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México: Semillero de ideas anticapitalistas en Chiapas Por Raúl Zibechi

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Un buen puñado de intelectuales y activistas respondieron a la convocatoria del zapatismo que organizó un “semillero de ideas” durante una semana en dos espacios de Chiapas, donde se escucharon análisis que abordaron desde la crisis ambiental y el feminismo hasta las crisis económicas y la violencia. El resultado fue un abanico de análisis poco frecuentes en los movimientos antisistémicos.

En las afueras de San Cristóbal, al pie de una de las colinas que la circundan, se yergue el Centro Integral de Capacitación Indígena (Ciedeci), que albergó el seminario “El Pensamiento Crítico ante la Hidra Capitalista”.

El zapatismo convoca

Es poco común la confluencia de una variedad de pensadores como Immanuel Wallerstein, Silvia Federici, Pablo González Casanova, Adolfo Gilly, Michael Löwy y John Holloway, entre los más conocidos, así como miembros del PKK del Kurdistán. Si se suma la participación de 1.500 personas de varios continentes, el resultado fue un evento que pocos movimientos en el mundo pueden convocar. Con el declive de los foros sociales, que hace años no se realizan en América latina, las convocatorias zapatistas son ahora las que obtienen mayor resonancia.

“Los zapatistas no guardamos un pensamiento si coincide o no con el nuestro sino si nos hace pensar o no, si nos provoca o no, pero sobre todo si da cuenta cabal de la realidad”, dijo el subcomandante Galeano (ex Marcos) en los primeros días del seminario. Y agregó algo que nunca había dicho: “Nuestra admiración al pensamiento anarquista. Es claro que no somos anarquistas, pero sus planteamientos son de los que provocan y alientan, los que hacen pensar”.
Sin embargo, en su última alocución, Galeano defendió el marxismo o, por lo menos, los principales escritos de Marx. Citó extensamente pasajes de El Capital, en particular la sección donde analiza la acumulación originaria del capital, en la que destaca que el capitalismo llegó al mundo “chorreando sangre y lodo por todos los poros”. Es posible que sea una inflexión en la trayectoria zapatista que hasta ahora no había mostrado ese perfil.

En los análisis macro predominó la visión de Wallerstein de los sistemas-mundo, quien con su “telescopio”, dijo Galeano, es capaz de crear un relato de conjunto sobre la situación actual del capitalismo y prever, incluso a largo plazo, los derroteros de los conflictos sociales.

En su ponencia, Immanuel Wallerstein analizó la “crisis estructural del capitalismo”, sistema que estaría en su etapa final: “Los tres costos básicos de la producción capitalista –los costos de personal, los costos de materias primas y los costos en infraestructura– aumentaron lenta pero sostenidamente”. De ese modo el sistema encontró “límites estructurales, dada la ausencia de nuevas zonas que pudiesen ser incorporadas dentro del sistema-mundo, ahora global”.

En la segunda parte de su exposición, destacó que “la política en una etapa de transición”, como la actual, “debe ser diferente de la política que se desarrolla en el período del funcionamiento normal del sistema-mundo”. Destacó que la confusión ideológica y analítica que sufrimos es “una realidad estructural”, de la que será difícil escapar. Sus siete propuestas no fueron recibidas con unanimidad, en particular la segunda, que propugna “usar defensivamente las tácticas electorales”. Así y todo, su ponencia fue una de las más serias y profundas.

Los discípulos de Iván Illich y los indigenistas, así como una vasta gama de artistas presentes en el evento, fueron de algún modo el contrapunto de los teóricos seducidos por Marx. Ambas corrientes comparten la importancia de lo subjetivo, ya se trate de las cosmovisiones indias o de la crítica a la ciencia, la escuela y la medicina occidentales. Ambas pueden confluir en cierta inspiración libertaria, quizá romántica, que genera tensiones y desencuentros con el modo marxista de pensar y actuar.

Coincidencias

Pero, unos y otros coinciden en que la humanidad atraviesa momentos de gran incertidumbre, que pueden conducir a una suerte de colapso civilizatorio. En este punto, es posible que Marx, Illich y los indigenistas se den la mano, aunque desde genealogías diferentes. El fin del mundo o Pachatkutik es figura omnipresente en las culturas indias.

La crisis y derrumbe del sistema es un punto clave en el pensamiento de Marx. Es fácil entender los puentes entre estas ideas y el anti-industrialismo de Illich, por lo menos como tensiones éticas que, en momentos de descomposición como los que atraviesa la sociedad mexicana, pueden traducirse en acciones comunes.

Miradas

Entre los movimientos antisistémicos, coexisten dos miradas diferentes: quienes sostienen que estamos ante una crisis, mayor aún que las crisis cíclicas de la economía capitalista, y los que consideran que la humanidad está siendo llevada a una situación de colapso por el sistema. El zapatismo escogió la segunda, pero es también algo relativamente nuevo, probablemente influido por los hechos de Ayotzinapa y la guerra contra el narcotráfico del Estado mexicano.

Crisis y colapso

La idea de crisis está asociada a períodos de cambios, desorden, inestabilidades y turbulencias que interrumpen el desarrollo normal de las cosas, para luego de cierto tiempo volverse a una nueva normalidad pero modificada. En las crisis pueden emerger factores de orden que le darán a lo nuevo una diferente fisonomía. Desde el punto de vista de los movimientos, es importante destacar dos cosas: que el concepto de crisis está demasiado asociado a la economía y que aparece ligado a transformación y cambios.

El colapso, por el contrario, es una catástrofe a gran escala que implica el quiebre de instituciones, en forma de ruptura o de declinación definitiva. En la historia hubo muchas crisis pero pocas catástrofes/colapsos. Como ejemplo está lo sucedido con el Tawantinsuyu, el imperio incaico, a raíz de la llegada de los conquistadores. Algo similar puede haberle sucedido al Imperio Romano. La peste negra entre 1347 y 1352 mató entre un tercio y la mitad de la población europea, marcando el comienzo de una nueva cultura que desembocó en el capitalismo. En todo caso, el colapso es el fin de algo, pero no el fin de la vida, porque como sucedió con los pueblos indios, luego de la catástrofe se reconstruyeron, pero como sujetos diferentes.

En esa dirección fueron las palabras del subcomandante insurgente Moisés, quien dijo en el cierre del seminario que “no sabemos si nos va a dar tiempo de multiplicar esto”. Para los zapatistas, lo que se avizora no es una crisis sino algo más serio. Insistió: “El tiempo nos está ganando”, y dijo que ya no alcanza con caminar sino que es hora de trotar, de ir más deprisa.

La noche anterior el subcomandante insurgente Galeano dijo que hasta un 40% de la humanidad será migrante y que habrá despoblamiento y destrucción de zonas para ser reestructuradas y reconstruidas por el capital. Al parecer no pensaba en una crisis sino en algo que podríamos llamar colapso, aunque no usó el término.

Sea como fuere, el encuentro fue un verdadero semillero de ideas, de análisis que van más allá de la coyuntura, que buscan comprender las tendencias de fondo que vive y sufre la humanidad. Una mirada necesaria para izquierdas demasiado enfrascadas en sus fugaces tiempos electorales. A propósito, el zapatismo hizo un guiño a las corrientes electoralistas al afirmar que más allá de que se vote o no se vote, lo importante es organizarse para enfrentar un futuro caótico.

Resumen Latinoamericano / Contrahegemonía | 21/06/15 Miradas al Sur

Bolivia: La imposibilidad de una isla Por Ayelén Oliva

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Cuando en 2011 el presidente de Bolivia anunció que acudiría a La Haya para exigirle a Chile que abra una puerta a las negociaciones sobre el diferendo marítimo, que lleva más de un siglo embarrando las relaciones entre ambos países, la pregunta que surgió fue por qué ahora. ¿Es que la energía política destinada a la demanda marítima responde sólo a una voluntad de reparación histórica –simbólica y cultural– por parte del gobierno de Evo Morales o es efecto del crecimiento económico de Bolivia que exige ampliar las fronteras a nuevos mercados? La respuesta es: ambas. Sin embargo, el aspecto económico de una salida al Pacífico para Bolivia resulta, por momentos, menos analizado.

En América latina sólo dos países son como islas sin mar. La historia de la conformación de sus Estados, la definición de sus límites y fronteras, habilita a sólo uno de ellos la posibilidad de revertir la situación y así lo está haciendo.

Sabemos que el problema del encierro territorial trae aparejados trabas comerciales que pueden resultar asfixiantes en países en desarrollo. Se estima que los costos de transporte del comercio suelen ser al menos un 15% más altos que en los países con litoral.

