que hubiera preferido olvidar– de la noche del 9 de junio de ese año era la fantasmagórica caminata que lo había llevado desde el bar Rivadavia, donde estaba jugando al ajedrez en el centro de La Plata, hasta su casa, cercana a la Jefatura de Policía que un grupo de insurrectos había intentado tomar sin éxito. En ese camino había oído morir a un soldado que no gritó “Viva la Patria” sino “No me dejen solo hijos de puta” y quería borrarlo de su memoria. “Tengo demasiado para una sola noche. Valle no me interesa. Perón no me interesa, la revolución no me interesa. ¿Puedo volver al ajedrez?”, contará recuperando ese estado de ánimo en el prólogo de Operación Masacre.

Pero entonces, seis meses después del levantamiento, en una charla casual o no frente a un vaso de cerveza, alguien le dirá que hay un fusilado que vive.

“No sé qué es lo que consigue atraerme en esa historia difusa, lejana, erizada de improbabilidades. No sé por qué pido hablar con ese hombre, por qué estoy hablando con Juan Carlos Livraga”, escribirá cuando lo relate. Y quizás, en esa frase, mienta. Tal vez haya intuido que “hay un fusilado que vive” puede ser un comienzo insuperable para una novela. Una frase que es una patada en las pelotas.

Para ese momento Walsh se considera ajedrecista, cuentista, quizás futuro novelista, y de vez en cuando se mete en “otras cosas que hago para ganarme la vida y que llamo periodismo, aunque no es periodismo”. Pero, aunque él mismo no lo crea, Walsh es un periodista.

El periodista por necesidad que es Walsh escucha a su interlocutor –cuya identidad no revelará jamás– y de inmediato transforma su afirmación en una pregunta: ¿Hay un fusilado que vive? Tiene que comprobarlo. Es un momento clave, fundante: en el pasaje de esa afirmación a la pregunta, en la transformación de un supuesto dato en un interrogante y en la consiguiente búsqueda de una respuesta está la piedra angular de lo que luego se llamará periodismo de investigación.

Para decirlo de una vez: Walsh no construye alrededor de un dato confuso, y menos aún comprobado, un artículo plagado de condicionales que bien podría haberse titulado “Habría un fusilado que vive”. En cambio se compromete, se pone a investigar aunque Perón y Valle y la Libertadora le importen un carajo. Rodolfo Walsh es un periodista.

Livraga, el fusilado que vive, tiene un agujero en la cara, producto de uno de los balazos de la noche del fusilamiento. Y le cuenta una historia increíble, la historia de esa noche que comenzó con una reunión en una casa para escuchar un combate de box –y tal vez algo más– y que terminó con una lluvia de balas en un basural. Walsh ve la cara agujereada por la bala, escucha la historia y decide que seguirá adelante, para no sólo contarla a partir del relato de una sola voz sino para poder sostenerla y demostrarla con otros testimonios, informaciones precisas y documentos.

“Así nace aquella investigación, este libro. La larga noche del 9 de junio vuelve sobre mí, por segunda vez me saca de ‘las suaves, tranquilas estaciones’ –escribe Walsh, sin preocuparse por el anatema de la primera persona en el periodismo–. Ahora, durante casi un año no pensaré en otra cosa, abandonaré mi casa y mi trabajo, me llamaré Francisco Freyre, tendré una cédula falsa con ese nombre, un amigo me prestará una casa en el Tigre, durante dos meses viviré en un helado rancho de Merlo, llevaré conmigo un revólver, y a cada momento las figuras del drama volverán obsesivamente: Livraga bañado en sangre caminando por aquel interminable callejón por donde salió de la muerte, y el otro que se salvó con él disparando por el campo entre las balas, y los que se salvaron sin que él supiera, y los que no se salvaron”.

En el transcurso de ese año, Rodolfo Walsh descubrirá las identidades de otros sobrevivientes; descubrirá que son siete: Livraga, Giunta, Di Chiano, Gavino, Troxler, Benavídez y Díaz; logrará entrevistar, no sin extremas dificultades, a muchos de ellos; conseguirá declaraciones de familiares, amigos, vecinos y testigos; elaborará una lista precisa de víctimas; cotejará las declaraciones de jefes policiales con radiogramas y documentos y encontrará contradicciones insalvables en una historia oficial que intentaba encubrir la masacre; buscará y determinará el horario preciso del anuncio de la ley marcial por la radio estatal y demostrará que las detenciones ocurrieron antes de que entrara en vigencia; asistirá a audiencias judiciales; tomará contacto con miembros de la resistencia peronista, incluido “un terrorista”; publicará notas con parte de la información obtenida sin dejar de tirar en ellas nuevos anzuelos para obtener más; reconstruirá minuto a minuto aquella noche en la casa de la reunión, en la comisaría donde fueron llevados los detenidos, en la jefatura de Policía, en los oscuros caminos del conurbano y en el basural de la muerte; determinará cómo y desde dónde les dispararon a los fusilados, también cómo y por dónde pudieron escapar los sobrevivientes; reconstruirá los movimientos posteriores de los que se salvaron y cómo los asesinos intentaron nuevamente secuestrarlos, matarlos o dejarlos morir sin atención médica; seguirá publicando notas y será acosado y amenazado. Hará una crónica primigenia del terrorismo de Estado.

Y entonces pensará en escribir y publicar el libro que cambiará la historia del periodismo argentino e inaugurará un nuevo subgénero, el de periodismo de investigación.

Es importante determinar el momento en que decide hacerlo: “Entonces puedo sentarme, porque ya he hablado con sobrevivientes, viudas, huérfanos, conspiradores, asilados, prófugos, delatores presuntos, héroes anónimos. En el mes de mayo, tengo escrita la mitad de este libro. Otra vez el paseo en busca de alguien que lo publique. Por esa época los hermanos Jacovella han sacado una revista. Hablo con Bruno, después con Tulio. Tulio Jacovella lee el manuscrito, y se ríe, no del manuscrito, sino del lío en que se va a meter, y se mete”, cuenta en el prólogo. La investigación ya está hecha, no hay una sola especulación.

La primera edición de Operación Masacre, publicada por Ediciones Sigla, salió a la calle a fines de 1957. Y fue una explosión.

En la introducción de una de las numerosas reediciones del libro, Osvaldo Bayer, otro gran periodista de investigación, escribirá: “Operación Masacre es el prólogo de la tragedia que vendrá después. Aramburu y Rojas serán el prólogo de Videla y Massera. Rodolfo Walsh se convertirá de testigo en protagonista. Será asesinado a balazos, como sus personajes de José León Suárez. Nuestra sociedad aplaude frenética a nuestros intelectuales que cumplen ochenta años y nos han ayudado tanto a tener siempre prestos el punto final y la obediencia debida. Rodolfo Walsh no existe. Es sólo un personaje de ficción. El mejor personaje de la literatura argentina. Apenas un detective de una novela policial para pobres. Que no va a morir nunca”.

Pero Rodolfo Walsh existió y existe. Y Operación Masacre también.

Es una clase magistral de periodismo. Es mucho más que eso: es un modelo no superado de investigación.

En sus páginas no hay un solo condicional.

07/06/15 Miradas al Sur

Los responsables de la Shoá Por Alejandro Horowicz

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Por Alejandro Horowicz

In memorian Lola Ratajzer, la llorada hermana de mamá, a quien me privaron de conocer.

El 8 de mayo de 1943 cesó toda resistencia en el Gueto de Varsovia. Mordejai Anielewicz, el jefe de la resistencia, disparó contra su compañera, Mira, apuntó después contra su cabeza, desencadenando una seguidilla de suicidios. Ochenta, para ser precisos. La última bala debía garantizar una muerte digna. Un levantamiento armado sin chance militar sólo se propone forjar una llaga fechada, un recordatorio abrumador: señalar a los responsables. Marek Edelman, el único sobreviviente entre los cinco comandantes, sostuvo: "Quizá el drama no existiera. El drama existe cuando puedes tomar alguna decisión, cuando algo depende de ti, y allí todo estaba decidido de antemano."¿Cómo se construye semejante encerrona histórica?

En Yad Vashem, museo que conmemora en Jerusalén la muerte de 6 millones, la foto de Pío XII es exhibida junto a los que nada hicieron. Y ni siquiera la diplomática visita de Benedicto XVI modificó un milímetro la postura del Estado de Israel, de modo que allí se lee: "Cuando fue elegido Papa en 1939, archivó una carta contra el racismo y el antisemitismo que su predecesor había preparado. Aun tras la llegada al Vaticano de informes sobre el asesinato de judíos, el Papa no llevó a cabo ninguna protesta ni verbal ni por escrito. En diciembre de 1942, se abstuvo de firmar una declaración de los aliados que condenaba la exterminación de judíos. Cuando los judíos fueron deportados de Roma a Aushwitz, el Papa tampoco intervino. El Papa mantuvo su posición neutral durante la Guerra, con la excepción de algunas apelaciones a los dignatarios de Hungría y Eslovaquia al final de la Guerra."

Benedicto XVI intentó beatificar al Papa más reaccionario, mientras Francisco otea los oscuros designios del señor.

Más allá de discutir la responsabilidad personal de Eugenio Pacelli (guardó cómplice silencio, hizo todo lo que pudo) la acusación está mal fundada. No se trata de la responsabilidad de un Papa, sino de la Iglesia católica, que volvió posible que "todo estuviera decidido de antemano", al responsabilizar al pueblo judío de deicidio. ¿De qué dependió la eficacia de la prédica antisemita? De la representación del mal absoluto, de judíos satanizados. La Europa cristiana se forjó sobre esa base.

Retomemos el hilo. El Papa jubilado puso la canonización de Pío XII en marcha, Jorge Begoglio, con su habitual sagacidad política, detuvo la máquina de fabricar santos. Al permitir que los documentos sean revisados y discutidos desde el ángulo de la responsabilidad personal, y al reducir la responsabilidad a la eficacia, el debate por su propio peso terminará dando la "equilibrada razón" a los defensores de monseñor Pacelli. ¿Cuál es la eficacia del puñado de jóvenes judíos que sin la menor posibilidad militar, en medio del silencio más atroz, preocupados por la posibilidad que su "gesto" pasara desapercibido, tiene para la historia? Que la discusión no pueda ser eludida, que la acusación siga en pie; por eso la importancia de la denegación (no hubo 6 millones de víctimas), admitir los hechos equivale a aceptar que Europa no sólo aportó el horizonte de la Ilustración y la Revolución Francesa, además nos donó Auschwitz y Treblinka. Y que una cosa debe entenderse con la otra.
La historia desnuda

Los especialistas vaticanos sostienen que en 1944 el Papa desconocía la existencia de Auschwitz. Curioso, casi imposible: Pacelli era un "experto" en asuntos alemanes. Además, ¿para qué intentar parar –el 16 de octubre de 1943– la deportación de 1090 judíos italianos, abriendo la puerta de las iglesias para albergarlos, si ignoraba Auschwitz? Pío XII juega su baza judía tras la invasión aliada a Sicilia –julio agosto del '43– cuando la derrota alemana en la más importante batalla de tanques de la II Guerra Mundial, Kursk, decidía la contienda.

Dagobert D. Runes, autor de El judío y la cruz, escribe:"No hay en realidad ningún acontecimiento público de la era de Hitler, en Alemania y en Austria, donde las iglesias cristianas no hayan participado alborozadamente. Durante todo ese tiempo, el cardenal Innitzer de Viena firmaba su correspondencia con un 'Heil Hitler'. Y el por entonces obispo de Roma, el Papa Pío XII, se negó a formular una súplica de piedad a favor de un millón de niños judíos. Sin embargo, ese mismo Papa –remarca Runes– no vaciló en absoluto en alzar su vibrante y enfática protesta al presidente Roosevelt y al primer ministro Churchill porque aviones aliados bombardeaban el monasterio de Monte Casino. En los sótanos del monasterio se albergaban valiosos incunables y en los techos un puesto de avanzada nazi."

La estrategia vaticana frente a la II Guerra Mundial es obra del Pontífice; la política frente al fascismo de Pío XI no fue la que siguiera Pacelli. El Papa Ratti había preparado un texto para leer el 11 de febrero de 1939 denunciando las violaciones del Pacto de Letrán. Por lo delicado de su salud había rogado a sus médicos que lo mantuvieran vivo hasta entonces: no lo lograron. En las Memorias del Cardenal Tisserant se cuenta que Mussolini, sabedor de las intenciones de Pío XI, se habría valido del doctor Petacci, padre de su amante Claretta, para eliminarlo; la especie fue desmentida por el cardenal Carlo Confalonieri, camarero del Papa. Por cierto, las dudas nunca fueron disipadas, y el "borrador" de la declaración fue convenientemente cajoneado por Pacelli, ahora como Pío XII. La guerra estaba demasiado cerca y el Vaticano confiaba en la victoria del Eje.

El fascismo había sido cuestionado, en 1931, mediante la Encíclica "Non abbiamo bisogno"; y otro tanto ocurrió con el nazismo, en 1937, con "Mit brennender Sorge", cuya paternidad atribuyó el mismo Pío XI a su cardenal secretario de Estado: Pacelli. El viraje de Pío XII fue pegado a consciencia.