No es casual que Paraguay y Bolivia hayan encabezado durante años las listas de los países más pobres de Suramérica. Según la Cepal, en 2002, Bolivia ocupaba el primer lugar con un 62,4% de su población en situación de pobreza, mientras Paraguay le pisaba los talones con el 61%. Sin embargo, diez años después Bolivia redujo su índice de pobreza en 24 puntos y lo llevó al 38%, mientras Paraguay sigue con la mitad de su población en estas condiciones con el 49,6%. Es decir, en un mismo período, Bolivia logró duplicar los logros socioeconómicos de Paraguay.

Entonces, ¿es posible amansar los efectos negativos de una condición desfavorable mediante una buena gestión económica? La respuesta queda en evidencia. En Bolivia los números cierran con la gente adentro. Según los datos oficiales publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas de ese país, en 2009, el total de sus exportaciones era 5.486.000 dólares, en 2013 alcanzó los 12.327.000 dólares. Las reservas internacionales netas en dólares también se incrementaron pasando de 9.900.000 en 2009 a 15.880.000 en 2013, casi un 50% del producto interno bruto (PIB) del país. Así, en 2014 y por segunda vez consecutiva, Bolivia se posicionó como el país con el mayor crecimiento del PIB de América del Sur con 5,4%.

Las desventajas económicas que trajo para Bolivia la pérdida de su territorio costero, que desde su independencia hasta la Guerra del Pacífico pertenecieron al departamento Litoral de este país, están vinculados, por un lado, a la pérdida de recursos naturales marítimos y salitres, pero también minerales, como la plata que en la mina de Caracoles supo generar hasta un 30% más de riqueza que el Cerro Rico de Potosí, o el cobre que a Chile le permitió recibir 346.216 millones de dólares por su exportación entre 2003 y 2013, según los datos de su Banco Central. También está el litio, recurso que ha mostrado un crecimiento del 7% en su demanda mundial anual con un precio que pasó de los 1.760 de dólares por tonelada en 1999 a 6.000 dólares en 2008, según los datos provistos en el Libro del Mar, publicado por el gobierno de Bolivia en 2014.

Los beneficios en la extracción de recursos naturales son irrecuperables, pero sí existen otro tipo de reparos económicos y previsiones a futuro, como la reducción de los costos en el movimiento de mercancías a fin de hacer más competitivas sus exportaciones así como la posibilidad de ampliar sus mercados hacia el Pacífico.

Actualmente Bolivia cuenta con un acuerdo de libre tránsito con Chile para facilitar su comercio exterior a través de puertos chilenos, como los de Arica y Antofagasta que, sin embargo, llegan a implicarle un gasto de examinación por contenedor de entre 125 y 800 dólares. Según un informe del Banco Mundial de 2012, las exportaciones bolivianas por contenedor son 55,7% más caras que las exportaciones de Chile y 60% más costosas que las de Perú. Según información oficial de Bolivia, en la actualidad este país cuenta con los costos de transporte más altos de América del Sur, siendo 31% superior a la media continental.

La Guerra del Pacífico le arrancó 400 kilómetros de costa a Bolivia, en una política de expansión de Chile tardía y violenta motivada por intereses económicos. Los diez años de gestión del MAS en Bolivia han demostrado la capacidad de crecimiento económico a pesar de su encierro. Los guarismos favorables parecen darle la autoridad suficiente al gobierno de Evo Morales para avanzar con más fuerza en su reclamo ante la Corte Internacional de Justicia que, además de la reparación histórica, pelea por su derecho de comercializar sus recursos naturales a precios competitivos y ampliar su economía a nuevos mercados.

www.eldestapeweb.com | 21/06/15 Miradas al Sur

“Las cárceles fueron experiencias difíciles de abordar, en el plano emocional”

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Entrevista a Eugenia Cabral por Rolando Revagliatti

Eugenia Cabral nació el 29 de noviembre de 1954 en Córdoba (ciudad en la que reside), capital de la provincia de Córdoba, la Argentina. El 1981 fundó junto a los poetas Hernán Jaeggi, Susana Arévalo, César Vargas y Carlos Garro Aguilar, el grupo literario “Raíz y Palabra”. En el período 1988-1992 estuvo al frente de Ediciones Mediterráneas, sello abocado a la difusión de poetas de su provincia. Durante 1991-1993 dirigió la revista “Imagin Era – La Creación Literaria”. Colaboró, entre 1993 y 2000, en el suplemento cultural del periódico “La Voz del Interior”. Es asesora literaria desde 1996, junto al director Paco Giménez, del teatro “La Cochera”. Ha coordinado talleres literarios en la Universidad Tecnológica Nacional (Facultad Regional Córdoba) (1994), la galería de arte Marchiaro (1993), la Biblioteca Popular “Libertad” (2010-2011), las cárceles de Villa María y penitenciaría de Córdoba y la Biblioteca Provincial para Discapacitados Visuales (2010-2013). Mantuvo www.losviajadores.blogspot.com.ar entre 2010 y 2012. En 1986 formó parte del núcleo fundador de la Primera Feria del Libro organizada por la Municipalidad de la ciudad de Córdoba. Presidió la delegación Córdoba de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA). Ha sido miembro honorario de la Escuela Freudiana de Córdoba. Es vocal primera de la comisión directiva de la Biblioteca Popular “Libertad. Para la integración latinoamericana”. En 1999 se editó su libro de relatos “La almohada que no duerme”. Y entre 1986 y 2012 fueron apareciendo sus poemarios “El buscador de soles”, “Iras y fuegos – Al margen de los tiempos”, “Cielos y barbaries”, “Tabaco” , “En este nombre y en este cuerpo”. Es la responsable y prologuista de “Poesía actual de Córdoba – Los años ‘80” (Ediciones Mediterráneas, 1988) y quien tuvo a su cargo el estudio preliminar del volumen “Un golpe de dados, poema de Stéphane Mallarmé” (Editorial Babel, 2008). Su quehacer ha sido incluido, por ejemplo, en “Antología poética – Grupo Raíz y Palabra” (1984), “Desde Córdoba 20 escritores” (1986), “Los poetas de acá – II” (1993), “Poetas 2” (selección y prólogo de Juano Villafañe, Ediciones Desde la Gente, Buenos Aires, 1999), “Árboles nativos del centro de Argentina” (estudio ecológico realizado por Ulf Ola Karlin y Pablo Demaio, 2002), “La tierra del conjuro” (selección e introducción de Andrés Utello, 2005), “La pisada del unicornio” (libro CD-ROM del proyecto “Escritura por la identidad”, coordinado por Mariano Medina, Edición de Teatro x la Identidad y Abuelas de Plaza de Mayo, 2006), “Zepol (Variaciones en torno a la desaparición de Jorge Julio López)” (2009). En 1991, en reconocimiento a su labor literaria y cultural, le fue concedido el Premio de Poesía “Instituto CIDAM”, así como en 2011 fue distinguida con la Ley 9578 de Reconocimiento al Mérito Artístico de la Provincia de Córdoba. Su pieza teatral “El prado del ganso verde”, ambientada en la batalla de Goose Green, durante la denominada guerra de Malvinas, fue estrenada en el teatro La Cochera en diciembre de 2013, con la dirección de Giovanni Quiroga. Permanece inédito su libro “Vigilia de un sueño. Juan Larrea: apuntes sobre su residencia en Córdoba, Argentina (1956-1980)”, que comprende un ensayo basado en investigaciones bibliográficas y documentales, un apéndice con trece entrevistas a personas que conocieron al autor y otro con documentos fotográficos nunca antes dados a conocer.

1 – Es acercándote a tus treinta años, Eugenia, y todavía durante la última dictadura cívico-militar, cuando con otros poetas fundás “Raíz y Palabra”. ¿Cuáles fueron los lineamientos, los objetivos de aquel grupo literario? ¿Qué actividades promovieron? ¿Durante cuanto tiempo?

EC - “Raíz y Palabra” surgió como respuesta a la censura literaria y destrucción de material bibliográfico (quema de bibliotecas) impuesta por la dictadura militar. Casi todos éramos o habíamos sido militantes de diferentes partidos de izquierda y necesitábamos responder a la represión y la censura, por alguna vía. Por otra parte, veíamos que los escritores del Partido Comunista y del Socialismo seguían escribiendo con recetas realistas o populistas y, aunque teníamos actitud e intención política, lo que amábamos era la poesía, sin recetas de ningún aparato partidario. Entre 1981 y 1985 promovimos lecturas públicas de poesía, intentamos la utopía de recuperar la SADE para los escritores, presentamos una antología con poemas de nuestros integrantes, participamos en actos por los Derechos Humanos, etcétera. Pero lo esencial era que desde nuestra formación como grupo encarnamos una respuesta a la que comenzaron a adherir escritores, músicos, pintores. Había quienes no formaban parte del grupo pero se integraban en cada propuesta agregando lo suyo. En 1986 y 87, “Raíz y Palabra” con otros autores formamos el “Movimiento de Escritores por la Liberación” y publicamos tres números del periódico cultural “El Cronopio”. En septiembre de 1987 sufrí un accidente de tránsito muy grave y, desde allí, por razones obvias, César Vargas —que era mi pareja y papá de mi hijo de tres meses en ese momento— y yo, dejamos de participar, aunque todos los escritores de Córdoba, prácticamente, estaban permanentemente ayudándonos.


2 - ¿Qué autores llegó a difundir Ediciones Mediterráneas?
EC - Ediciones Mediterráneas comenzó con la publicación de “Poesía actual de Córdoba- Los años ’80”, que prologué y antologué. Allí sólo tomé autores de mi ciudad, sobre los que tenía abundancia de datos y materiales, pues si hubiera tomado el interior provincial lo único que conocía eran los nombres notables. Y no quería hacer eso.
Algunos títulos publicados después: “Hijos del sol”, de Jorge Torriglia (1988), autor de Villa María; “La carga”, de Pedro Jorge Solans (1989) y “Fisura” de Sergio Silva (1989), autores de Villa Carlos Paz; “El mago”, de Marcelo Torelli (1989); “El escriba de los epitafios”, de César Vargas (1990).


3 – Es probable que haya llegado a mí, cuando salía, algún número de “Imagin Era”. O quizá sólo supe de su existencia y me quedó resonando el título. Te pido que la describas y, también, que nos refieras cuáles han sido algunos de los escritores difundidos y en qué géneros.

EC - “Imagin Era” fue un proyecto editorial que pretendía refrescarse del tedio de la etapa del menemismo. Utópico, por eso el título. Queríamos reflejar un diorama de voces, sacudir las cortinas polvorientas de ese estilo light, como si la literatura y el arte fuesen yogurt descremado. A pesar de su limitación comercial —razón de su final—, difundió poesía, cuento y ensayo escritos por autores de Córdoba, aunque ya no residieran en ella. Se presentó en el instituto CAyC, de Buenos Aires; consiguió un buen comentario en “Diario de Poesía”; fue incluida en un catálogo del Museo de Arte de las Américas, de Washington. En fin, algo logramos. Entre los nombres que publicamos y hoy se conocen ampliamente, están el del novelista Carlos Busqued, la cineasta Paula Markovitch y la artista plástica Anahí Cáceres. Las ilustraciones fueron de Oscar Páez, Crist, Verónica Amaya. En las plaquetas, muchos nombres que no cobraron notoriedad, pero hay textos valiosos, como el de Hugo Busso, un filósofo que ahora reside en España.

4 – En el ’96 te asomás al mundo del teatro (o quizá ya te habías asomado y es en ese año que empezás a involucrarte). Lo cierto es que “de menor a mayor” llegás a concebir una pieza de tu absoluta autoría (estrenada e inédita). ¿Nos trasmitirías cómo ha ido fluyendo en vos esta inserción de ya más de tres lustros, aportando, colaborando, seleccionando? ¿Cuándo se produce el giro tendiente a la concreción de “El prado del ganso verde”? Y teniendo en cuenta que hace poco “debutaste” como dramaturga en una sala y con actores representándola y público asistiendo, ¿cómo —cuánto— exactamente te movilizó?

EC - Es cierto, al mundo de teatro me había asomado desde niña, participando en el elenco de la Provincia, pero era un juego. Después comencé a asistir a funciones de teatro y fui tomando el lugar que elegí definitivamente: el espectador. Paco Giménez, antes de proponerme que colaborase en la adaptación de “Un tranvía llamado deseo”, me conocía de asistir al Teatro La Cochera. Digo que mi lugar es el del espectador incluso aunque haya escrito un texto para ponerlo en escena, pues sigo siendo el que toma asiento en la platea.
Desde 2001 Paco Giménez me pidió otro tipo de trabajo, consistente en analizar los textos como a mí me pareciera. Estrictamente buscar en cada texto en particular, sin mapa previo. Relaciones entre personajes, relaciones con el contexto histórico, lingüístico, artístico; entramado de situaciones, todas las variantes posibles. Mi tarea fue ampliar la visión de cada obra, de cada autor, para aportar a la idea original y dirección de Paco y a la creación colectiva de cada elenco.
Antes de “El Prado del Ganso Verde” había intentado escribir dos o tres textos teatrales, pero no fluyeron como debían. En este caso, hubo en 2012 una convocatoria a un concurso sobre el tema de la guerra de Malvinas —no recuerdo cuál era— y escribí para enviar. Había estado reuniendo algunos discursos de héroes reales —americanos, sobre todo— que me interesaban para elaborar una propuesta teatral. Venía pensando en uno del Comandante Prado, casi al final de su libro “La guerra al malón”. Ese párrafo tiende un puente de significados históricos entre la denominada Conquista del Desierto del siglo diecinueve y la Guerra de Malvinas. Y escribí con el mismo criterio o actitud que ponía en los análisis: ofrecer a los actores y al director un texto para que puedan trabajar. Teníamos la ventaja de que ya habíamos participado juntos en otros espectáculos de La Cochera, eso facilitó la experiencia. Lo que más me movilizó fue ver convertirse un texto en acciones, imágenes, sonidos. O sea, volví al lugar del espectador, o nunca me moví de allí. Luego, la repercusión de un tema tan complejo y sentido por mis compatriotas en un público específico, el de teatro. Además, descubrir que los jóvenes no saben mucho que digamos de ninguno de esos dos conflictos, por ejemplo, y que pese a ello entienden la propuesta y les despierta interés. Eso fue muy gratificante.

5 – Desde luego, en tu labor de coordinadora de talleres literarios, que lo hayas sido también en ámbitos penitenciarios, promoverá en muchos de nuestros lectores el interés por conocer lo que vos quieras trasmitirnos sobre dicha singularidad (la cual, entiendo, ya un cierto número de escritores viene desarrollando en nuestro país).

EC - Las cárceles fueron experiencias difíciles de abordar, en el plano emocional. El preso común es una especie de misterio para mí. No puedo comprender cómo hacen para soportar la prisión. Reconozco que en eso la limitación es mía. Hay colegas que trabajan desde hace muchos años en las cárceles, como Andrés Utello, en Villa Dolores. Yo sólo pude soportar un año. Sin embargo, logré que produjeran —tanto en Villa María como en Córdoba— buena cantidad de textos y sostener una relación amable y distendida. Los traté como iguales en cuanto a capacidad, explicándoles que todos los seres humanos poseemos tres facultades universales: la observación, la memoria y la imaginación. Los ejercicios literarios se basaban en eso. También me permitió explicarles que autores como Shakespeare no eran difíciles de entender por los temas que tratan, sino que la dificultad principal consiste en que utilizan un lenguaje muy antiguo, que ya pocas personas conocen.


6 – Quería que supieras que estuve releyendo tus respuestas en http://lapoesiapregunta.blogspot.com.ar/2011/12/eugenia-cabral-cordoba1954.html y que confirmo que ellas están, para mí, entre las más comprometidas con la propuesta que conlleva el Cuestionario Schmidt. Y conecto con esto: ¿sólo manejaste el blog Los Viajadores? ¿Por qué razón no persististe? ¿Algo te decepcionó? ¿Lo retomarías?

EC - Sí, sólo incursioné en Los Viajadores. Después tuve la mala idea de entrar en Facebook y me envicié. Todo parece más fácil. Pero tengo que volver al blog, porque quiero pasar todo lo de “Dulce Vecino”, mi compilación de textos y documentos gráficos sobre Juan Larrea, esa página que administro. Necesito crear algo más estable que una página de Facebook. Me preocupa el tiempo que insume la Internet; y fatiga la vista y la espalda. Lo positivo es que proporcionalmente se consigue mayor lectura, aunque sea superficial o no, depende, pero hay una circulación publicitaria. A veces, es importante. Llama la atención sobre un tema, al menos.


7 - No quiero dejar pasar la oportunidad de inquirir sobre tu participación en “Árboles nativos del centro de Argentina” y en el libro CD-ROM. Y si bien para los “locales” consubstanciados el nombre de Jorge Julio López y su desaparición nos sigue, por lo menos, perturbando, para los que no estén al tanto, sería oportuno que nos des un perfil de tu “Zepol”.