Desde el 2 de marzo de 1939 hasta el 9 de octubre de 1958, mientras Pío XII fue papa, nadie dijo demasiado; cinco años después, una formidable tormenta propagandística derribó su imagen. Todo empezó el 20 de febrero de 1963, con el estreno en Berlín de una pieza teatral de un joven desconocido, Rolf Hochhuth: Die Stellvertreter (El vicario). El que había sido venerado como un gran hombre resultaba, en la pieza, un gran hipócrita. La obra causó enorme revuelo. Y el debate ya no se detuvo: el camino de la canonización, iniciado en 1968, se volvía muy difícil. Máxime, cuando se conoció que el "camino de las ratas" (ruta de fuga de fascistas impresentables, que incluía los monasterios vaticanos, la cooperación de la CIA y la Cruz Roja, hacia Sudamérica) contó con su aprobación. Aun así, tras 42 años de "estudios", Pío XII alcanzó el nivel de "siervo de dios", requerido para la beatificación. El 8 de mayo de 2009 la Congregación Vaticana de las Causas de los Santos votó por "unanimidad" la "heroicidad de las virtudes", paso anterior a la beatificación que solo depende de un decreto papal.

Mientras Roma iniciaba sus estudios sobre Pacelli, en Medellín, Colombia, los obispos de América Latina reorientaron la práctica de la Iglesia. Una andanada de furiosos documentos cambiaba el tranquilo lenguaje del desarrollismo tecnocrático, por las fórmulas revolucionarias del progresismo católico. El Concilio Vaticano II, tras el impacto de la Revolución Cubana, organizó el viraje. La poderosa derecha católica replicó a través de otro jesuita argentino, Julio Meinvielle: "La campaña de desprestigio del Magisterio de la Iglesia va acompañada asimismo de una campaña contra la persona de grandes Pontífices, como por ejemplo Pío XII. No se le perdona a este Papa el que haya promulgado en 1950 la Humani Generis contra las desviaciones de la nueva teología, tampoco se le perdona que haya condenado el movimiento de los 'prêtres ouvriers' y haya puesto término a los desmanes de algunos teólogos dominicos, ni haya canonizado a San Pío X."

No es el silencio frente al nazismo lo que se intenta premiar, sino la condena al movimiento de los "prêtres ouvriers" (los curas obreros de la opción por los pobres); el Concilio Vaticano II desanda lo andado. Tras la caída del Muro de Berlín y la derrota del socialismo, cuando abandona la "teología de la liberación", su enemigo jurado, Benedicto XVI intentó beatificar al Papa más reaccionario, mientras Francisco otea los oscuros designios del señor.

iNFO|news

El “pato rengo” ahora corre maratones

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La exitosa fórmula de retención de poder de CFK, que los politólogos estudiarán en el futuro, tiene cómo víctima inmediata a Massa. Macri queda así como el único candidato opositor, y con chances relativas. El escenario de octubre es modelo contra modelo.

Por Roberto Caballero

Foto: gentileza presidencia

Sergio Massa perdió antes de competir, sólo falta que se dé cuenta. Su estrellato político brillaba con luz ajena. Los mismos que le prestaron los reflectores en 2013, hoy se cruzan de vereda huyendo de las viejas promesas. La Embajada, sus banqueros, el Grupo Clarín SA, sus intendentes: todos migran, sin pausa y sin culpa, hacia la candidatura de Mauricio Macri y el radicalismo conservador, sin entender muy bien por qué, pero lo hacen.

Los peronismos provinciales, sus gobernadores y jefes comunales, que en algún momento coquetearon con subirse a su triunfal interisleña, retornan como hijos pródigos al riñón kirchnerista o reafirman sus lealtades con el amplio dispositivo del Frente para la Victoria.

No hay señales de sobrevida para su utopía. Las encuestas que hace cuatro meses le atribuían adhesiones que rondaban el 25 o 30% lo colocan ahora entre 10 y 15 puntos por debajo de aquellas cifras. Hasta sus colaboradores más cercanos, en términos territoriales y afectivos, lo admiten y evalúan cuál sería el modo más elegante de asumir eso que les resulta inevitable. La renuncia de Francisco De Narváez, para allanarle el camino a un acuerdo con Macri, no fue sólo quedarse sin su candidato a gobernador y principal financista: es la humillación de que un subordinado le ordena dónde tiene que ponerse. Para peor, detrás del candidato PRO, que lo ningunea porque huele a cala.

De los 17 intendentes bonaerenses que le quedaban el viernes 5 -después de la declinación del olavarriense José Eseverri, uno de los fundadores del Frente Renovador-, al menos 14 ya le habían pedido que abandone su deseo presidencial y se baje a competir por la gobernación, que es lo mismo que le dijo De Narváez, pero con hechos.

Alguna vez el propio Massa se ufanó de que su fuerza política se sustentaba en esos intendentes, que lo querían ver presidente: ahora esos mismos jefes distritales le demuestran que su único interés está asociado a retener sus propios municipios.

Bajo idéntica lógica, están los que ya dieron el paso y regresaron al FPV y otros que practican alianzas de última hora con el macrismo que avanza a tambor batiente. Debe ser duro para Massa comprobar que el ansia de supervivencia de sus socios es mucho más fuerte que la fidelidad. Pero no puede ser una novedad para él: muchos de ellos le hicieron lo mismo a Néstor Kirchner en 2011. Ni siquiera entonces las candidaturas testimoniales pudieron barrer con el instinto salvaje de caciques que un día están en un lado y al siguiente en otro, defendiendo con convicción lo que hasta pocas horas antes decían combatir con convicción calcada.
El propio Massa, en verdad, es una figura política de lealtades difusas. En 2013, la presidenta se enteró por los diarios de su súbito abandono público del FPV, después de que juntos anunciaron obras en Tigre por cadena oficial. Sus recientes ataques a La Cámpora son la contracara de su prehistórico encantamiento con la juventud kirchnerista que compartía partidos de fútbol en la Quinta de Olivos con él. Massa no puede decir que descubre ahora la ingratitud: la conocía porque la practicó con anterioridad.

Lo de los intendentes tiene una explicación bastante simple. A nada temen más que a la derrota. Es más complejo desentrañar por qué el impresionante dispositivo de poder que lo catapultó a la victoria hace dos años, el famoso "círculo rojo", hoy le esquiva casi el saludo. O, en el mejor de los casos, lo llama insistentemente para que resigne su proyecto y se sume al del PRO, el radicalismo y Elisa Carrió. Van dos hipótesis:

1) Creen que Macri es un candidato que expresa mucho mejor, de manera directa y clara, sus intereses políticos, ideológicos, geoestratégicos y comerciales.

2) Asumen que Massa fracasó en su intento de representación de un peronismo no kirchnerista con capacidad para aglutinar masividades detrás de su figura.

Lo primero, en realidad, es consecuencia de lo segundo. Massa era en 2013 el embrión de una suerte de revival posible del menemismo. Un nuevo caudillo peronista que podía crecer enfrentando al oficialismo partidario. Un proveedor de masas votantes para la restauración conservadora. Dos años después, todo eso parece una locura. Pero no lo era en aquel tiempo. Si se pone en perspectiva y se analiza el contexto, la ilusión tenía chances.

El triunfo massista fue un duro golpe para el kirchnerismo. Puso en discusión su propia hegemonía dentro del peronismo. Las centrales obreras se animaban a hacerle paros al mismo gobierno con el que habían convivido sin hacerle medidas de fuerza hasta el 2010. La desaceleración económica, a la vez que golpeaba el salario y la producción, habilitaba atajos devaluadores. La presidenta, que no forzó la Constitución Nacional para ser reelegida por segunda vez, enfrentaba delicados problemas de salud. El establishment buscaba urgente un recambio, que no fuera kirchnerista. El rumor de un nuevo default circulaba sin grandes refutaciones. El frente mediático ponía al tope de las demandas el tema de la inseguridad. Massa era, en ese contexto, la confirmación electoral del llamado "fin de ciclo". Decir que podía llegar a presidente sonaba aventurado, pero no imposible.

¿Cuál fue el error de los que alimentaron esa fantasía? No fue uno, sino varios:

1) El panorama complejo que describían nunca llegó, ni por asomo, a parecerse al 2001.

2) Como el escenario jamás llegó al desgobierno delarruista, la sociedad no acompañó la idea del líder redentor que postulaban.

3) El malestar acumulado fue el combustible necesario para instalar a Massa en una poltrona del Congreso Nacional. Convertirlo en diputado bonarense. No les alcanzó la nafta para nada más.

4) El default que pronosticaban no se produjo. Y la crisis buitre, lejos de debilitar el apoyo de la sociedad al gobierno, como suponían, revalorizó su papel como defensor de la soberanía y la política de desendeudamiento.

5) El Papa argentino y antikirchnerista con el que se entusiasmaron desplegó a la distancia una sutil pero efectiva red de contención institucional, que aisló al propio Massa y a los sectores de poder real que buscaban una salida a la paraguaya o a la hondureña.

6) Y, quizá, lo más importante: enfrente tuvieron nada menos que a Cristina Kirchner con una fórmula inédita de retención de poder que a la teoría del "pato rengo" le inventó muletas.

Massa comenzó a perder cuando todavía creía que el viento soplaba a su favor. A principios de 2014, mientras el tigrense hablaba del "Operativo Garrochas", CFK movió fichas a una velocidad inusual:

1) A las presiones devaluadoras, les respondió con un desplazamiento del tipo de cambio, que impactó en precios y salarios pero de modo controlado, mientras le pedía al equipo económico encabezado desde noviembre de 2013 por Axel Kicillof que ideara planes de contingencia, como el de "Precios Cuidados".

2) Para ganar tiempo y darle rostro al corrimiento del dólar, designó momentáneamente en el BCRA a un hombre de la línea interna, de fluido diálogo con los banqueros, como Eduardo Fábrega.

3) Aprovechó la distracción y el romance con el mundo financiero para empoderar aún más a Axel Kicillof, que se convirtió en el ejecutor de una serie de señales (el cierre del acuerdo con el Club de París, arreglo de juicios en el CIADI) que buscaron amortiguar lo que se venía: el fallo Griesa.

4) Ungió a Jorge Capitanich como jefe de Gabinete, dándole una señal clara a toda la liga de gobernadores del PJ que amenazaban irse con Massa. Ellos serían parte del juego. El chaqueño se cargó sobre sus hombros la responsabilidad de anunciar todos los días una acción de gobierno, cualquiera fuere, para contrarrestar la idea de "desgobierno" instalada.

5) En marzo de 2014, CFK, con una bota ortopédica, viajó a Roma, donde almorzó con Francisco durante tres horas. En adelante, todos los visitantes que frecuentaron al pontífice acuerdan en que la frase de despedida fue "cuiden a Cristina".

6) Ante lo que hubiera sido el tiro del final, el fallo Griesa, la presidenta reaccionó desplazando a Fábrega (que propuso junto a sus banqueros un bono patriótico para pagarles a los buitres) y adoptando, en cambio, un discurso soberanista que capturó adhesiones aquí y en el extranjero. Nadie, nunca, había denunciado al gobierno de los Estados Unidos ante la Corte de la Haya por el fallo de uno de sus jueces municipales. La ONU votó, a instancia de la Argentina, la creación de un marco normativo para reestructuraciones de deudas y la condena masiva hacia los fondos buitre. En pleno mundial, se llegó a comparar a Kicillof con Mascherano.

Todo eso pasó mientras Massa creía que estaba a medio metro del Sillón de Rivadavia. En verdad, pasaron más cosas:

1) Con el nombramiento de Alejandro Vanoli en el BCRA, se atacó la especulación financiera (una de las formas de los golpes de mercado) y el dólar oficial y el blue achicaron la brecha como nadie suponía, garantizando la estabilidad económica.

2) Mientras el establishment seguía apostando al escurrimiento de las reservas para ahogar financieramente al gobierno, Kicillof consiguió un acuerdo con China que reforzó las arcas hasta llevarlas por encima de los 30 mil millones de dólares, lo cual despejó cualquier incertidumbre sobre el pago a bonistas y organismos de crédito.

3) Ante el acoso de la corporación judicial, que amenazaba con involucrar a medio gobierno en causas de corrupción para deslegitimarlo ante la opinión pública asfaltando el camino a una salida anticipada del poder, la presidenta descabezó la SIDE e impulsó el nuevo Código de Procedimiento Penal, dándole más poder a los fiscales y el manejo de las escuchas telefónicas, reduciendo la discrecionalidad de los jueces. El episodio Nisman, que hundió raíces en cuestiones de geoestrategia política, sin duda, tampoco puede dejar de leerse como el clímax de la operatoria judicial y de inteligencia de acoso al Poder Ejecutivo: un fiscal especial que acusó sin pruebas a la presidenta de cómplice de los terroristas que volaron la AMIA. Insólito, pero real. Su muerte no fue otra cosa que la conclusión trágica a una aventura desopilante de sectores que operaron unidos para tratar de llevar a Juicio Político a Cristina Kirchner y que ella no se convirtiera en lo que es hoy: la principal electora del espacio oficial, con índices de aprobación que hace un año parecían inimaginables.