EC - Mi participación en “Árboles nativos...” fue involuntaria. Mariano Medina, que coordinó la publicación, tenía el poema que figura allí, pero yo ya lo había desechado. Me llamó para contarme lo que iba a hacer y respondí que si a él le gustaba, lo incluyera. Ocurre que no podían proponerme nada más hermoso que publicarme en un libro sobre árboles, era un sueño no soñado. También fue Mariano Medina quien me incluyó en “La Pisada del Unicornio”. Él recopiló material de todos los que figuran en el CD y nos avisó de la edición, nada más. Pero nos conocemos tanto, de la época de “Raíz y Palabra” —Mariano era muy joven—, que sabe de lo que se trata cada vez que hace algo.
En “Zepol”, sí, fui convocada por Iván Ferreyra para escribir algo sobre la desaparición de Jorge Julio López. El secuestro seguido de muerte es una realidad que persiste en la Argentina motivado por distintas situaciones. Trata de personas, represión policial a ciudadanos comunes. Pero lo de López tuvo características políticas precisas, demostrando que el kirchnerismo no fue capaz, pese a su política de derechos humanos, de frenar la actividad de los “desocupados” del Proceso, que volvieron a tener tarea con ese secuestro, con las muertes y fugas de militares condenados, con la falta de cooperación ex profeso en la búsqueda de cuerpos asesinados y de niños secuestrados. En una palabra, la lucha contra la represión prosigue. Para los trabajadores, para los militantes políticos, para los ciudadanos en general. Luego, en 2012 y 2013, me ocupé de la edición del libro “Poesía por Mariano Ferreyra”, una compilación de textos enviados desde diversos sitios de nuestro país, por medio de Internet.


8 – He leído en alguna parte que estabas escribiendo un relato fantástico extenso cuyo título es “Ahora, en el Paraíso”: ¿lo has concluido? ¿Primera inmersión en lo fantástico? Y que estabas preparando un volumen con relatos sobre temas relacionados con la militancia política durante las décadas de 1960, 1970 y 1980: “La flor nacional”. Lo mismo: ¿lo has concluido? Y por extensión, Eugenia: aparte del libro sobre el poeta español Juan Larrea, ¿qué otras obras o trabajos tenés “en la gatera”?

EC - Sí, he concluido esos libros. Ya veré si encuentro editores. “Ahora, en el Paraíso” es mi primera incursión en lo fantástico pero no sé si el género es fantástico. Habla de la historia bíblica y de una posible historia no bíblica del mundo. Qué sé yo.
También tengo unos poemarios, escritos desde 1997: “Códice”, “Creatura solar”, “La voz más distante”, que son breves; “La ciudad de amapolas”, “Reloj de esfera”, “La canción de las contradicciones” y uno más que espera título. Además, fui escribiendo “La ración de pan”, un libro con poesía política —género que no es apreciado por la crítica, dicho sea con simpatía—; “Informe sobre Mabel y Morgana”, una nouvelle fallida sobre un caso policial verídico; “Ellas”, “Ellos”, “Cupido”, “Eros”, “Narciso”, “Tánatos”, una serie de cuentos sobre las relaciones amorosas, probablemente también fallidos; cuentos basados en personajes o en situaciones de Hans Christian Andersen, titulados “El ángel de los pobres”, y poemas cuyo valor aún no consigo evaluar. Como ves, un surtido.


9 – Has divulgado movimientos, autores, confluencias de tu provincia. Has investigado (y producido) a propósito de la historia de la traducción y de los traductores de poesía a través del tiempo en Córdoba, y vos misma ¿has incursionado en estas labores?

EC - Lo único que traduje fue un poema de Jacques Prevert y uno de cuatro líneas del luxemburgués Lambert Schlechter, en ambos casos por no tener a mano una traducción. No creo realmente haber incursionado en esa actividad, salvo por poner al alcance del público la que hizo Agustín Oscar Larrauri de “Un golpe de dados”.


10 - ¿Cómo es el mundo de la poesía en tu ciudad: las tertulias, las lecturas, los bares u otros espacios, los colegas, los diarios, las radios, todo eso que podríamos llamar “la escena literaria”? ¿Y qué diferencias apreciás respecto de décadas anteriores?

EC - No participo demasiado en la actualidad, por motivos de trabajo y de familia. Pero donde asisto, así sea eventualmente o por invitación, es de mucha calidad, muy diverso en su producción, con gran participación de los jóvenes. La mayor diferencia que aprecio con el pasado de los ochenta o de los noventa es cuantitativo. Alto número de editoriales, nombres, lugares, que me llegan por mail o por Facebook; no tengo ya un panorama general en cuanto a su estética.

Eugenia Cabral selecciona poemas de su autoría para acompañar esta entrevista:


Mago dos veces

Hijo y nieto de hechiceros
es el poeta.
Lee en el fuego muerto
la primera intensidad de la llama.
Y adivina su rostro
en el más oscuro espejo.

*

Destino

Hija soy de la ceniza
donde el barro ha muerto.

Eran las glaciaciones
sobre el reino del verdor.
La mano de Dios que celebró la vida
soplando en los huesos del hombre
habrá sido plena de jugos
y frágil de tiempo.
Ahora
Dios sopla sobre el fuego
largo y frío
y se lleva la Historia al infinito.


(De “El buscador de soles”, Editorial Municipal de Córdoba, 1986)


*

Obertura

I.

La voz, seducida por el eco, descendía en la luz del cielo.
Hace tanto.
Óvalos de cobre y nácar, detenidos rostros de un vitral;
esparcidas en el dolor, la orfandad, cantábamos con los ojos entornados y sonreíamos.
Luego, el cielo se cargaría de nubes y luego, se desataría la tormenta.


II.

Muerte al siglo XX. El deseo es el terror. La sinceridad es una ermita; el amor, una ermita.

He tallado un rostro en el cuarzo. Lo he tatuado en la pleura, el ventrículo izquierdo, el músculo sartorio.

Los bosques cumplirán un milenio al amanecer.
¿Amaneceremos con ellos?

Sentir beethovenianamente es una locura en estos tiempos.


(De “Iras y fuegos. Al margen de los tiempos”, Editorial Último Reino, Buenos Aires, 1996)


*

Arcano II

Estás quieto y casi serio
sonriendo.
Observas los pedazos que dejo sobre la mesa,
el abrigo,
la taza.
Trozos, tajos, aberturas,
desmadejamientos,
yo, la insensata,
adormilada —recalando mentalmente en tus brazos—;
barco o sombra de barca en el agua que deslumbra,
liviana,
cargada, cargada.
Llega un barquito cargado de tiempo,
trozos tajos tientos temores
tucanes trompas trampas
torpemente insensata
gimiendo en la oscuridad del tiempo:
nada comprensible;
una atalaya para ver tus ojos;

y sentado,
quieto,
casi serio,
me observas;
danzo;
duplico entradas y salidas del universo;
algunas puertas —compruebo— cerradas;
otras y regreso
a ti
dulcísimo
sin acceso a este laberinto
donde cada galería
ostenta una lámpara.


(De “Cielos y barbaries”, Editorial Alción, Córdoba, 2004)


*

Tabaco

La rabia dura lo que el cigarrillo.
Luego el humo y la ceniza esparcen
la desmerecida forma de lo que ha sido.
Arder. Arder como la brasa ambigua
que no es llamarada ni es ceniza;
entre secuencias de orden y desorden
arder; arder cual perfume de maderas;
cual ocaso —furia postrer del día—
arder; en pausas de la informática,
detrás de los envases descartables,
con un sexo torpe entre torpes manos,
arder. Como sólo el fuego puede arder.
Como pasión y soledad pueden arder.
Astro perdido en la jungla del cielo
tornando a una casa y a unos padres,
arder. Solícitamente, en honor de un amante,
arder. Ofrecer la transparencia y pretenderla
cada vez con menos fuerza y eficacia.
Arder. En el templo de los bárbaros.
Arder, tan tenue como sea posible,
ante la fatiga de la mirada. Encender
los rubíes de la culpa entre el lodo funeral
y las arenas donde el hedor de lo muerto
sobrevive (¿para qué?) sin condena ni justicia.

En el horno de los bronquios se caldean
la sinrazón de existir abominando
y el humo: símbolo de olvido e impotencia
de querer retener lo que se esfuma
—antes eterno, ahora fugitivo—,
breve danza de amor entre los dedos,
ocaso que arrastra el cuerpo del día
—iluminado de amor— a oscura gruta,
para escandir las formas de la noche
cual sílabas de un poema revelado.

(De “Tabaco”, Editorial Babel, Córdoba, 2009)

*

Bautismo

He temblado junto a la pila bautismal
en la iglesia a oscuras. He temblado al verte de perfil
porque parecías un galo de la Alta Edad Media.
El techo de la nave central es combado y tiene costillas doradas
y pinturas en rojo. Temblaba en esta ciudad americana
y te señalé los santos tallados por aborígenes,
a lo largo de la nave izquierda. En esta ciudad o en esotra.


Somos criollos de varias generaciones, argentinos,
de apellido hispano, de cultura rioplatense,
de costumbres pampeanas, de silencios federales.
Si festejamos la patria comemos a la usanza del Noroeste,
si filosofamos lo hacemos a lo porteño
(la zamba marechaleana de la escisión).
En esotra ciudad o en ésta.