4) La figura de Daniel Scioli también jugó su papel en todo esto. Después de sus flirteos con Massa, con quien cambió nombres de la lista en 2013 y discutió si rompían juntos el FPV, Cristina podría haberlo desterrado del kirchnerismo. No lo hizo. Tampoco Scioli se fue. CFK usó la oferta herbívora del ex motonauta y le dio al pejotismo que quería irse con el massismo una excusa para quedarse dentro del FPV, bajo su conducción. Hoy la presidenta es, además, la jefa del PJ nacional, que en Parque Norte la apoyó sin discusiones. Hace un año, conviene no olvidarlo, algunos de los allí presentes miraban hacia Tigre como quien mira a La Meca.
Massa se cayó porque era el candidato del caos prefabricado que diseñó el "círculo rojo" y el gobierno logró conjurar todos los escenarios desestabilizadores que le propusieron.

La estrategia del líder redentor, el conductor populista que viene a imponer orden ante el desmadre, fracasó, del mismo modo que el sueño de una nueva restauración conservadora a su cola bajo ropaje peronista.

Cristina Kirchner, en su momento de mayor fragilidad, entendió la jugada corporativa y la deshilachó con una fórmula de recuperación y retención de poder exitosa, que será estudiada por los politólogos del futuro.

Al establishment, ahora le queda Macri. Decir que es como un premio consuelo, sería demasiado.

Manifiesta una propuesta política antiperonista, noventosa, asociada al ajuste y al neoliberalismo. A diferencia de Massa, que podía disimular eso mismo, Macri no engaña a nadie: es lo que es, una derecha que quiere llegar a la Rosada por ella misma, en elecciones, sin atajos ni subterfugios.

La Argentina corporativa, la de Clarín, la AEA, la del Foro de la Convergencia Empresarial, la de la Sociedad Rural, la de la AmCham, se desnuda para acudir a las urnas con candidato propio a medirse con el del peronismo hegemonizado por el kirchnerismo.

Massa era como Menem: un frontman, el director de una empresa, con poderosos accionistas detrás.

Macri, en cambio, directamente es uno de los accionistas.

Haberlo hecho bajar a la arena del Coliseo, a remplazar a su gladiador tigrense malherido, es un mérito del gobierno y una impresionante noticia para la democracia de todos.

Ahora se vota modelo contra modelo. El mejor, gana.

Tiempo Argentino

Organismos de derechos humanos y fiscales denuncian un pacto de impunidad No leyó, no chequeó, no investigó: cómo se frenan las causas en Bahía Blanca

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Por Juan Manuel Mannarino

Los fiscales José Nebbia y Miguel Palazzani (foto) dieron a conocer un documento revelador. Allí nombran múltiples irregularidades de cómo el juez subrogante Santiago Ulpiano Martínez pone frenos a la investigación. Las acusaciones son gravísimas: dicen que el juez no chequeó apellidos, que confundió fechas, que pidió pesquisa sobre hechos de otras jurisdicciones y que no dio cauce a los verdaderos.

El fiscal Miguel Angel Palazzani, de la Unidad Fiscal de DDHH de Bahía Blanca. 

Cuando se habla de “maniobras dilatorias”, de “obstrucciones” y de “desviaciones”, los organismos de derechos humanos de Bahía Blanca saben de quién desconfiar. Los fiscales José Nebbia y Miguel Palazzani, que investigan crímenes de lesa humanidad, dieron a conocer un documento revelador. Allí nombran múltiples irregularidades de cómo el juez subrogante Santiago Ulpiano Martínez pone frenos a la investigación. Las acusaciones son gravísimas: dicen que el juez no chequeó apellidos, que confundió fechas, que pidió pesquisa sobre hechos de otras jurisdicciones y que no dio cauce a los verdaderos. “Por un lado, nos manda a investigar casos que ya investigamos o que no pertenecen a Bahía. Eso genera la falsa sensación de un efecto colapso, porque en la fiscalía se acumulan esos pedidos. Y, por otro, no da lugar a los casos reales, y las causas no avanzan. Denunciamos que es algo deliberado, que es una decisión política para sostener la impunidad”, dijo José Nebbia a Infojus Noticias. La fiscalía informó que, desde la apertura de los juicios hasta el presente, hay 606 víctimas del Terrorismo de Estado, con 101 imputados del Ejército y 37 de Armada. Pero que existen 389 casos con 210 víctimas que están paralizados en el juzgado federal.

El tema es uno de los ejes centrales en la agenda de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad. En una reunión regional de la Mesa de Discusión Institucional y Social, fiscales, funcionarios, querellantes y miembros de organismos de DDHH dieron su respaldo unánime para separar a los jueces subrogantes Santiago Ulpiano Martínez y Claudio Pontet, a quienes denominaron como “los garantes de la impunidad”. La Comisión de Selección del Consejo de la Magistratura ya los apartó de forma provisoria pero aún siguen en sus puestos porque tal decisión deberá ser ratificada por el Consejo en pleno, el próximo 18 de junio. “Es una jurisdicción muy difícil, ante cualquier avance hay una reacción corporativa. Y después que la justicia sentó en el banquillo a Vicente Massot, la embestida fue doble, porque no sólo sacaron al juez Álvaro Coleffi sino que plancharon otras causas. La corporación judicial de Bahía Blanca sigue de pie, mostrando las garras ante los que la desafían y no debemos permitirlo”, dijo a esta agencia Jorge Auat, titular de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad.

La fiscalía denunció, además, que el juez Martínez tiene una secretaría que se dedica tiempo completo a los crímenes de lesa. “Está a cargo del Secretario Federal de Derechos Humanos, Mario Fernández Moreno, al que también acusamos de inacción, demora y desidia. En Bahía, los fiscales no sólo tenemos que presentar las pruebas e impulsar las medidas, sino que también debemos controlar lo que hace o no hace el juzgado. Y eso no es posible. Nosotros queremos que se aplique la ley, ni más ni menos que eso”, enfatizó Nebbia.

En un escenario que los organismos describieron como “de alarmante preocupación”, los fiscales presentaron un requerimiento de instrucción para evaluar el desempeño de Martínez. Desde 2013 relevaron hechos por 210 víctimas, en el que “se imputaron 38 acusados nuevos, y se ampliaron las imputaciones sobre la mayoría de los encartados de la causa”. ¿Qué hizo el juez ante el pedido? Se limitó a responder que tuvo una actitud “pro-activa” sobre los expedientes para dar “respuesta jurisdiccional a todas y cada una de las víctimas que sufrieron en carne propia el terrorismo de Estado instaurado entre 1976 y 1983”, y se adjudicó “un arduo y profundo trabajo de análisis e investigación”. Pero los fiscales demostraron lo contrario. “La serie de incompetencias del juzgado parece, por momentos, delirante”, confesó Palazzani. En el escrito se lee: “Se advierten una serie de vicios, errores e irresponsabilidades, que ponen de relieve un desmesurado esfuerzo a impedir el avance del proceso de memoria, verdad y justicia”.

Las cinco maniobras que impiden el avance de la investigación son las siguientes:

1-El juez no chequeó

El juez pidió investigar el caso de los militantes montoneros Graciela Tauro y su pareja Jorge Rochistein. Pero no había revisado el expediente. Olvidó que, desde el juzgado, se había declarado la incompetencia porque se trató de un hecho de otra jurisdicción: ambos nacieron en Bahía Blanca y estudiaron en la Universidad del Sur, pero fueron secuestrados en Buenos Aires. O sea: el juez no chequeó la información, pidió algo que él mismo había rechazado.

2- El juez citó mal

El juez se equivocó en el abordaje de los hechos. No investigó en profundidad y citó mal informes, como el de la CONADEP, que se tituló “Desaparecidos fuera de Bahía Blanca”. El juez había creído que se trató de desaparecidos dentro de Bahía. Además del caso “Tauro”, existen otros que corresponden a otras jurisdicciones y que el juez nunca supo, como el de Heldy Rubén Santucho, que fue militante de Montoneros en Bahía pero que luego vivió en La Plata, donde fue asesinado.

3-El juez ni siquiera “googleó”

El caso paradigmático es el de Carlos Kristensen, que se encuentra requerido en Neuquén y por el cual hay condenados. Los fiscales denuncian que el juez ni siquiera “googleó” los apellidos. En el requerimiento, además, el juez no dice el mínimo elemento de prueba que permita conocer las circunstancias del hecho.

4-El juez no investiga los hechos verdaderos

La fiscalía denunció no sólo que juez solicita investigar casos que corresponden a otros juzgados, sino que no investiga a los verdaderos: los que son de su competencia jurisdiccional. De los 389 casos que aún no recibieron respuesta, están los de Carlos Brega, Beatriz Sagarzazu y Rubén Cerda.

5- El juez anotó mal el apellido

Por errores de escritura de apellido o por referencias incompletas, la fiscalía comprobó que se repiten 50 casos, varios de los cuales ya habían sido requeridos. Así, entre otros, aparecen enunciados los casos de "‘el Turco’ de Comodoro Rivadavia", un "chico que trabajaba en una imprenta en calle Darragueira"; un "chico platense que vivía en Sarmiento 700"; "una chica de Huanguelén"; "Guillermo de Olavarría"; "un señor con su hijo, oriundos de Carhué"; y "unos rusos que no recuerda sus nombres ni tampoco si eran de Bahía o de Viedma"

Infojus Noticias

COMENZARON LOS ALEGATOS EN EL JUICIO ORAL SOBRE LA COORDINACION REPRESIVA EN EL CONO SUR La etapa final en el juicio al Cóndor

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La etapa final en el juicio al Cóndor
El juicio comenzó en marzo de 2013 e involucra a 18 acusados, entre ellos, a Reynaldo Benito Bignone, Santiago Omar Riveros y el uruguayo Manuel Cordero. Durante el debate hubo cerca de 200 testimonios y se analizaron documentos gubernamentales.

Por Alejandra Dandan

En marzo de 2013 comenzó en Buenos Aires el juicio oral por la causa del Plan Cóndor, el nombre que recibió a partir de 1975 la coordinación de las fuerzas represivas del Cono Sur para la persecución y eliminación de militantes políticos que estaban fuera de sus países de origen. Esa causa acaba de ingresar a la etapa de alegatos. Entre los 18 acusados, están los principales líderes militares argentinos que siguen con vida, como Reynaldo Benito Bignone y Santiago Omar Riveros, pero también Manuel Cordero Piacentini, enlace con Argentina y uno de los integrantes más conocidos del ejército uruguayo. El debate tuvo una enorme carga simbólica dado que las investigaciones trabajaron no sólo la reconstrucción de los hechos y del Cóndor, sino que busca probar el conocimiento y apoyo que dio el gobierno de Estados Unidos. Esa es una mirada que aportó Jaime Nuguer, representante de las querellas que abrieron la causa en 1999. Hoy concluye su alegato y hará el pedido de condenas.

“Quiero decir que los documentos y testimonios recabados en este juicio son únicos por su cantidad y su diversidad y porque fueron tratados en un juicio público. Y en conjunto muestran que aquí hubo una brutal operación de coordinación represiva en el marco de las dictaduras militares de los años ’70 en Latinoamérica. Y ése no es cualquier marco –señaló Nuguer– dado que ya estaba precedido por la difusión de la doctrina de la Seguridad Nacional, impartida especialmente desde la escuela norteamericana del Canal de Panamá. Hubo enseñanzas de la doctrina francesa y estaba el antecedente de Vietnam. Ese cúmulo de pruebas muestran que esta operación estaba dirigida a reprimir a los exiliados, por eso la mayor parte de las víctimas cayeron en Argentina, porque fue el país que tuvo el último golpe de Estado en la sucesión de golpes de la región.”

Este juicio se abrió con una primera denuncia en noviembre de 1999, y en ese sentido también es una causa emblemática. Impulsada por un grupo entre los que estaban Emilio Mignone, Raúl Za-ffaroni, David Baigun, Alberto Pedroncini y Martín Abregú, se abrió en paralelo a la causa por el plan sistemático de robo de niños, durante la vigencia de las leyes de impunidad y aprovechando las brechas jurídicas que esas leyes no habían podido bloquear. El debate de estos años muestra los avances que hubo desde el origen hasta el presente.

“Nosotros teníamos un solo documento desclasificado cuando se inició la causa –dijo Nuguer–. Uno del Departamento de Estado de Estados Unidos, ahora muy conocido, que envió el agente especial Robert Scherrer al FBI desde la embajada norteamericana en Buenos Aires, en septiembre de 1978. El informe es una síntesis completa sobre la Operación Cóndor y dice centralmente que estaba constituida por Chile, Argentina, Brasil, Uruguay y Bolivia para combatir a los opositores políticos y eventualmente ubicar blancos, perseguirlos, torturarlos y matarlos inclusive en el exterior. Esa es la esencia del memo que según expertos como Carlos Osorio o John Dinges fue el único documento conocido en los ’80 y el único que existía originalmente.” Con ese documento pasan dos cosas, continuó el abogado: “Llega muy tarde, pero además describe una operación en la que Estados Unidos aparece como ajeno y como quien simplemente conoce. Eso cambió a partir de 1999 y 2000, cuando Estados Unidos desclasifica los documentos de Chile y Argentina. Eso permite conocer miles de documentos que muestran un rol distinto de los Estados Unidos, pero la causa original ya estaba iniciada”.
–¿A su criterio qué dejó de nuevo este debate?

–El juicio ha demostrado la responsabilidad individual de los procesados sobre su participación en la asociación ilícita denominada Operación Cóndor, en el secuestro, muerte y desaparición de las víctimas. Sabemos que los documentos desclasificados son la punta del iceberg, pero aun así son importantes. Los documentos y declaraciones de este juicio refuerzan efectivamente que hubo participación activa de Estados Unidos en la concreción de la Operación Cóndor. Pese a no haber sido un país –entre comillas– “integrante” o que podamos llamarlo de esa manera, porque el fenómeno fue propio del Cono Sur, participó, conoció, presionó, instigó para que se hiciera. Y luego facilitó las comunicaciones y las controló.

El juicio busca pruebas de la intervención del Cóndor en la persecución sobre 170 víctimas. Nuguer es querellante por cinco, tres argentinas: Alejandro José Logoluso, Dora Marta Landi y José Nell padre. Y dos uruguayos: Nelson Santana Scotto y Gustavo Edison Insaurralde, dirigente del Frente para la Victoria del Pueblo. Los cinco fueron secuestrados el 29 de marzo de 1977 en Paraguay, torturados e interrogados por uruguayos y por argentinos y trasladados por la marina argentina. Uno fue visto en el Atlético. Hoy están desaparecidos. El juicio examinó un cúmulo enorme de documentación de todo tipo. “Aquí tenemos muchos documentos que literalmente ocupan habitaciones enteras. Materiales desclasificados de distintas fuentes como de los archivos norteamericanos, del archivo del Terror de Paraguay. Documentos brasileños. Hay 35 libros sobre el tema. Muchos autores testimoniaron y acercaron documentación. Hubo mucha prueba de causas judiciales. Testimonios de causas anteriores. Y mas de 200 testigos. Todo esto conforma un plexo probatorio de una amplitud que me animo a decir que nunca se ha visto antes sobre el tema en ningún otro lado del mundo.”

El juicio tuvo tres líneas de análisis. La reconstrucción de cada víctima. El análisis de las coordinaciones “por binomios” integradas por los distintos países, que se dieron antes del comienzo formal del Cóndor y de las que participaron las fuerzas de seguridad y las fuerzas armadas. Un tercer tipo de análisis, habilitado por los anteriores, permitió observar el funcionamiento global de la región y al Cóndor no sólo como un hecho aislado, sino como un proceso con antecedentes y en evolución. Luego de Nuguer, alegará la querella de la secretaría de derechos humanos, luego el CELS. Por ultimo acusará la fiscalía encabezada por Pablo Ouviña.

09/06/15 Página|12
 

Las invasiones inglesas y los cuadernos de la sudestada Por Pedro Patzer

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En cada cuaderno de sudestada, el Río de la Plata narra sus tempestuosos recuerdos, como el de aquel 24 de junio de 1806, cuando en una noche de luna colonial, doce buques de guerra ingleses se presentan en su lecho mientras el virrey Sobremonte disfruta de la función teatral de la obra El Sí de las niñas de Moratín, que en un pasaje, un personaje expresa: “¡Valor! ¿Todavía pide usted más valor a un oficial que en la última guerra, con muy pocos que se atrevieron a seguirle, tomó dos baterías, clavó los cañones, hizo algunos prisioneros, y volvió al campo lleno de heridas y cubierto de sangre?...” Pues, no se recuerda a Sobremonte justamente como al valiente personaje descrito en el Sí de las niñas, más bien como el cobarde que al enterarse de la llegada de los ingleses, huye hacia Córdoba con 1.291.323 pesos plata. Las coplas populares se encargan de eternizar la pusilánime actuación del Virrey: "Al primer cañonazo de los valientes/ disparó Sobremonte con sus parientes” “¿Ves aquel bulto lejano que se pierde atrás del monte?/ Es la carroza del miedo/ con el virrey Sobremonte. La invasión de los ingleses/le dio un susto tan cabal/ que buscó guarida lejos/ para él y el capital”

El 25 de junio de 1806, los ingleses desembarcan en Quilmes (paradójicamente los gringos llegan del mar a la localidad que adquiere su nombre por los aborígenes que arribaron caminando desde tierra adentro, específicamente desde Tucumán, donde diez años después se declara la Independencia) eran 1.600 hombres al mando de Beresford. Dos días después, las autoridades virreinales se rinden y entregan Buenos Aires, y las 55.000 almas que lo pueblan, a los británicos. Sobre este suceso, Mariano Moreno comenta: “Yo he visto llorar muchos hombres por la infamia con que se les entregaba; y yo mismo he llorado más que otro alguno, cuando a las tres de la tarde del 27 de junio de 1806, vi entrar a 1. 560 hombres ingleses, que apoderados de mi patria se alojaron en el fuerte y demás cuarteles de la ciudad” Curiosamente, mientras Moreno recuerda con pena la invasión inglesa, una señora de la aristocracia porteña, Mariquita Sánchez Thompson, la retrata con melancolía: “La gente criolla no es linda...las cabezas como un redondel, sucios, unos con chaqueta, otros sin ella...cada uno de un color, todos rotos, en caballos sucios, las armas sucias...en cambio el regimiento mandado por el General Pack eran las más lindas tropas que se podían ver, el uniforme poético, botines de cinta punzó cruzadas, una pollerita corta, un chal escocés como una banda...este lindo uniforme, sobre la más bella juventud, sobre caras de nieve, la limpieza de esas tropas admirables ¡Qué contraste tan grande!”

Contrariamente a la vergonzosa actitud de la aristocracia porteña (que cobija en sus casas a los invasores, donde les rinde sendas fiestas como homenaje) una obrera que trabaja de mesera, les espeta a sus clientes españoles: “desearía, caballeros, que nos hubiesen informado más pronto de sus cobardes intenciones de rendir Buenos Aires, pues apostaría mi vida que, de haberlo sabido, las mujeres nos habríamos levantado unánimemente y rechazado a los ingleses a pedradas." El cancionero popular de las invasiones inglesas, refleja la valiente posición de las criollas: "Por cada Inglés que venzas /he de rendirte/ un corazón discreto / mil almas firmes".

El pueblo inglés celebra al enterarse de la ocupación de Buenos Aires, y más aún, esa sociedad campeona de la ética, festeja la llegada a Londres de los caudales que le robaron a Sobremonte (más allá de que todos sabemos que quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón) “¿Un corrupto?:/ Al primer cañonazo/ de los leales,/ disparó Sobre Monte/ con los caudales” (copla anónima de la época)

Mientras la burguesía porteña goza de la presencia anglosajona, los plebeyos están indignados por la invasión y por la ineptitud de las autoridades españolas, deciden, entonces, organizar la resistencia y de alguna manera deciden reconocerse, por primera vez, como pueblo: Pueyrredón junta a 1000 gauchos, sin embargo son rápidamente dispersados por los soldados ingleses. Es Santiago de Liniers el encargado de la Reconquista de Buenos Aires. En Montevideo, reúne a mil hombres y en plena noche de la sudestada desembarca en Tigre. En San Fernando se le suman paisanos a la tropa y así marcha hacia Buenos Aires. El pueblo lo aclama a su paso, la juventud criolla y (algunos españoles) se unen a sus filas. El 10 de agosto, Liniers llega a los Corrales de Miserere (hoy Plaza once), después ocupa la Plaza de Toros (Hoy Retiro). El 12 de agosto comienza la Reconquista: Liniers divide su ejército en dos columnas: una entra por la calle San Martín y la otra por Reconquista (el nombre de esta calle recuerda el episodio). El triunfo de Liniers es completo: Beresford queda preso, 300 soldados ingleses mueren y 1200 se rinden. La milicia popular que comanda Liniers tiene 200 bajas: ¿Resonarán en estas 200 almas, las palabras que Sarmiento dice, años después, acerca de la Reconquista?: “¿Por qué peleamos contra Inglaterra que nos traía el comercio libre, la libertad de imprenta, el escrito de Habeas corpus, y una civilización que abrazaba todos los ramos de la cultura humana?... siendo absurdos los motivos parece ridícula o al menos lastimosa la defensa y ruinosa victoria porque ruinosa lo fue”

El 14 de agosto se convoca a un Cabildo Abierto donde el pueblo, en un acto inédito, elige a Liniers como virrey provisorio del Río de la Plata y destituye a Sobremonte. Unos versos se ponen de moda en Buenos Aires: "Ingredientes de que se compone la quinta generación del marqués de Sobremonte: Un quintal de hipocresía,/Tres libras de fanfarrón,/Y cincuenta de ladrón,/ Con quince de fantasía,/ Tres mil de collonería;/ Mezclarás muy bien después,/ En un caldero inglés,/ Con gallinas y capones,/ Extractarás los blasones/ Del más indigno marqués”

El gobierno de Liniers organiza la resistencia ante el inminente contraataque inglés. Se crean una decena de regimientos con Patricios y Arribeños. Se forma un ejército de casi 8.000 hombres, gauchos, mulatos, orilleros, indios. Es decir, una milicia de criollos (criollos, palabra clave para nuestra identidad) Allí estaban Manuel Belgrano, Martín Rodríguez, Hipólito Vieytes, Domingo French, Juan Martín de Pueyrredón, Antonio Luis Beruti y Cornelio Saavedra. Liniers recuerda al respecto: "¡Qué no trabajaría yo en los once meses después de echar a los ingleses de Buenos Aires para hacer guerrero a un pueblo de negociantes y ricos propietarios!... donde la suavidad del clima, la abundancia y la riqueza debilitan el alma y le quitan energía... El dependiente era más apto que el patrón... Me fue preciso vencer todos esos obstáculos y una infinidad de otros... Aproveché de la confianza que me adquirieron mis servicios a los habitantes para hacerlos capaces de defenderse contra todos los esfuerzos que la Gran Bretaña hacía para vencerlos".

La sudestada hubo de coleccionar 1807 junios cuando una nueva expedición inglesa, esta vez de doce mil hombres, trata de apoderarse de Buenos Aires. Aunque los ingleses no imaginan que serán recibidos hostilmente por los criollos: desde los balcones y techos les arrojan pedradas, agua y aceite hirviendo, y todo aquello que pudiera lastimarlos. "Cuando las 110 velas de la gran armada británica se divisaron en el horizonte - escribe Manuel José García en sus Memorias-, este espectáculo capaz de intimidar a los más aguerridos no causó el menor recelo a los colonos". Resignados y humillados, los ingleses se rinden. Whitelocke, el responsable militar de la segunda invasión inglesa, concluye: "No hay un solo ejemplo en la historia, me atrevo a decir, que pueda igualarse a lo ocurrido en Buenos Aires, donde, sin exageración, todos los habitantes, libres o esclavos, combatieron con una resolución y una pertenencia que no podía esperarse ni del entusiasmo religioso o patriótico, ni del odio más inveterado."

Paradójicamente las invasiones inglesas gestan nuestro espíritu nacional, el pueblo comienza a reconocerse como un conjunto de almas pertenecientes a una patria latente, una patria que empieza a tener rostros, historias, leyendas, héroes, aromas, comidas, coplas.

Años después, la sudestada suma a sus cuadernos, la voz de Scalabrini Ortíz denunciando: “en 1806 y 1807, dos expediciones inglesas bien pertrechadas y suficientemente numerosas como para asegurar la conquista, invadieron la ciudad de Buenos Aires. Las dos veces fueron derrotadas por una población civil que apenas duplicaba el grueso de las tropas. Los comerciantes ingleses cumplieron la obra que sus soldados no pudieron realizar” Es decir, el esfuerzo de los criollos contra el invasor inglés, no es imitado por los que permitieron hacer por muchas décadas de la economía (y también de la cultura) nacional, una semicolonia inglesa. Cuántas veces se escucha a algún confundido, ignorante de la historia de los colonizadores y los colonizados, proclamar que hubiera convenido el triunfo inglés en aquellas invasiones. ¿Sabrán estos ignorantes que la opresión económica y cultural del país, su desindustrialización, y el desconocimiento de sus habitantes de la propia alma de la Argentina profunda, de su corazón indoamericano y su resignación a ser “el granero del mundo”(es decir, el que sólo vende materia primas sin poder construir su propia industria) el patio trasero de la historia económica, en buena parte tiene que ver con la estrategia imperial inglesa y con los cipayos criollos que creyeron que civilizar era entregarles el país, como Bartolomé Mitre que declara: “¿Cuál es la fuerza que impulsa ese progreso? Señores: ¡es el capital inglés!”