Agradecí a la penumbra que no le permitiese al temblor
avergonzarme. De pronto el ritmo de las frases no coincide,
el temblor ha desencajado alguna articulación.
Como gozne y goce, una es vértigo, la otra, silbo.
Un desplazamiento de placas, un prefacio a la falla de San Francisco.
Pero los desastres de la melancolía se perciben a solas.
Un cloqueo, un chasquido se levanta con dificultad desde la greda
y, anfibio, atraviesa el patio, llega a la ventana.
Los dos somos jóvenes —él de catorce y yo, de doce años— y temblamos,
bajo el hedor acre de las vestiduras, en el siglo XIII,
ya no somos coloniales y barrosos españoles
desafiando a las autoridades del virreinato:
somos judíos conversos y sabemos leer.
Después nos convertimos en arrianos y vuelta a perseguirnos.
Más atrás aun en el tiempo, éramos adúlteros y nos lapidaron.
Entonces nos hicimos hinduistas y nos despreciaron.
Cometimos incesto y nos quemaron.
Mezclamos nuestras etnias y nos apartaron.
En esta ciudad y en esotra.

“Amor constante más allá de la muerte”,
nadie podría vencernos, salvo una clara eternidad.



Miré hacia el altar católico y sentí llegar desde vos
esa como ansiedad fastidiosa, esa exquisita fatiga
que te absorbe hacia los corredores del laberinto,
como los embudos de los ríos serranos a los nadadores angélicos.

Y supe lo de siempre: que, para el gran río,
representamos apenas un sorbo dulzón, como la sangre,
un puñado de moléculas y de entropía.


(De “En este nombre y en este cuerpo”, Editorial Babel, Córdoba, 2012)

*

Entrevista realizada a través del correo electrónico: en las ciudades de Córdoba y Buenos Aires, distantes entre sí unos 700 kilómetros, Eugenia Cabral y Rolando Revagliatti.

*

http://www.revagliatti.com.ar/061109_cabral1.html

Un artista del trapecio Por Franz Kafka

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Un artista del trapecio —como todos sabemos, este arte que se practica en lo más alto de las cúpulas de los grandes circos, es uno de los más difíciles entre los accesibles al hombre— había organizado su vida de manera tal —primero por un afán de perfección profesional y luego por costumbre, una costumbre que se había vuelto tiránica— que mientras trabajaba en la misma empresa, permanecía día y noche en su trapecio. Todas sus necesidades, por cierto muy moderadas, eran satisfechas por criados que se turnaban y aguardaban abajo. En cestos especiales para ese fin, subían y bajaban cuanto se necesitaba allí arriba.

Esta manera de vivir del trapecista no creaba demasiado problema a quienes lo rodeaban. Su permanencia arriba sólo resultaba un poco molesta mientras se desarrollaban los demás números del programa, porque como no se la podía disimular, aunque estuviera sin moverse, nunca faltaba alguien en el público que desviara la mirada hacia él. Pero los directores se lo perdonaban, porque era un artista extraordinario, insustituible. Por otra parte, se sabía que él no vivía así por simple capricho y que sólo viviendo así podía mantenerse siempre entrenado y conservar la extrema perfección de su arte.

Además, allá arriba el ambiente era saludable y cuando en la época de calor se abrían las ventanas laterales que rodeaban la cúpula y el sol y el aire inundaban el salón en penumbras, la vista era hermosa.

Por supuesto, el trato humano de aquel trapecista estaba muy limitado. De tanto en tanto trepaba por la escalerilla de cuerdas algún colega y se sentaba a su lado en el trapecio. Uno se apoyaba en la cuerda de la derecha, otro en la de la izquierda, y así conversaban durante un buen rato. Otras veces eran los obreros que reparaban el techo, los que cambiaban algunas palabras con él, por una de las claraboyas o el electricista que revisaba las conexiones de luz en la galería más alta, que le gritaba alguna palabra respetuosa aunque no demasiado inteligible.

Fuera de eso, siempre estaba solo. Alguna vez un empleado que vagaba por la sala vacía en las primeras horas de la tarde, levantaba los ojos hacia aquella altura casi aislada del mundo, en la cual el trapecista descansaba o practicaba su arte sin saber que lo observaban.

El artista del trapecio podría haber seguido viviendo así con toda la tranquilidad, a no ser por los inevitables viajes de pueblo en pueblo, que le resultaban en extremo molestos. Es cierto que el empresario se encargaba de que esa mortificación no se prolongara innecesariamente. Para ir a la estación el trapecista utilizaba un automóvil de carrera que recorría a toda velocidad las calles desiertas. Pero aquella velocidad era siempre demasiado lenta para su nostalgia del trapecio. En el tren se reservaba siempre un compartimiento para él solo, en el que encontraba, arriba en la red de los equipajes, una sustitución aunque pobre, de su habitual manera de vivir.

En el lugar de destino se había izado el trapecio mucho antes de su llegada, y se mantenían las puertas abiertas de par en par y los corredores despejados. Pero el instante más feliz en la vida del empresario era aquel en que el trapecista apoyaba el pie en la escalerilla de cuerdas y trepaba a su trapecio, en un abrir y cerrar de ojos.

Por muchas ventajas económicas que le brindaran, el empresario sufría con cada nuevo viaje, porque —a pesar de todas las precauciones tomadas— el traslado siempre irritaba seriamente los nervios del trapecista.

En una oportunidad en que viajaban, el artista tendido en la red, sumido en sus ensueños, y el empresario sentado junto a la ventanilla, leyendo un libro, el trapecista comenzó a hablarle en voz apenas audible. Mordiéndose los labios, dijo que en adelante necesitaría para vivir dos trapecios, en lugar de uno como hasta entonces. Dos trapecios, uno frente a otro.

El empresario accedió sin vacilaciones. Pero como si quisiera demostrar que la aceptación del empresario era tan intrascendente como su oposición, el trapecista añadió que nunca más, bajo ninguna circunstancia, volverla a trabajar con un solo trapecio. Parecía estremecerse ante la idea de tener que hacerlo en alguna ocasión. El empresario vaciló, observó al artista y una vez más le aseguró que estaba dispuesto a satisfacerlo. Sin duda, dos trapecios serían mejor que uno solo. Por otra parte la nueva instalación ofrecía grandes ventajas, el número resultaría más variado y vistoso.

Pero, de pronto, el trapecista rompió a llorar. Profundamente conmovido, el empresario se levantó de un salto y quiso conocer el motivo de aquel llanto. Como no recibiera respuesta, trepó al asiento, lo acarició y apoyó el rostro contra la mejilla del atribulado artista, cuyas lágrimas humedecieron su piel.

—¡Cómo es posible vivir con una sola barra en las manos! —sollozó el trapecista, después de escuchar las preguntas y las palabras afectuosas del empresario.

Al empresario le resultó ahora más fácil consolarlo. Le prometió que en la primera estación de parada telegrafiaría al lugar de destino para que instalaran inmediatamente el segundo trapecio y se reprochó duramente su desconsideración por haberlo dejado trabajar durante tanto tiempo, en un solo trapecio. Luego le agradeció el haberle hecho advertir aquella imperdonable omisión. Así pudo el empresario tranquilizar al artista e instalarse nuevamente en su rincón.

Pero él no había conseguido tranquilizarse. Muy preocupado estaba, a hurtadillas y por encima del libro, miraba al trapecista. Si por causas tan pequeñas se deprimía tanto, ¿desaparecerían sus tormentos? ¿No existía la posibilidad de que fueran aumentando día a día? ¿No acabarían por poner en peligro su vida? Y el empresario creyó distinguir —en aquel sueño aparentemente tranquilo en el que había desembocado el llanto— las primeras arrugas que comenzaban a insinuarse en la frente infantil y tersa del artista del trapecio.

Traducción de Rafael Hernández Arias

Article 11

"Antes de mirar a los BRICS, América Latina debe preocuparse por su productividad"

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El norteamericano Michael Cohen es director de la maestría en Asuntos Internacionales y del Observatorio Latinoamericano de la New School University, Nueva York. Es autor del libro "La Economía en tiempos de Default. Recuperación y crecimiento de la Argentina". 
Por Enrique de la Calle y Boris Katunaric
Agencia Paco Urondo: ¿Qué nos puede contar del libro?
Michael Cohen: El libro está motivado por la siguiente pregunta: ¿Cómo explicar la recuperación económica de Argentina desde la crisis de 2001? En 2002 muchos colegas decían que Argentina iba a desaparecer de la tierra y en cambio tuvo un crecimiento muy fuerte.
APU: ¿Cuándo empezó la investigación?
MC: Empecé a escribir en 2008 pero en realidad estoy acá desde el 98, hice una combinación de información y entrevistas e investigación.
APU: ¿Sus colegas norteamericanos creían que Argentina podía desaparecer?
MC: Si, los comentarios de afuera eran muy negativos, que no había posibilidades, que no se iba a sobrevivir después del default de enero de 2002, etc. El libro intentó explicar la estrategia de Néstor Kirchner desde 2003 hasta la asunción de Cristina.
APU: ¿Qué análisis hacen ahora sus colegas de lo ocurrido en estos 12 años?
MC: Hay que recordar cuál fue la situación en mayo de 2002 con 56% de la población bajo la línea de pobreza, con alto nivel de desempleo, con muchos problemas en la calle, sin mucha actividad, fueron muchos problemas. Es muy interesante ver ahora, en los últimos 12 años, primero un crecimiento económico muy importante, baja de la desigualdad, menos pobreza, mucho más empleo, mucho más consumo. Argentina estuvo capacitada para responder a la crisis financiera mundial de 2012 e hizo muy bien.
APU: ¿Cuáles son para usted los elementos que explican ese crecimiento económico?  
MC: Hay cuatro componentes en esta historia. Primero que Kirchner decidió que no iba a pagar la deuda si había necesidades domésticas, eso fue muy raro desde el punto de vista de afuera porque es un hecho casi religioso pagar las obligaciones. Segundo, que él decidió dar un fuerte fomento al Estado, fue una salida importante al Consenso de Washington. Tercero: la orientación del gasto público a lo social: es una obviedad ahora pero con el programa de jefes y jefas y con toda la red de programas como la AUH se dio una orientación muy diferente al gasto. Finalmente, se trabajó en un sentido de cooperación política y económica con los países vecinos, con Lula, con Bachellet, con Evo, con Chávez y Correa, fue muy importante este contexto regional.
APU: Usted mencionó la crisis de deuda de la Argentina. Ahora se está entrando en una nueva etapa con el fallo del juez Griessa en EE.UU. ¿Se debate allí en torno a este fallo? ¿Es un tema de agenda de los economistas norteamericanos?
MC: No es muy considerado allá, es un elemento muy aislado, muy secundario, hay un consenso general sobre que ese fallo fue demasiado desequilibrado. Obama no manejó bien esta situación. Creo que fue un un error político de  Obama que nada tiene que ver con Argentina. Fue por inacción, por falta de consideración, no era necesario.
APU: ¿Qué cree que pueda pasar con los fondos buitre? ¿Hay marco para una negociación?
MC: Los fondos buitres tienen mucho dinero y mucho poder y Argentina es un caso pero ellos hacen lo mismo en África, también en EE.UU. contra Obama, en la situación de General Motors. Depende mucho de lo que vaya a pasar con las elecciones en 2016 en EEUU: si los republicanos ganan, sería más complicado para Argentina. Es muy importante el apoyo que el país logró a nivel mundial, eso fue un logro del Gobierno, de Cancillería, del ministerio de Economía. Tuve la oportunidad de asistir a la presentación del ministro Kiciloff en EEUU, el año pasado, en el marco del G77 más China y fue muy impresionante. Fue impresionante Turquía, India, Paquistán, incluso me llamó la atención el embajador de Sudán, un africano, alto, de ropa blanca, muy elegante, que dijo “hoy somos todos argentinos”.
APU: ¿Cómo ve la economía mundial? Uno de los ejes tiene que ver con el declive de la hegemonía norteamericana y con la emergencia de los BRICS como nuevo bloque económico.
MC: Hay dos facetas: la discusión del BRICS tiene demasiada publicidad. China es importante, Brasil está en crisis económica, India También, África tiene 50% de desempleo, Rusia tiene muchos problemas económicos. Creo que es muy difícil decir que los BRICS son muy importantes.
Por otro lado, creo que América Latina es mucho más fuerte políticamente, en la última década hubo muchos consensos, un poco menos ahora con la Alianza del Pacífico, pero creo que se tienen que desarrollar más. Mi pregunta es: cómo se explica que con tanto crecimiento no se dieron transformaciones estructurales en el mismo periodo. Creo que este problema es más importante que la influencia del BRICS. Por ejemplo, el 90% de las empresas en Bogotá tiene menos de 10 empleados, son muy chiquitas. No hay economía de escala, no hay ganancia ni crecimiento económico, no hay tecnología, sólo economía informal con muy bajo nivel de productividad.     
APU: ¿La foto de 2015 muestra que la productividad en la región está más o menos al mismo nivel que en la salida de las políticas neoliberales?
MC: No, es mejor, hay mucha más infraestructura, capacitación, tecnología. Menos gente con hambre pero no es óptima. Una de las razones de una recuperación tan rápida desde 2001 fue la capacidad instalada de la economía: esa capacidad no se renovó, lo que explica un poco la inflación. Ahora las cosas están más caras porque hay menos capacidad de producirlas y no sé si hay suficiente inversión, tecnología.
APU: Está habiendo una desaceleración de la inflación: ¿Cree que con estabilidad se puede llegar a mejorar la productividad en el mediano plazo?
MC: Si, mediano plazo, no creo que pueda ser en el corto. Va a exigir inversión a medio plazo. Por ejemplo en transporte, estuvo en crisis y ahora está mucho mejor.
APU: ¿Le sorprendió la decisión que tomo el gobierno de Dilma en su segundo mandato, de proponer un ajuste bastante ortodoxo?
MC: No es una sorpresa porque la política de Lula en su primer mandato fue muy convencional. Argentina fue mucho más rupturista. Hay muchas influencias en Brasil del poder privado que insiste en este tipo de políticas. Sé que hay muchos debates en el Gobierno de Brasil. El ministro de desarrollo es Nelson Barbosa, es una persona muy progresista con mucha capacidad analítica y sé que él no es un neoliberal.  
APU: Le preguntaba por Brasil porque un debate que está presente en la Argentina es qué va a pasar con la economía a partir de 2016: una de las posibilidades es el modelo Dilma, digamos, de ajuste más clásico.
MC: No es un ajuste, es un cambio. Una de las cosas a pensar es cómo funciona en Brasil el Banco de Desarrollo, que tiene un papel muy importante, sobre todo en la crisis de 2008. Una cosa para pensar para el desarrollo de Argentina es cómo unificar los programas de gobierno, para institucionalizarlos de otro modo.

Scioli en 678: la continuidad de un proyecto - 21-06-15 (1 de 2)

"Profundo dolor por la partida de nuestra compañera Elsa Oesterheld"

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Murió Elsa Sánchez de Oesterheld, la mujer del guionista de historietas Héctor Germán Oesterheld. Comunicado de Abuelas de Plaza de Mayo.
Por Abuelas de Plaza de Mayo
Las Abuelas de Plaza de Mayo manifestamos nuestro más profundo dolor por la muerte de una de nuestras compañeras, Elsa Sánchez de Oesterheld. Una Abuela más que se va sin poder abrazar a sus nietos desaparecidos, robados y apropiados por el terrorismo de Estado.
Elsa fue una mujer marcada por el dolor, pero también por la fortaleza para seguir adelante. El Ejército se llevó a siete miembros de su familia y le robó a dos de sus nietos nacidos en cautiverio. Ella supo transformar todo ese sufrimiento en amor para -junto a sus compañeras- buscar a los nietos apropiados en dictadura. Lamentablemente la crueldad de los represores y cómplices de estos crímenes no le permitieron conocer a los hijos de sus hijas.
Antes de ser Abuela de Plaza de Mayo, Elsa fue madre de cuatro niñas y mujer del escritor Héctor Germán Oesterheld, creador de “El Eternauta”, todos ellos secuestrados y desaparecidos por la última dictadura cívico militar. La primera en desaparecer fue Beatriz con sólo 19 años, en junio de 1976. El 4 de julio de ese mismo año, Elsa se enteró por los diarios que los militares habían matado en Tucumán a otra de sus hijas, Diana, de 23 años, embarazada de seis meses. Su compañero, Raúl Araldi, también fue asesinado en agosto de ese año. Fernando, el hijo de ambos, fue ubicado por sus abuelos paternos. E1 27 de abril del año siguiente secuestraron a Héctor en La Plata. La última en desaparecer fue Estela, Elsa se enteró porque le llevaron a Martín, el hijos de tres años, a quien habían secuestrado después de llevarse a sus padres. El día en que Estela fue asesinada, venía de despachar una carta en la que le contaba a Elsa otra tragedia: “Mamita, Marina hace un mes que no está con nosotros”. Marina tenía 18 años y estaba embarazada de 8 meses.
El primer testimonio acerca del horror que había vivido su familia en menos de dos años, lo dio en Bélgica, donde viajó junto a su nieto Martín, de sólo 7 años, invitada por Amnesty International. Cuando regresó al país, las Abuelas se comunicaron con Elsa y a partir de ese momento no estuvo tan sola. Desde entonces, Elsa se incorporó a la institución y a la lucha de Abuelas. Su testimonio siempre fresco y reflexivo supo contribuir a la búsqueda de los nietos y a la construcción del derecho a la Identidad: “Mi lucha de todos estos años es para que mis nietos sepan la verdad. Por eso yo no hablo de restitución, sino de derecho a la identidad”, decía.
En 2011 fue distinguida como Personalidad Destacada de los Derechos Humanos por la Legislatura porteña. Estela de Carlotto remarcó: “Tenemos la unión del dolor transformado en el amor, en una actividad de vida esperanzada. Elsa es parte de ese proyecto, es parte nuestra y ya está en la historia”.
El último año, su delicado estado de salud no le permitía participar de las reuniones de Comisión Directiva a las que solía tener asistencia perfecta para deliberar con sus compañeras sobre las actividades de la institución.
Sirvan estas líneas para transmitir nuestras condolencias y nuestro acompañamiento a todos sus familiares. La recordaremos con alegría por los momentos compartidos. Hoy la despedimos con tristeza porque es una más de nosotras que se va sin recuperar a sus nietos.
Ciudad de Buenos Aires, domingo 21 de junio de 2015