Los cuadernos de la sudestada nos enseñan que la historia regresa como la tempestad, y que sólo los pueblos libres (los pueblos que prefieren la dignidad a la comodidad) pueden atravesar sus bravos vientos sin que naufrague su identidad.
Pan y Cielo, el blog de Pedro Patzer
www.pedropatzer.blogspot.com.ar


 

Mario Cafiero entre dos demonios Por Carlos Barragán

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Hay gente que no sabe comparar. Mario Cafiero, por decir algo, que de a ratos parece un tipo serio, resulta que es pésimo para comparar cosas. En una carta pública al pícaro gordito, carta que tuvo algún fulgor en los medios, Mario se dedica a defenestrar a Jorge –el pícaro- por su programa donde mostró el video de las primeras pericias en el depto de Nisman. Mario va punto por punto desarmando meticulosamente la opereta del gordis loco, acusándolo de montar una operación demencial, tramposa, mendaz, sesgada y todo eso que sabemos que hace todos los días. Pero además Mario le pega a Jorge por cuestiones de antes, recordando cosas que yo ni sabía, como que Jorge dijo haber estado en el baño de María Marta García Belsunce oportunidad en la que aseguró que era un baño diseñado para que alguien se cayera y muriera solo. También recuerda Mario cuando Jorge acusó a Pachelo de aquellos balazos que no fueron por una caída de María Marta. Y cuenta que la mamá de Pachelo se suicidó cuando terminó de ver el programa de Jorge. Y anota Mario cuando Jorge aceptó dinero de Gorriarán Merlo para su Página12, aunque no menciona el dinero del presente, el del Grupo Clarín. Se le pasó. La carta de Mario habla de periodismo y de política. Para “defender” a la presidenta de las acusaciones de Jorge le recuerda que ella es muy sumisa con los EEUU, y que por eso no trafica armas nucleares, como dijo el pícaro gordito. Asimismo para “defenderla” le pregunta a Jorge si él también cree –como los chicos de la Cámpora, ironiza Mario- que la presidenta sea “una revolucionaria transgresora capaz de romper con los códigos del establishment nuclear mundial”. Cosa que a Mario, que parece un hombre de izquierda, le sería deseable. No sé. No lo entiendo. Por lo que sé Mario Cafiero no quiere que paguemos la deuda externa porque sostiene que es ilegal. O sea que sí le gustaría romper con los códigos de otro establishment mundial. Pero sigamos. Cafiero tampoco aprobó que el pícaro gordito levantara información de la revista Veja recordándole que ahí fue de dónde salió la famosa mentira de las cuentas de Máximo y Garré. Y bueno, todo va así en su carta, palo y palo hasta que llega el final y aparecemos nosotros: el demonio de 678. Porque Mario termina su carta con una gran moraleja para que todos aprendamos, en un párrafo que invoca a la paz universal, la democracia, y las buenas y simples cosas. Léalo que dice así “De esa manera el periodismo argentino en las dos vertientes en que se ha polarizado, ha abierto y profundizado una enorme grieta en la sociedad, con un enorme perjuicio para la democracia, la pacificación de los espíritus, y el bienestar general. De cual la única manera de zafar, sería parafraseando al sindicalista Barrionuevo, que por dos años se comprometa a dejar de mentir, aunque no diga toda la verdad, para que la comunidad se desintoxique y se afiance la convivencia. Y que además como corresponde profesionalmente, desista definitivamente del ofuscado bardeo, o sea el usar permanentemente la navaja contra el otro, como se advierte en tu programa PPT, y en 6, 7, y 8.” (sic) Final de la carta. Y yo que ando con poquitas pulgas a esta altura de las cosas, le voy a pedir a Mario que nos clarifique a todos sobre cuál es el parecido entre lo que hace PPT y 678. Que explique un poco mejor por qué decidió asimilar a 678 con Lanata. Que nos cuente en otra carta pública cuándo fue que en 678 se hicieron operaciones falsas, llenas de información falsa, con pruebas falsas, con fuentes falsas, con testigos falsos y con protagonistas televisivos falsos. Que nos muestre un solo caso en que 678 haya inventado una información para atacar, injuriar, menoscabar y escarnecer a quienes a esta altura, no hay que negarlo, son nuestros más empecinados enemigos políticos. (No sería difícil porque los programas están todos en internet.) Me animo a perdirle esto porque creo que lo de Mario es tan equivocado que me obliga a pensar que está forzando adrede su hallazgo de parecidos. De manera que pidiendo verdad, pacificación y el fin del “ofuscado bardeo”, Mario cae en lo mismo que lo escandaliza. Porque a mí me ofusca su falta de veracidad, me ofusca el bardeo de Mario que me viene a acusar de ser un tipo que hace lo mismo que Lanata. Y es una pena, porque una carta que parece valiente y bien pensada, al final resulta la carta de un bienpensante temeroso. Un tipo preocupado porque puedan acusarlo de parcialidad. Y que para salvar su equidistancia no duda en tirarnos a la mierda junto con la mierda que hace el pícaro gordito. Un tipo bárbaro este Mario Cafiero. Que su manera de juntar coraje para criticar a Lanata (no le tenga miedo que no pasa nada, Mario) fue ponernos a nosotros en la misma y exacta bolsa. Y esto podrá tomarse como una defensa menor y parcial a quienes hacemos 678. Pero creo que más allá de mi derecho particular a defenderme, estoy defendiendo el derecho de todos a hacer política donde sea, hasta en la televisión. Hasta en la televisión pública, vea. Y sin mentir. Y las más de las veces desenmascando mentiras. Que aunque ya lo explicamos miles de veces hay que volver a decirlo. Cada vez que aparecen los especialistas “equidistantes”. Esos portadores de sensatez que parecen criticar a la derecha corporativa, calumniosa, inmoral, egoísta, intolerante y abusiva, pero que sobre el final pegan una curva y todo eso te lo tiran a vos por la cabeza. Que si Rodolfo Walsh hubiese utilizado la misma lógica de Mario Cafiero, al final de su carta abierta a la junta militar hubiera agregado un párrafo que mejor ni imaginar. O capaz me lo imagino. Esa carta abierta a lo Mario Cafiero terminaría diciendo que todo lo que hacen los militares en el poder es lo mismo que hacen los grupos guerrilleros que lo enfrentan. La grieta, los dos demonios, iguales pero de signos y extremos opuestos. Esos extremos que se tocan, como asegura el cliché tranquilizador. Mientras la gente de bien, los ecuánimes y juiciosos miran desde afuera y sufren las consecuencias de tanta desmesura “sin sentido”. Si Mario necesita estas cartulinas pintadas para dormir sin sobresaltos, yo lo entiendo. Pero la manipulación no, porque es una cosa fea, sobre todo en una carta con tantas ambiciones éticas. “Pacificación de los espíritus” escribe. Hasta los obispos últimamente se cuidan de ponerse tan eclesiásticos.

Epílogo

Juan Salinas en su muy buen blog Pájaro Rojo publicó la carta. Y lo bien que hizo. En el encabezado aclara que no comparte las comparaciones con Lanata que nos dedica Mario Cafiero. Aunque Salinas nos pega duro por otras razones, y quién no en la blogósfera compañera. Claro que ahí mismo ya apareció el comentario de un lector adiestrado, asegurando que lo de Cafiero “tiene un valor extra porque no puede ser tildado de kirchnerista”. Categoría que -por razones obvias- le quita valor a cualquier cosa. Mario Cafiero ya puede dormir tranquilo. Hombre dichoso.

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Acabar con el califato del mercado Por Emir Sader

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La discusión entre el gobierno griego y los responsables por las políticas de austeridad en Europa resume los dilemas de la humanidad en el nuevo siglo. De un lado de la mesa, la defensa en contra de la masacre humanitaria que ha sido impuesta al pueblo griego –especialmente a sus sectores mas frágiles: los más pobres, los sidosos, los niños, las mujeres–; del otro, los que responden por los dictámenes del mercado.

Ya van algunas décadas que se ha impuesto la centralidad del mercado. Se volvió al culto de que la mano invisible de la ley de la oferta y la demanda debiera decidir los destinos de la humanidad.

Ese genial engendro liberal sirve como pretexto para que las personas renuncien a conducir el destino de la humanidad. Bastaría con que cada una buscara satisfacer sus necesidades individuales para que, como por arte de magia, se generara no sólo el progreso sino también una adecuada y justa distribución de la riqueza.

Ese cuento de hadas, que ya había conducido a la humanidad a su peor crisis económica, en 1929, volvió, como en un pase de magia, para reordenar un mundo desviado por intervenciones estatales, derechos, soberanía. La lógica de los mercados por sobre las necesidades de las personas –esto es lo que está en juego en las negociaciones entre el gobierno griego y los que hablan en nombre de la troika–.

¿Puede la humanidad asistir pasivamente a esas negociaciones en que el poder del dinero pretende imponerse sobre lo que el pueblo griego –además de todo lo que ya ha sufrido– necesita? ¿Hasta cuándo algunos gobiernos seguirán pretendiendo hablar en nombre de la humanidad, mientras buscan imponer los intereses del capital especulativo sobre el 99 por ciento de la gente?

Sin embargo, los grandes medios lo muestran como una contraposición entre la racionalidad económica y el despilfarro de la gente. Los de la austeridad hablan como si representaran un modelo de éxito, que ha sacado a sus países de la recesión, con menos pobreza, menos exclusión social, con gobiernos que disfrutan de gran apoyo popular.

Sin embargo, no logran sacar a una de las regiones más ricas del mundo –Europa– de una crisis profunda y prolongada con sus recetas de austeridad y más austeridad. Mientras que gobiernos de América latina, después de sufrir la crisis de la deuda, dictaduras militares y los más radicales gobiernos neoliberales, logran retomar el crecimiento económico, disminuir las desigualdades y conquistar estabilidad política. Es desde ese punto de vista que Grecia resiste a las ofensivas predatorias del capital especulativo.

Lo que Grecia –y todos los países en crisis– necesita no es más austeridad, sino un acuerdo nacional por retomar el desarrollo, con generación de empleo y distribución de renta. Para ello, no tiene que mirar hacia Berlín, sino hacia América latina.

Para acabar con el califato del mercado, antes de que éste termine con lo mejor que construyó Europa –su Estado de bienestar social–.
 

Un hito en una larga lucha Por Hugo Presman

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Los acontecimientos históricos se gestan después de una siembra que puede llevar un tiempo incalculable. A diferencia de la naturaleza que tiene sus tiempos tabulados porque cuando se siembra trigo, maíz o soja se sabe cuándo se la cosechará, la historia no tiene fijada el momento de recoger el esfuerzo de generaciones para cambiar un determinado estado de cosas. Imprevisible y caprichosa, imaginativa y terca, la realidad es una dama a la que hay que seducir y que somete al ostracismo a quienes intentan violentarla. El acontecimiento que produce el estallido siempre resulta imprevisto y las más de las veces es pequeño en relación a las consecuencias que desata.

Algunos ejemplos tomados arbitrariamente. El 15 de mayo de 1969 fue asesinado el estudiante Juan José Cabral en Corrientes. Protestaba por el aumento del ticket en el comedor universitario. Dio lugar a una serie de manifestaciones que originaron nuevos muertos y 14 días después el Cordobazo marcaría una divisoria de aguas en la historia argentina como el 17 de octubre de 1945 y el 19 y 20 de diciembre del 2011.

El 1º de diciembre de 1955 en Montgomery, Alabama, uno de los estados más racistas de los EE.UU, una negra, Rosa Parks, que regresaba cansada de su trabajo, se negó a sentarse en los asientos destinados a los negros en los colectivos. Se resistió a los intentos de descenso del vehículo por parte del chofer y fue bajada por la policía. Eso dio origen a un boicot que realizaron los negros no tomando los colectivos. En una epopeya conmovedora, durante semanas, se trasladaban caminando, en taxis, en sus propios vehículos o en los de sus vecinos a sus lugares de trabajo provocando daños económicos a las empresas de transporte.

Cuenta Martin Luther King: “La detención decisiva que daba pie al boicot de los autobuses por parte de la población negra. Seguramente Rosa Parks estaba muy lejos de medir el alcance de aquella acción suya, tan poco extraordinaria en apariencia. Seguramente, Rosa Parks no pensó nunca lo que aquél sereno gesto suyo iba a significar. Pero las cosas suelen suceder así, sin grandes aspavientos, con naturalidad….. Lo que empezó siendo una acción casi espontánea, acabó en un movimiento prolongado que puso a prueba la madurez de toda la colectividad y la validez incuestionable de un método de lucha: la no violencia.” Fue una historia aquella con un eco estrepitoso en toda la América negra. De anécdota pasó a categoría; de caso a ejemplo. Casi todo lo que andando a tiempo sería Martín Luther King …..tiene su origen en el sonado boicot a los autobuses de Montgomery.

El asesinato de María Soledad Morales el 8 de septiembre de 1990 terminó con los Saadi en Catamarca. No había sido el primero de los asesinatos perpetrados por los hijos del poder, pero el de María Soledad significó el fósforo que incendió la pradera.

¿Habrá sido el asesinato de la adolescente Chiara Páez, embarazada, asesinada por su novio en Rufino, el punto de inflexión el equivalente a lo que significó el asesinato de Juan José Cabral y María Soledad Morales o la detención de Rosa Parks? Es posible, pero sólo el tiempo y la continuación de la lucha les darán respuesta a la pregunta.

LA CONCENTRACIÓN DEL 3 DE JUNIO

Muy lejos estuvieron de imaginar las propulsoras de la concentración, la respuesta multitudinaria dentro y fuera del país que tendría la propuesta bajo la precisa y acertada consigna de “Ni una menos” Sin agotar ni mucho menos la lista de las promotoras, vaya el reconocimiento hacia Mariana Carbajal, Hinde Pomeraniec, Florencia Etchevez, Marcela Ojeda, Ingrid Beck, Valeria Sampedro, Soledad Vallejos, Marina Abiuso, entre otras.

Una manifestación mayoritariamente de mujeres, de todas las clases sociales y de todas las edades. Con predominancia de pancartas hechas por las mismas manifestantes que la portaban. Familias enteras con chicos y bebes. Un encuentro contra nadie y al mismo tiempo que cuestiona comportamientos sociales.