Cristina y los dirigentes descartables

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La Presidenta volvió a remarcar la necesidad de un poder político independiente capaz de tomar las decisiones que beneficien a las amplias mayorías populares, y no a los “círculos rojos” que atemorizan a cierta casta política”.
http://4.bp.blogspot.com/-QdCl9Zis-jg/VYHxygdal9I/AAAAAAAAIGo/liJJbkH1sk0/s1600/cfk.jpg
Por Juan Ciucci
La Presidenta comenzó a despedirse de Casa Rosada. Es una despedida a medias, porque a la vez que lo dice nos anuncia que “mientras haya algún argentino que todavía no haya conseguido trabajo, mientras haya alguna chica que todavía no tenga las posibilidades de elegir qué vida quiere, si estudiar, si trabajar, mientras haya alguien que todavía no le pueda dar a sus hijos la educación que se merecen, todavía estaremos en deuda y será necesario seguir trabajando, gobernando y conduciendo el país con energía, con convicción, con patriotismo y con mucho amor”.
Pero sus discursos del lunes pasado dejaron varios pasajes en los que se refería al futuro por venir, y la defensa que debe hacer el Pueblo de los derechos conquistados en esta década. Retomando el concepto de empoderamiento, que tanto le gusta, lo ejemplificó en la Asignación universal por Hijo. Y de allí el proyecto de ley enviado al Parlamento para lograr que la AUH, y las asignaciones Familiares y por Embarazo sean ajustadas automáticamente con el mismo índice que se emplea para actualizar dos veces al año los haberes jubilatorios, en los meses de marzo y setiembre. Empoderar, pero organizar el marco necesario para que no puedan quitarnos “las políticas públicas que benefician a las grandes mayorías populares”.
Es un modo de decir “hasta donde podamos”, hasta el 10 de diciembre. Es la fecha límite para tejer ese manto que nos permita defender luego con mejores armas en la mano la avanzada en políticas sociales que significó el kirchnerismo.
Pero otro pasaje que nos pareció sumamente interesante fue el dedicado a los precandidatos presidenciales, y a la clase política en general. Cristina hace rato viene explicitando un decálogo de conducción, como para reforzar las enseñanzas que ejercer la Presidencia de la Nación dejó en ella y Néstor. Y para que los compañeros que continúen la tarea estén atentos, y no confundan el camino.
“Si yo hiciera las cosas que ellos quieren, seguramente me verían linda, flaca, con el pelo divino… pero ojo, eh, por un tiempo nada más, porque cuando te utilizan, después te tiran y puedo dar algunos ejemplos de algunos que han servido a cosa y después, cuando pasa el tiempo, los tiran”; sentenció Cristina en Cadena Nacional.
“Pero es cierto, muchas veces, los dirigentes inclusive de partidos con orígenes que no son antidemocráticos ni nada, creen que realmente el establishment, los sectores de poder, los acarician, bueno, porque dicen las cosas que a ellos les gustan. Los utilizan por un tiempo y después, cuando ya no sirven más, los tiran. Es más, los condenan, los persiguen, les pasó a presidentes también argentinos que creyeron que dándole todo al establishment los iban a hacer uno de ellos. Pero no, no te hacen nunca uno de ellos porque no te quieren. Y es más, lo que es importante es encontrar dirigentes que tampoco queramos ser como ellos, sino que queramos ser como el pueblo”.
Son varias las enseñanzas de estos años kirchneristas, desde la recuperación del Movimiento Nacional Peronista como actor central del proceso de transformaciones que necesita el país, a que un par de tapas de Clarín no pueden voltear a un gobierno popular. Algunos compañeros parecen entenderlo, otros aún ceden a lo establecido.

“Es cierto, no me interesa ir a fiestas porque nunca nos gustaron, y no critico a los que van a fiestas, al contrario, me encanta ir a una fiesta de casamiento, tampoco andar criticando a los que van a fiestas, pero en definitiva, creo que hay una suerte de captación muchas veces de hacerlos sentir como parte de algo que no son o que fueron parte de algo”.
Ellos enfrentaron al establishment político y cultural argentino, y al hacerlo, lograron reconfigura el papel del Presidente/a de la Nación, y en su particular encarnación, el rol del Estado. Por Cadena Nacional y con quien hoy parece ser el candidato elegido para las próximas elecciones a pocos metros, Cristina volvió a remarcar la necesidad de un poder político independiente capaz de tomar las decisiones que beneficien a las amplias mayorías populares, y no a los “círculos rojos” que atemorizan a cierta casta política. Esperemos que estén a la altura, o sepamos, junto a ella, salir a reclamarles que así sea.
“Dejemos que los argentinos expresen su voluntad libremente y acatémosla. Y cuando la acatamos, estoy diciéndolo únicamente en respetar el voto del día de la elección, sino en respetar lo que cada uno de esos gobernantes se comprometió con la ciudadanía para seguir manteniendo, no solamente legalidad democrática, sino lo que es más importante, legitimidad. Lo que una vez les dijo Néstor a algunos cuando apenas tenía el 22 por ciento de los votos y le preguntaron cómo iba a gobernar, con qué legitimidad iba a gobernar con ese 22 por ciento, él dijo ´la legitimidad la voy a construir todos los días gobernando para los 40 millones de argentinos´”.

Su palabra siempre justa

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El 17 de junio de 1976, Francisco "Paco" Urondo fue asesinado en Mendoza, en una emboscada llevada a cabo por Fuerzas Armadas de la última dictadura cívico militar. A 39 años de su muerte, recordamos la semblanza de su compañero Rodolfo Walsh tras la triste noticia. La militancia de Paco está viva; su poesía y su palabra siempre justa, también. 

Mi querido Paco:

Me han pedido que escriba una semblanza tuya. Es lo último que yo hubiera querido escribir, pero me doy cuenta que es necesario que alguien empiece a decir algo de tu hermosa vida, antes que otros, con más capacidad, puedan estudiarla junto a tu obra.

Lo primero que me acude a la memoria es la frase de un poeta guerrillero checo, al que mataron los nazis, que dejó escrito: “Recuérdenme siempre en nombre de la alegría”.

Para nosotros, Paco, la alegría era muchas cosas de cada día: la compañera, la hija, el hijo y los nietos, un truco, un verso, una ginebra. Pero más que nada era una certidumbre permanente, como una fiebre del día y de la noche que nos hace creer que vamos a ganar, que el Pueblo va a ganar.

Es en nombre de esa última alegría, la que vos no viste y yo no sé si voy a poder ver, que te escribo. Tal vez por ahí me salga la semblanza.

Te lloramos, hombres y mujeres, quién podría no llorarte.

En estos días que han pasado desde que te mataron, me he preguntado qué es lo importante de tu vida y de tu muerte, qué cosa te distingue, qué ejemplo podríamos sacar, qué lección nos dio Francisco Urondo.

Tengo una respuesta provisoria en las cosas evidentes que pudiste ser y en las más desconocidas que elegiste.

Llegaste a los cuarenta años con la pasta de los grandes escritores, que no es más que una forma de mirar y una forma de escuchar, antes de escribir. El problema para un tipo como vos y un tiempo como éste, es que cuando más hondo se mira y más callado se escucha, más se empieza a percibir el sufrimiento de la gente, la miseria, la injusticia, la crueldad de los verdugos. Entonces ya no basta con mirar, ya no basta con escuchar, ya no alcanza con escribir.

Pudiste irte. En París, en Madrid, en Roma, en Praga, en la Habana, tenías amigos, lectores, traductores. Podías sentarte a ver desfilar en tu memoria el ancho río de tu vida, la vida de los tuyos, volcarlos en páginas cada vez más justas, cada vez más sabias. Con el tiempo quién lo duda, habrías figurado entre esos grandes escritores que eran tus amigos, tu nombre asociado al nombre de tu país, pedirían tu opinión sobre los problemas que agitan al mundo.

Preferiste quedarte, despojarte, igualarte a los que tenían menos, a los que no tenían nada. Lo que era tuyo era fruto de tu esfuerzo, pero igual lo consideraste un privilegio y lo fuiste regalando con una sonrisa.