La fuerza que significa formar parte de una expresión multitudinaria y popular. Tal vez haciendo realidad una vieja propaganda de cigarrillos que decía: “Haz recorrido un largo camino, muchacha.” El mismo que ha condenado a la mujer a un lugar invisible, luego subalterno y aún hoy con los inmensos avances realizados en una situación desventajosa. Una explosión de testimonios de violencia de todo tipo que en los últimos tiempos termina en el asesinato de una mujer cada treinta horas. Una traslación en muchos casos de la relación opresor-oprimido del campo laboral del hombre a la repetición enfermiza en el ámbito familiar.

Una lucha en la que muchas mujeres reproducen el esquema patriarcal con sus hijos varones y el de la dependencia con sus hijas mujeres.

Muchas de las que estuvieron en la Plaza frente al Congreso, aunque tal vez no lo supieran, eran herederas de las luchas denodadas de muchas feministas, que aún con sus excesos lógicos en toda contienda desigual, abrieron una picada en la sociedad patriarcal.

La independencia económica de la mujer cuando se incorpora a las actividades productivas fuera de su hogar, le amplió el campo de sus posibilidades, pero al mismo tiempo, salvo en los matrimonios muy jóvenes, no la liberó de las tareas domésticas. Así las mujeres realizan una multiplicidad de tareas que los hombres parecen incapacitados.

A su vez las tareas domésticas, al no ser remuneradas no son computadas en el PBI. Parte del salario que paga el empleador al hombre, en estos casos, es un salario al que contribuyen dos personas pero sólo se abona al que va a la empresa.

Los avances en materia de anticoncepción, produjeron un cambio en la situación de la mujer y le permitió a partir de la década del sesenta una progresiva liberación en este aspecto. Todo esto lo sintetiza Eduardo Galeano cuando dice: “ Al final el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo”

A la par de este hito en una larga marcha aparecieron, como era dable esperar, los que se fotografiaron con la consigna movilizadora y son pegadores o cosifican a la mujer. Su oportunismo no será un salvoconducto hacia la amnesia.

LAS PANCARTAS DEL 3 DE JUNIO

Como en los graffitis del Mayo francés, las pancartas del 3 de junio harán historia. Sería interesante hacer una recopilación de las mismas. Algunas de ellas, recogidas en medio de los apretujones de una multitud compacta junto a la mayoritaria y convocante de “Ni una menos”: “No es un crimen pasional, es un machito patriarcal”; “El amor no mata”; “Mi ropa no determina mi consentimiento”;

“El machismo mata” “Tu ego y tus celos no justifican mi muerte”;“Con short o pantalón, respetáme cagón”;“Por mí, por vos, por las que ya no están, basta de femicidios”;“Yo elijo las manos que me tocan”; “ Disculpe la molestía, nos están matando”; “No puedo ser la mujer de tu vida porque ya soy la mujer de la mía”;“Menos violencia, más orgasmos”; “No quiero tus piropos, quiero tu respeto”; “Mira por sus ojos y verás su sufrimiento”; “Soy tu mamá, soy tu esposa, soy tu hermana, soy tu hija ¡ Respetame!; “El cuerpo de la mujer no es una mercancía”

UNA LARGA LUCHA

Las religiones en su totalidad discriminan a la mujer. El 1º de Diciembre de 1563, en el concilio de Trento, tras prolongadas discusiones teológicas y por un voto se decretó que "La mujer tiene alma" En Canadá recién el 18 de octubre de 1929 la justicia consideró a las mujeres como personas.

En su libro póstumo “Mujeres” el escritor uruguayo Eduardo Galeano escribió bajo el título “Prohibido ser mujer”: “En 1804, Napoleón Bonaparte se consagró emperador y dictó un Código Civil, el llamado Código Napoleón, que todavía sirve de modelo jurídico al mundo entero. Esta obra maestra de la burguesía en el poder consagró la doble moral y elevó el derecho de propiedad al más alto sitial de las leyes. Las mujeres casadas fueron privadas de derechos, como los niños, los criminales y los débiles mentales. Ellas debían obediencia al marido. Estaban obligadas a seguirlo, dondequiera que fuese, y necesitaban su autorización para casi todo, excepto para respirar. El divorcio, que la revolución francesa había reducido a un trámite simple, fue limitado por Napoleón a las faltas graves. El marido se podía divorciar por adulterio de su esposa. La esposa sólo se podía divorciar si el entusiasta había acostado a su amante en el lecho conyugal. El marido adúltero pagaba una multa en el peor de los casos. La esposa adúltera iba a la cárcel, en cualquier caso. El Código no otorgaba permiso para matar a la infiel si era sorprendida. Pero cuando el marido traicionado la ejecutaba, los jueces, siempre hombres, silbaban y miraban para otro lado.

Estas disposiciones, estas costumbres, rigieron en Francia, durante más de un siglo y medio”

LA CARTA DE MANUELA

Tiene 20 años. Fue violada en un taxi y el taxista permanece prófugo. Fue acusada por la familia del violador en una actitud que intentaba colocarla en la situación de victimaria. Desde el dolor y con calidad literaria escribió una conmovedora carta, un ladrillo más en el camino al 3 de junio:

“Escribo esto porque sino no voy a poder estudiar esta noche, ni dormir, ni pensar, ni respirar bien. No sé bien a quién le escribo ni en propósito de qué, pero doy por sentado que cada quién se dará por aludido.

Tengo 20 años y en mi haber algunos que otros fracasos sentimentales, estudiantiles y familiares. También tengo sueños y manías, tengo caídas y manos amigas que me ayudan a levantarme. Y hoy, o mejor dicho, a partir del sábado 18 de abril, a determinada hora, en determinado lugar, tengo en mi haber, en este capítulo de mi vida, una violación.

Y les quiero explicar qué significa.

Se trata de un acto, un acto sexual contra mi voluntad. Se trata de que me falló la intuición y de que estuve en el lugar equivocado, en el momento equivocado, con la persona equivocada En fin, se trata de un error que cometí.

Me subí a un taxi, acepté subirme a un auto porque quien conducía ese auto se ofreció a llevarme a mi casa, de la que no tenía llaves porque confié y creí amiga también a una persona equivocada. Y yo, en un momento de vulnerabilidad me subí.

Les quiero contar por qué.

Me subí primero porque era un radio taxi premium. Ese radio taxi que los padres y tíos nos dicen que nos tomemos porque son más seguros. Ahí cometí el primer error.

Porque los violadores no sólo están en los callejones oscuros esperando para atacar o en las vías del tren. Los hay en las oficinas, en las confiterías, en las familias, en los parques y en los radiotaxis al parecer, también.

Mi segundo error fue haber perdido el conocimiento. Así que sí, cometí 2 errores. Pero les quiero hablar de la otra persona que estaba conmigo adentro de ese auto, de mi violador. De él, que, a diferencia de mí, que cometí dos errores, cometió un delito: la violación.

¿Quién no soy ni quiero ser?

No vine a este mundo a ser una mediocre. Así que no quiero serlo. No puedo seguir diciendo que esta bestia me arruinó la vida porque puedo hacerme cargo de los errores que cometí pero no del delito que cometió él. Y la totalidad de mi vida no puede reducirse a que me haya violado un tipo que, dicho sea de paso, no sólo está prófugo sino que está libre. Y para mí la libertad es lo más preciado que tenemos y él, no se la merece.

Cada vez que me violó en contra de mi voluntad ensució, pisoteó, insultó y traicionó a la libertad. No quiero a este violador libre, lo quiero privado de su libertad, encerrado y hostigado, como estuve yo esa mañana adentro de ese auto.

Merezco volver a ser libre y volver a tener sueños. Merezco volver a sentir cosas lindas y no este veneno que tengo dentro mío. Merezco volver a reír con ganas y a llorar solo por lo que haga falta. Merezco tener una familia y unos amigos que puedan contar conmigo. Y si esto es mucho pedir, entonces, por lo menos merezco poder comer, dormir y estudiar. Merezco volver a confiar en alguien una vez más. Porque cuando te violan, el tiempo es denso y esperar es un espanto.

Quiero que la vida me deje de doler. Quiero que estar despierta sea un deseo y no una tortura. Quiero que dormir sea descansar y soñar con cosas lindas, no quiero más pesadillas con la cara de este animal (con perdón de los animales).

Quiero que a mi mamá no le duelan las sonrisas. No quiero que la gente me tenga lástima. Quiero que la gente quiera justicia.

Pueda que jamás me olvide de esa eternidad en la que fui sometida a ese infierno de escuchar la respiración y la excitación de él mientras me violaba. Ni su cara de placer frente a la mía de pánico. Puede que nunca olvide su cara ni su voz. Pero tampoco voy a olvidar nunca qué merezco y quién soy y algún día me va a doler menos. Y la vida que tenía antes del 18 de abril (que hoy parece una utopía) algún día me pertenecerá de vuelta.

Me juré a mí misma que no voy a rendirme hasta que no haya justicia.

Manuela

PD: Nadie me hará creer jamás que fui, soy o seré culpable de que me hayan violado.”

(El subrayado y las negritas la ha puesto el autor de esta nota)

UN HITO EN UNA LARGA LUCHA

Más allá del devenir posterior, el 3 de junio es un hito en una larga lucha. Su potencialidad es la continuidad en el tiempo. La extensa lista de víctimas de femicidios ha sido puesta en la agenda pública. Es un hito que debe prolongarse en las calles y en la aplicación de las leyes sancionadas.

Con un gobierno nacional sensible a los problemas de género, con avances que van del matrimonio igualitario a la legislación que protege a las trabajadoras de casas particulares.

Lo hecho es importante y trascendente pero siempre será insuficiente. Al día siguiente de la marcha apareció la siguiente noticia en el diario La Nación: “Ayer se conoció otro caso de brutal agresión contra una mujer que podría haber terminado en tragedia sin la intervención de una nena de apenas tres años, hija de la pareja. El hecho ocurrió en la ciudad de Neuquén, cuando el hombre atacó a su ex esposa e intentó ahorcarla. ¡ Basta papá, basta! Gritó entonces su pequeña hija. Finalmente, el hombre se desplomó sobre una silla y quedó allí hasta la llegada de la Policía”

Parafraseando un grafitti del mayo francés: La concentración cierra la calle pero abre el camino.

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“Marx pasa por la sociedad civil” Por Miguel Russo

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Entrevista a Horacio Tarcus. Historiador/ Doctor en Historia y uno de los mejores estudiosos de la izquierda en el país y la región, Horacio Tarcus acaba de seleccionar y prologar una nueva antología de los textos de Karl Marx, publicada recientemente por la editorial Siglo XXI. Desde México, donde se encuentra dictando un seminario, aceptó el convite para profundizar sobre la actualidad del pensamiento del “filósofo de Tréveris” a la luz de los gobiernos y movimientos sociales de América latina.

–¿Qué modificaciones hubo de la lectura de Marx por parte de los partidos o movimientos marxistas argentinos en las distintas décadas luego del retorno a la democracia?
–Hay cambios significativos en la lectura de Marx a partir de los últimos quince años. Después del debate acerca de la “crisis del marxismo”, que aquí llegó tardíamente en los ’80, en la década siguiente vivimos un reflujo de Marx y el marxismo marcado por el derrumbe de los socialismos reales. En ese clima hostil, fuertemente antimarxista, persistieron, podríamos decir, dos marxismos: el marxismo militante de los partidos de izquierda, que no acusaba recibo del derrumbe ni de los desafíos teóricos que le planteaban otras corrientes de pensamiento, y el marxismo que resistió en espacios intelectuales, revistas culturales, cátedras universitarias. Es mi propia experiencia en la cátedra de Teorías del Estado, en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, y de las revistas El Cielo por Asalto y El Rodaballo. Esta última, sobre todo, donde me acompañaron Maristella Svampa, Ezequiel Adamovsky, Martín Bergel y otros colegas, intentó abrir el horizonte teórico y político del marxismo a un diálogo con corrientes muy diversas: la teoría feminista, el ecologismo, los movimientos alterglobalizadores, las utopías posindustriales, las perspectivas libertarias, los proyectos de la renta básica. El diálogo entre el paleomarxismo de las izquierdas radicales y este marxismo crítico que no-sotros sosteníamos fue prácticamente nulo, si exceptuamos los puntos de contacto entre El Rodaballo y la búsqueda de Luis Zamora de constituir una fuerza política de nuevo tipo. Este diálogo, lamentablemente, fue muy breve.

–¿Por qué?
–A mi juicio, Zamora apenas le puso un ropaje nuevo a una clásica formación sectaria de la vieja izquierda. Los intercambios fueron más provechosos con los movimientos sociales: militantes feministas, los jóvenes del Movimiento 501, los grupos alterglobalizadores. Pero nuestra apuesta por contribuir a crear un espacio de la nueva izquierda no tuvo éxito.

–Y llegó la crisis de diciembre de 2001…
–Sí. Fue el punto de arranque de otro momento histórico. Fue una suerte de barajar y dar de nuevo. El posmarxismo y toda la transitología de las teorías de la democracia parecían naufragar ante el escenario de esta crisis inédita y profunda. Marx y el marxismo no ofrecían respuestas contundentes, como en el pasado, pero sin ellos no se podía comprender el significado de la crisis ni el nuevo escenario abierto con ella. El viejo Gramsci y su teoría de las crisis orgánicas parecía que tenían todavía cosas para decirnos. A nivel global, Toni Negri y Michael Hardt ofrecían en el año 2000 en su libro Imperio un cuadro del nuevo escenario internacional que se proponía poner al día las ya viejas tesis de Lenin sobre el imperialismo. La obra alcanzó un éxito resonante a nivel mundial. Pero las lecturas más productivas de la crisis de 2001 y del nuevo escenario local e internacional no las llevaron a cabo los partidos de izquierda, encerrados en sus viejos esquemas. Negri y otros autores emergentes fueron leídos, pero por diversos espacios de la sociedad civil, nuevos movimientos sociales, colectivos intelectuales, revistas, espacios que no alcanzaron a constituir, como en España, una suerte de Podemos.

–¿Hay una lectura de Marx en común por parte de los partidos marxistas en América latina? Si no fue tan así, ¿cuáles son las grandes diferencias que nota en cuanto a las interpretaciones de esos escritos? En la región, ¿siguen siendo los partidos comunistas los responsables de la lectura de Marx y sus exégetas indicados?
–Los partidos comunistas, tanto en América latina como en el mundo entero, perdieron ya en la década del ’60 la hegemonía sobre la cultura de izquierdas que habían conquistado sobre todo en la inmediata posguerra, después de la derrota de la Alemania nazi por las fuerzas soviéticas. Ese mundo de la hegemonía cultural comunista se hundió irremisiblemente treinta años antes del derrumbe de la URSS. El eclipse de los partidos comunistas es evidente en toda América latina. En México, se disolvió en el PRD; en Perú, en Brasil y en Bolivia los comunistas son fuerzas residuales; en la Argentina, el PC se integró al kirchnerismo a un grado tal que perdió toda presencia pública, incluso visibilidad. Subsisten con cierta iniciativa el PC uruguayo (que forma parte del Frente Amplio, hoy en el poder) y el PC chileno, que se integró a la Concertación. Pero su relación con Marx no es la del pasado. Marx es hoy una lejana referencia identitaria para los comunistas, más bien un ícono que una lectura. Los trotskismos latinoamericanos, allí donde mantienen alguna iniciativa política (en la Argentina, sobre todo), sustentan una adscripción doctrinaria al marxismo, pero fuertemente conservadora. Sostienen una defensa doctrinaria, sin aportar desarrollos innovadores. Otro tanto podríamos decir de las fuerzas maoístas, también debilitadas y en proceso de retirada en todo el continente. En suma, estas renovadas lecturas de Marx y el marxismo no pasan en absoluto por los partidos, sino por la sociedad civil.

–Pero, ¿qué lecturas distintivas se promueven desde gobiernos que parecen haber retomado esa línea de pensamiento o, al menos, haber hecho alianzas con los comunismos zonales?
–Las formaciones ideológicas de nuestros países son muy diferentes, más allá de cierta retórica latino-americanista común a este ciclo histórico que lleva una década y media. El kirchnerismo sólo se interesó tardíamente (después de la crisis de 2008) en la construcción de un discurso ideológico y su búsqueda no se orientó al socialismo, ni siquiera a las viejas formulaciones del “socialismo nacional”. En Chile, el socialismo es un mal recuerdo para vastos sectores de la población, a pesar de que el partido gobernante se llama socialista. Tampoco para el gobierno de Tabaré Vázquez tiene gran significación que su partido se denomine socialista. El llamado “socialismo del siglo XXI” fue una formulación de un filósofo alemán, Heinz Dieterich, que vivía en Venezuela en la década del ’90, y que ofreció como ideología al gobierno de Hugo Chávez, quien la citó reiteradamente. Es una propuesta de de-sarrollismo económico donde un Estado fuerte y unos movimientos de base subordinados a dicho Estado libran una lucha aguda para subordinar, sin anular, a las fuerzas del capital. La “revolución ciudadana” del presidente ecuatoriano Rafael Correa comparte el desarrollismo económico y el poder centralizado, pero le imprime al Estado una reforma de carácter meritocrático inédita en el resto de América latina. Acaso el proyecto democratizador más radical del continente fue el que tuvo lugar en Bolivia bajo el gobierno del MAS, donde las formas de democracia representativa conviven, no sin tensiones, con formas comunales de democracia. En suma, quiero decir que los nuevos gobiernos latinoamericanos lograron revertir las peores regresiones sociales a las que nos llevó el neoliberalismo en los ’90 y representaron conquistas económicas, sociales y culturales para grandes masas antes excluidas del sistema. Sin embargo, sus grandes liderazgos carismáticos y paternalistas, sus políticas desarrollistas basadas en patrones extractivistas y sus modelos estadocéntricos poco tienen que ver con el socialismo, esto es, con una sociedad que se liberó de la tutela estatal y que creó organismos sociales de deliberación y decisión colectiva. Basta señalar que uno de los más fervientes defensores del “socialismo del siglo XXI” es nada menos que el ultranacionalista PC de la Federación Rusa, que propugna una vuelta al estalinismo.

–Al oír que la gran mayoría de los presidentes latinoamericanos hablan o hablaron alguna vez de proceso revolucionario, ¿en qué estado está aquel futuro revolucionario planteado por Marx?
–Marx odiaba los liderazgos carismáticos, detestaba a figuras como Napoleón III o Bismarck, no sólo por sus políticas imperiales sino también por lo que representaban como concentraciones personales del poder. Marx creía en el juego de las fuerzas políticas, en las batallas de ideas, en los periódicos, en los libros, en los debates públicos. Marx no era estatista, creía en la libertad de asociación de los productores. Tampoco era productivista, soñaba con una sociedad donde los adelantos técnicos pudieran reducir sustancialmente la jornada de trabajo, de modo que los productores pudieran ganar un tiempo extraordinario para desarrollar una intensa vida social y cultural. Nuestros gobiernos latinoamericanos, aun con todas sus diferencias, no vinieron a realizar la utopía marxiana, sino a reconstruir el poder estatal, a recuperar las economías nacionales, a integrar socialmente a millones de excluidos y a intentar una tímida integración regional. No son utopistas: apelan a grandes retóricas sociales para legitimar sus políticas y construir poder, son gobiernos realistas, fuertemente pragmáticos. No vinieron a realizar el socialismo, sino a ofrecernos un capitalismo menos ominoso que el que sufríamos hace veinte años.

Razones para una antología

Por Horacio Tarcus

Cuando en 1983 se cumplía el centenario de la muerte de Marx, Manuel Sacristán se preguntaba qué Marx se leería en el siglo XXI. La pregunta del filósofo catalán contiene dos presupuestos de enorme significación para nosotros.

El primero, que el clima de antimarxismo dominante en la década de los ’80 (y que se extendió a los años posteriores al derrumbe de los “socialismos reales”) era un fenómeno acotado; así, daba por sentado que Marx seguiría leyéndose en el siglo XXI. Tan sólo por la notable proliferación contemporánea de reediciones de su obra, comprobamos hoy que el de Sacristán fue un pronóstico certero.

Podemos añadir que el Marx del siglo XXI es un Marx liberado de la pesada hipoteca del siglo pasado, cuando se lo consideraba el responsable intelectual de los comunismos reales del siglo XX. El desprestigio de estos “ismos” nacidos en el siglo pasado, la desaparición de los centros de codificación y edición del “marxismo” (Moscú o Pekín), el descrédito de los manuales de “marxismo-leninismo” y de las interpretaciones canónicas que culminaban en el triunfo inexorable del comunismo, con sus líderes infalibles y sus Estados guía, arrastraron en un primer momento a Marx y su obra. Sin embargo, Marx volvió a emerger de entre los escombros del Muro de Berlín. No el mismo Marx, claro, sino el Marx del siglo XXI del que hablaba Sacristán: un Marx más secularizado, menos sujetado a las experiencias políticas y los sistemas ideológicos del siglo XX.

La narrativa dominante en los ’80 –que sin más veía en el autor de El Capital al padre de la criatura, considerando que de Marx a Stalin y al gulag no había más que una línea necesaria de desarrollo– se debilitó a fines de siglo. Las preguntas sobre el fracaso de los “socialismos reales” comenzaron a dirigirse a la obra del propio Marx, y aunque el filósofo de Tréveris no ofrecía, como en el pasado, una respuesta a cada interrogante, el siglo XX concluyó con la esperanza de “volver a Marx”, de encarar un Marx “sin ismos”. Incluso admitiendo que su profecía acerca de la emancipación humana había fracasado, el mundo globalizado de comienzos del tercer milenio era asombrosamente parecido al descrito en el Manifiesto Comunista. La nueva crisis mundial que estalló en 2008 vino a recordarnos que al menos el diagnóstico crítico de Marx sobre la dinámica de expansión del capitalismo, con sus crisis periódicas y con su carga de miseria, exclusión y violencia sistémica, permanece vigente. Las reediciones de El Capital se reactivan entonces en todo el globo, y el nuevo best setter en materia económica que muestra la relación entre aumento de la tasa de acumulación del capital y crecimiento de la desigualdad se titula justamente El Capital en el siglo XXI. Así, aunque de otro modo, seguimos leyendo a Marx.
El segundo presupuesto de la pregunta de Sacristán sostiene que cada época histórica recompone el corpus de las obras legadas por un autor conforme lo aborda con renovados interrogantes. Ciertas obras, canónicas en un tiempo histórico, pasan en otro a un segundo o tercer plano, mientras que otras, laterales ayer, ocupan hoy el centro del canon de lectura.

Entonces, a la hora de organizar una antología de Karl Marx destinada no al especialista sino a todo aquel que quiera leerlo, nos enfrentamos al problema de escoger, no para lectores intemporales, sino para lectores de este siglo. Y de elegir entre obras de largo aliento y artículos periodísticos, conferencias, ensayos históricos y manifiestos junto a borradores y cartas privadas.

El criterio que adopté no sigue los lineamientos de buena parte de los marxismos del siglo XX, que distinguían entre un “joven Marx” premarxista y uno “maduro”, o que oponían un “Marx político” a uno “científico”, un Marx de la ética y la subjetividad contrapuesto a uno estructural de las leyes objetivas de la historia. Tampoco distingue entre el Marx del “materialismo dialéctico” y el del “materialismo histórico”. No es una antología temática, porque Marx no fue, estrictamente hablando, ni un filósofo, ni un economista, ni un historiador ni un organizador político. Y al mismo tiempo, en cierto sentido, fue todo eso. Por ello, la Antología procura ofrecer al lector contemporáneo una muestra de los diversos géneros discursivos abordados por Marx a lo largo de su vida así como de sus diversos perfiles: un autor capaz de desafiar los sistemas filosóficos de su tiempo, postular un nuevo lenguaje para la política, abordar el ensayo histórico-político y al mismo tiempo someter a crítica radical una ciencia emergente, la economía política.

07/06/15 Miradas al Sur

 

Miles Davis Doo Bop

ENTREVISTA CON L'OSSERVATORE CFK: "El estilo de Francisco trae nuevo impulso al proceso de cambio mundial"

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La presidenta Cristina Kirchner sostuvo que "Bergoglio no es un líder político, pero está generando cambios que van más allá, transformaciones mentales" y destacó que el pontífice está "sereno, seguro y muy consciente de la inmensa tarea de la Iglesia en el mundo". En diálogo con el diario del Vaticano, la jefa de Estado también destacó el rol de la mujer y aseguró que "hay muchos retos que superar en el ámbito de la igualdad de género", además calificó de "histórica" la convocatoria "Ni una menos".

La presidenta contó que el Papa se quedó impresionado con el viaje a Sarajevo, en la previa al encuentro con la mandataria, y aseguró que "estaba muy contento de haber visitado una ciudad que sufrió mucho después de los sangrientos conflictos del siglo pasado y ha vuelto a ser un lugar de diálogo y de convivencia pacífica". "El mundo de hoy necesita de personas especiales", consideró Cristina en referencia al pontífice.
La jefa de Estado, quien resaltó en varias oportunidades su condición católica, evaluó que "el soplo de fresca evangélica" que trajo el Papa Francisco convoca a "los católicos y no católicos", mientras que "sus palabras a favor de la justicia social, así como su estilo traerá un nuevo impulso a este proceso de cambio a nivel mundial".
En otro tramo de la entrevista, Cristina agradeció el obsequio que le hizo el pontífice de una reproducción de un ícono ruso del siglo XI, que representa a la Virgen de la Ternura, y aseguró que esa cualidad es "típicamente femenina" y "cuando las mujeres aportan en la política este valor, cambia la perspectiva de cosas".
"Hay una mirada sobre el mundo, sobre la vida, sobre la experiencia que es mejor para las mujeres", señaló la presidenta respecto a la actualidad política, al destacar que en la región el liderazgo de los países ya no es un monopolio masculino.
A pesar del "bonito récord de presidentas", la jefa de Estado subrayó: "Tengo cuidado de no pensar que la situación es similar en todos los sectores de la sociedad. Creo que todavía el poder sigue siendo patrimonio predominantemente masculino". "En los medios de comunicación, en las cabezas de las grandes corporaciones, instituciones internacionales aún no tiene igual en el mando", agregó.
En ese punto, Cristina recordó que a principios de este año el Papa calificó como "un escándalo puro" la disparidad salarial entre hombres y mujeres, y coincidió en que "las mujeres trabajan en promedio más que los hombres, ya que se suman a los roles familiares las profesionales".
"Francisco tiene una visión concreta y profunda de las mujeres como una parte fundamental de la sociedad. Concreta porque entiende bien, y lo dijo varias veces en su lenguaje muy claro, que el papel de la mujer es fundamental en los países en desarrollo, ya que marca el futuro de la familia", acordó la mandataria.
La presidenta subrayó que "todavía hay muchos retos que superar en el ámbito de la igualdad de género, incluso en los países desarrollados e industrializados. El camino a seguir es todavía largo y estamos en un continente donde millones de mujeres también siguen siendo víctimas de discriminación y violencia".
En ese punto, Cristina destacó la masiva movilización frente al Congreso convocada por la campaña "Ni un menos", en la que "cientos de miles de personas salieron a las calles de Buenos Aires y otras ciudades contra la violencia contra la mujer. Una movilización histórica tras una serie de feminicidios que han sacudido el país".

EL SINDICALISMO OPOSITOR CUMPLIO LA MEDIDA DE FUERZA Y EL GOBIERNO CALIFICO AL PARO COMO “ELECTORAL” Un día con piquetes y sin medios de transporte

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Por Julián Bruschtein
“El Gobierno nunca cortó el teléfono y no va a levantarlo porque está levantado desde siempre, esperando que del otro lado contesten”, fue lo primero que dijo el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, cuando todavía corrían las primeras horas del paro convocado por la Confederación Argentina de los Trabajadores del Transporte (CATT), la CGT moyanista, la de Luis Barrionuevo y la CTA del estatal Pablo Micheli. Después de los piquetes en los accesos a la ciudad de Buenos Aires, el camionero Hugo Moyano dijo que la medida de fuerza tenía “una adhesión muy importante, lo que demuestra una disconformidad con la política que aplica el Gobierno con los trabajadores”.
“Con 17 mil pesos no alcanza para vivir con dignidad. Vamos a seguir aplicando las medidas que sean necesarias para preservar las reivindicaciones de los trabajadores”, aseguró Moyano en la conferencia de prensa que armó junto a los dirigentes sindicales opositores aliados en la sede de la CGT, en el edificio Azopardo. Había pasado ya más de la mitad de la jornada de la medida y los sindicalistas se mostraban optimistas por los resultados. En contraste, nuevamente los piquetes y bloqueos en los ingresos a la Capital fueron la tónica que marcaron el día y la ausencia de trabajadores en sus puestos de trabajo. Apenas despuntaba la mañana el jefe de Gabinete ya había reiterado que se trataba de un “paro político, con objetivos poco claros para generar confusión en un momento determinado y no aporta absolutamente nada e impide a la mayoría ir a trabajar”.
La idea de una nueva medida de fuerza fue anunciada por la CATT a mediados de mayo, cuando Schmid informó que la organización que presidía había decidido una medida para “la primera semana de junio”. Transformada en el ariete de Moyano para bajar el perfil “personalista” del que acusaban al camionero cuando rompió la CGT, los gremios del transporte llevaron la propuesta al consejo directivo de la CGT Azopardo, que finalmente le puso la fecha. Luego se sumaron la CTA de Micheli, aliada al moyanismo, y los partidos de izquierda que sumaron su fuerza en la calle acompañando la medida con piquetes.
“Este paro demuestra claramente, gracias a su contundencia, que hay disconformidad con las políticas que aplica el gobierno nacional sobre los trabajadores”, sostuvo Moyano en la CGT. Ya habían pasado los cortes que la izquierda y algunas organizaciones sociales habían implementado en distintos lugares. Los ingresos a la ciudad habían sido obturados hasta pasadas las 9.30, cuando los manifestantes se retiraron para confluir en una movilización hacia el Ministerio de Trabajo.
“El paro fue un contundente fracaso. Es un paro descontextualizado, que tiene que ver con un paro partidario vinculado a un proceso electoral”, señaló el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, haciendo foco en los dirigentes que encabezaron la protesta. Moyano y sus aliados se pelearon con el Gobierno en el 2011, después de apoyar ocho años al kirchnerismo. En la conferencia de prensa en la CGT se pudo ver a Luis Barrionuevo, que declaró públicamente que “negociaba con los militares” –generando una polémica incluso dentro de la cúpula cegetista opositora (ver aparte), y a quien Tomada vinculó con Massa–, al titular de la Uatre, Gerónimo Venegas, reciente aliado de Mauricio Macri, y a Micheli, quien anunció su posible candidatura a diputado nacional en la lista de Margarita Stolbizer. “Sólo el veinte por ciento de los trabajadores no concurrió a su lugar de trabajo. Claramente esto no fue un paro general”, agregó el titular de la cartera de Trabajo.
“Todas las revoluciones las hicieron personas que ganaban más, así pasó el Cordobazo”, fue una de las definiciones que soltó Moyano en la conferencia de prensa que dieron los dirigentes aliados en el paro de ayer. Sin dejar de lado la analogía entre la revuelta popular contra una dictadura militar en 1969 y la medida de fuerza que el sindicalismo opositor concretó ayer contra un gobierno democrático, Moyano explicó que “algunos piensan que los dirigentes decidimos por nosotros mismos, pero no es así, los dirigentes interpretamos a los trabajadores”. Luego apuntó que “cuando le pongan un techo a la inflación, los trabajadores le pondremos un techo a las paritarias”.
Durante la jornada, el Gobierno cerró su análisis de la medida en tiempos electorales. El ministro de Economía, Axel Kicillof, también apuntó contra la protesta al sostener que fue “un acto político en pleno proceso electoral. Y no es general, es de transporte”. También se sumó a las críticas el gobernador bonaerense, uno de los precandidatos presidenciales del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, al calificar como “un día triste y amargo” por el paro porque “no deben anteponerse cuestiones políticas sobre el interés nacional” y advirtió que “Argentina necesita responsabilidad social”. El ministro de Transporte y también precandidato a la Presidencia por el FpV, Florencio Randazzo, publicó en las redes sociales que “los dirigentes sindicales opositores decretaron la prisión domiciliaria de millones de argentinos. Vengo diciendo que hay dirigentes sindicales que son parte del problema, no de la solución”, todavía con el choque frontal en Temperley de un tren con una locomotora entre ceja y ceja, un día antes de la presentación de las formaciones 0 km de la línea Roca.
Entre las definiciones realizadas por los sindicalistas durante la jornada del paro, Schmid, titular de la CATT y líder del gremio de Dragado y Balizamiento, dejó una advertencia: “El paro se da ahora, pero será una fuerte señal hacia adelante entre quienes tengan que administrar y vean cuál es la capacidad y la posibilidad de acuerdos en la futura gestión”.

REPUDIO GENERALIZADO A LAS DECLARACIONES DE LUIS BARRIONUEVO “Con los militares se negociaba”

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El titular de la CGT opositora Azul y Blanco, Luis Barrionuevo, rememoró con nostalgia a la última dictadura cívico militar para criticar al gobierno nacional por la “falta de diálogo” con el sector que representa. “En la época de los militares hacíamos paro, huelga, lucha, se conversaba, se negociaba, pero con este gobierno no tuvimos ninguna posibilidad de ningún tipo de diálogo”, comparó a pocas horas del inicio del paro que, junto a los sectores sindicales del dirigente Hugo Moyano y a la CTA Autónoma de Pablo Micheli, llevó a cabo ayer. Sus declaraciones generaron rechazos de organismos de derechos humanos, de referentes sindicales y legislativos del Frente para la Victoria e incluso de sus propios aliados.
Pocas horas antes del comienzo del paro, el dirigente gastronómico se quejó de que “hace tres años que no hay ninguna respuesta” de parte del Ejecutivo liderado por la presidenta Cristina Fernández a los “reclamos” del sector sindicalista que lo incluye. En ese sentido, relacionó la ausencia de vínculo denunciada con la forma de ser “caprichosa” de la Presidenta: “Este es un gobierno caprichoso, es el capricho que tiene la Presidenta, es su formación y su manera de ser, la conozco de cuando era senadora”, criticó. “Queremos soluciones, pero no hay ningún tipo de conversación”, advirtió en una breve entrevista que el canal América emitió ayer por la mañana, en la que comparó el vínculo entre la línea gremial que representa y el gobierno nacional con la relación mantenida con la última dictadura cívico-militar. “En la época de los militares hacíamos paro, huelga, lucha, se conversaba, se negociaba”, mencionó.
Por la tarde, durante la conferencia de prensa que compartió con los otros dirigentes de los gremios que convocaron a la medida de fuerza, intentó justificar su reivindicación de la época del terrorismo de Estado. “No hagas macanas”, lo introdujo el titular del gremio de Camioneros, Hugo Moyano. “Los militares habían escuchado a la dirigencia sindical porque en la CGT había interventores militares”, intentó aclarar. Y criticó al Gobierno por tener como jefe del Ejército a César Milani.
No obstante los intentos de explicar la poco feliz frase, el gastronómico despertó rechazos desde numerosos sectores. Micheli, socio de Barrionuevo en la medida de fuerza desarrollada ayer, consideró que sus dichos fueron “una barbaridad”. “Me caen mal porque desaparecieron compañeros, decir que se podía negociar con la dictadura me parece una barbaridad. Yo no lo comparto”, aclaró y añadió: “Hay que ir a la historia de cada uno: ¿cuándo vieron a Víctor De Gennaro o a Pablo Micheli diciendo que se podía negociar con la dictadura?”, se preguntó.
El diputado nacional e hijo del dirigente camionero, Facundo Moyano, cercano hasta hace poco al Frente Renovador, expresó ayer, vía Twitter, su “enérgico repudio” a los dichos del aliado de su padre y apuntó que “si hubo un sujeto social víctima de la dictadura cívico-militar fueron los trabajadores argentinos”.
En los mismos términos, el bloque de diputados del Frente para la Victoria rechazó la comparación del sindicalista por considerar que “representa un agravio a los miles de trabajadores que enfrentaron a la dictadura genocida y que pagaron con la cárcel, la desaparición y la muerte”. En el texto, apuntaron que los dichos de Barrionuevo “representan un insulto a los organismos de derechos humanos, a su larga lucha y a la política de Memoria, Verdad y Justicia que desde 2003 impulsa el Gobierno que hoy preside Cristina Fernández de Kirchner, siendo patrimonio ya de todo el pueblo argentino”.
Para el dirigente de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, las declaraciones del sindicalista fueron “confesiones, no declaraciones”. “Le puso palabras a algo que todos los que somos dirigentes sindicales sabemos y es que hay dos vertientes del sindicalismo: los que dialogaron y fueron interlocutores de la dictadura y los que la enfrentaron e intentaron defender los derechos de los trabajadores”, reflexionó. Cabe recordar que Barrionuevo fue designado “delegado normalizador” de la obra social del gremio de los trabajadores gastronómicos en 1979 por Carlos Manuel Valladares, quien intervenía el sindicato por encargo de los militares. “Existió un Barrionuevo que dialogó con los militares, pero también existió un Oscar Smith, ex secretario general de Luz y Fuerza, que enfrentó a la dictadura como tantos otros que intentaban defender su convenio colectivo”, diferenció Yasky, quien, por último, propuso tomar los dichos del gastronómico para “empezar a tirar de ese hilo que permitirá poder ver de qué lado estuvieron los dirigentes sindicales cuando hubo una dictadura genocida que se ensañó con trabajadores y trabajadoras”. Desde la agrupación gremial docente Ctera apuntaron que “en una etapa histórica donde los genocidas están encarcelados y se comienza el juicio con los responsables civiles de aquella asesina dictadura los dichos de Barrionuevo son una afrenta a la histórica lucha por Memoria, Verdad y Justicia”.
En esa línea también se expresó Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, quien confirmó que Barrionuevo “dijo la verdad” y que tanto él como “(Hugo) Moyano y el Momo (Venegas) siempre estuvieron con los milicos y delataron a los compañeros”. “No hay que alarmarse. Es bueno que escupan la verdad. Ellos hablaban, negociaban y estaban de acuerdo con los milicos”, aseguró Bonafini, que advirtió luego que “van a tener que pagar por esa complicidad”. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, dijo que la Justicia debería investigar en qué se benefició Barrionuevo con la dictadura. “Se olvida de sus compañeros, si es que los consideró así, ya que centenares fueron desaparecidos.”

"Repudio los dichos de Barrionuevo sobre la relación del sindicalismo y la dictadura"

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 diputado nacional massista Facundo Moyano criticó al Gastronómico por sus declaraciones durante el paro. Barrionuevo aseguró que "en la época de los militares conversábamos más".

El diputado nacional y dirigente del gremio de Peajes, Facundo Moyano, cuestionó en las redes sociales a Luis Barrionuevo por sus declaraciones favorables a la última dictadura militar. "Quiero expresar un enérgico repudio a los dichos de Luis Barrionuevo sobre la relación del sindicalismo y la última dictadura cívico-militar", aseguró Moyano.
Más temprano, Barrionuevo afirmó que "en la época de los militares conversábamos más", lo que generó fuertes críticas desde el kirchnerismo y también de sectores aliados.
"Si hubo un sujeto social víctima de la dictadura civico-militar fueron los trabajadores argentinos", concluyó Moyano en Twitter.

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