Estuviste preso, sobre el fin de la dictadura de Lanusse. En la cárcel, sin esperarla, volvió la literatura. Esa noche del 25 de mayo de 1973, cuando el pueblo victorioso embestía contra los muros de Devoto y centenares de compañeros festejaban la libertad inminente, te encerraste con los sobrevivientes del fusilamiento de Trelew y una grabadora. Escuchaste, mientras en la calle subía ese rugido impresionante de la multitud empujando la reja “¡abran carajo, o se la echamos abajo!”

Escuchaste como nunca, atento a cada temblor en la voz de los que habían resucitado del espanto. Manejaste esa historia como de chico debiste manejar el bote, allá en tu río, dejándote llevar por su corriente, con apenas un toque de tu pala –una pregunta- para enderezar el rumbo. Allí fue más cierto que nunca que escribir es escuchar. De ese impecable ejercicio de silencio salió La patria fusilada, un libro que ya no era tuyo, porque era de muchos. 

No te hacías ilusiones sobre la supervivencia personal. En todo caso, estabas preparado para la muerte, como las decenas de muchachos y muchachas que se juegan diariamente en una pinza, en una operación. O más bien como decías en uno de tus poemas: “Anoche soñé –seguía diciendo el soldado- que mi hija y mi nieto nacían simultáneamente en este mundo que vendrá. Ahora puedo morir en paz, aunque sería mejor que esto ocurra dentro de mucho tiempo”.

No fue tanto, cuando te llegó el momento –en una cita de rutina y te batiste. Ellos eran demasiados en esa tarde aciaga. Un coronel te insultó en un comunicado, los diarios no se atrevieron a publicar tu nombre, te iban a enterrar como a un perro cuando te recuperamos.

Era el fin de una parábola. Son los pobres de la tierra, los trabajadores secuestrados, los torturados, los presos que fusilan simulando combates. Son las masas las que van a sepultar a tus verdugos en el tacho de basura de la Historia.

No soy quién para decir cuál fue tu mejor libro, tu mejor cuento, la mejor línea de tus poemas. Pero pienso que tu obra literaria, tan inseparable de tu vida, nos va a ayudar a resolver esa pregunta tan trillada sobre lo que puede hacer un intelectual revolucionario.

Puede hablar con su pueblo y de su pueblo poniendo en ese diálogo lo mejor de su inteligencia y de su arte; puede narrar sus luchas, cantar sus penas, predecir sus victorias. Ya eso es suficiente, ya eso justifica. Pero vos nos enseñaste que no le está prohibido dar un paso más, convertirse él mismo en un hombre del pueblo, compartir su destino, compartir el arma de la crítica con la crítica de las armas. Gracias por esa lección.

Rodolfo Walsh, julio de 1976.

ALEJANDRO TARRUELLA ESCRIBIO UN LIBRO SOBRE ENVAR “CACHO” EL KADRI “Era un peronista sencillo y abierto”

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“Envar merecía que se hiciera un trabajo sobre su vida de luchas y su pensamiento”, afirma Alejandro Tarruella.

El guerrillero que dejó las armas es el título del trabajo que el periodista le dedicó al dirigente político de los ’70. “Era un tipo que te impactaba mucho, un hombre de ideas, un pensador del peronismo que dejó un gran legado para las nuevas generaciones”, explica.

Por Cristian Vitale

Peronista entrañable, Envar “Cacho” El Kadri. Guerrillero, cuando la proscripción de las mayorías populares y el contexto epocal lo ameritó. Político, audaz y reflexivo cuando no. “Resistente” o “dialoguista”, por lo mismo. Dio en el punto Alejandro Tarruella cuando tituló a su libro El guerrillero que dejó las armas. “La juventud de los ’70 fue maravillosa, no hay duda, pero en las cúpulas de las organizaciones armadas hubo responsabilidades de carácter político, por eso es importante volver a analizar el momento en que El Kadri dejó las armas, y por qué”, introduce el periodista e investigador, que alguna vez fue jefe de redacción de Primera Plana, ante la flamante edición del trabajo publicado por Suda- mericana. “Es importante, porque lo que uno va recogiendo hoy es que casi todos los procesos nacionales de América latina, excepto Cuba, se desarrollaron y se desarrollan en democracias, en estados de derecho, y Envar me parece un personaje interesante para indagar en ese sentido”, amplia Tarruella, sobre el papel histórico de este referente inevitable de las luchas políticas argentinas del siglo pasado, que dejó las armas cuando logró su objetivo: el retorno al país de Juan Domingo Perón, luego de diecisiete años de exilio y proscripción.

–El marco fue analizar el todo por la parte.

–Tal vez, porque Envar tenía una presencia muy fuerte y fue uno de los pocos tipos que atravesó el tiempo político desde la primera resistencia peronista, como fundador de la Juventud Peronista, hasta la totalidad de los ‘70, e incluso la lucha contra la dictadura. Un tipo muy cuidadoso con el otro, que venía del peronismo y todas sus tensiones. Un peronista sencillo y abierto. Prueba de ello fue cuando en 1972 tuvo una visión favorable a sostener las condiciones que planteaba Perón para trabajar desde ahí y no desde el enfrentamiento, como había sido en situaciones de ahogo, represión y tortura. Eso fue lo que lo llevó a diferenciarse de las Fuerzas Armadas Peronistas, que él mismo había creado en 1967.
O de una parte de ella, en rigor. La que siguió planteando la lucha armada, cuando los tiempos habían cambiado tras el ansiado retorno de Juan Perón. Este es precisamente uno de los nudos analíticos que el también hacedor de Guardia de Hierro, de Perón a Kirchner e Historias secretas del peronismo intenta desanudar en este relato periodístico histórico –no necesariamente lineal– que recorre a lo largo de casi 350 páginas el derrotero de Cacho El Kadri, desde sus inicios como aspirante a militar y militante peronista a la vez, hasta su paso por la primera resistencia peronista, su papel en la incipiente JP, el pase a la lucha armada (con Taco Ralo como hito), el abandono de ella, los días peronistas en los setenta, las amenazas de la Triple A, el exilio obligado, y su retorno al país, donde permaneció hasta su muerte, el 19 de julio de 1998. “Traté a Cacho en reuniones, en actos, en cosas así... Era un tipo que te impactaba mucho, un hombre de ideas, un pensador del peronismo que dejó un gran legado para las nuevas generaciones. Una vez, en 1975, lo crucé en la calle Castelli, en Once, y me hizo señas para que no me parara. Me acuerdo de que pensé ‘¿cómo está éste hombre acá?’ Me di vuelta, lo vi que se iba, y no volví a verlo hasta su regreso. Si se quedaba lo mataban”, evoca Tarruella, sobre eventuales encuentros personales con este cordobés hijo de siriolibaneses como un bonus de color.
Un sentido cuyo foco, más allá de contar la historia de un personaje, ancla en la visión de un dirigente político y guerrillero que supo reconocer ciertos errores a tiempo. De un cuadro intrépido que no solo enojó a militares y sindicalistas colaboracionistas, sino también a cúpulas guerrilleras y a “vanguardistas”, en la búsqueda de un objetivo político que hoy es regla más que excepción en vastas regiones de América latina: las democracias como herramientas de liberación, como garantes de soberanía. “Cacho era además un muy buen orador, con una preparación política muy amplia, que se mezclaba con un sentido del orden que le venía de su formación militar, un tipo muy atildado. Sin dudas, merecía que se hiciera un trabajo sobre su vida de luchas, sus padeceres y su pensamiento”, señala Tarruella, que también está escribiendo Una lágrima en el polvo, una ficción sobre el atentado a la Embajada de Israel.

–¿Qué otros sentidos le encuentra a recuperar la vida de El Kadri?

–Lo pensé desde varios ángulos. Por un lado, la recuperación de una figura que une una ética muy fuerte con el desarrollo de la política del peronismo, y luego su visión del ’73 en adelante que tiene que ver con no atacar, con desarrollar un proceso de apertura democrática. El decía: “dejemos que la reacción esté en otro lado, no adentro”, y una vez que sucedió eso, se involucró en la lucha contra la dictadura. Después se fue del país, observó lo que pasaba en el mundo árabe, en Europa, y se metió en el papel central de la cultura, que es lo que pasa hoy en la Argentina. Fue un tipo responsable por su época, preocupado por la formación y una ética en lo que hacía a la relación con sus compañeros.

–Fue muy importante su rol de denuncia durante su exilio, también.

–Porque repensó sobre los movimientos que ocurrían en ese momento en Francia, que generalmente eran organizados por grupos de argentinos que salían a reclamar por las calles. Lo que hizo él hace fue incorporar a esas marchas gente conocida como Catherine Deneuve o Marcello Mastroianni, o gente que había denunciado la guerra de Argelia, y eso le dio una fuerza muy particular a las protestas. Cuando volvió, empezó a entender que el arte es un camino posible para encauzar preocupaciones políticas y culturales, y se dedicó al cine.

–Basado en esa idea del guerrillero que dejó las armas, puede pensarse también una línea que lo vincule a la templanza, al respeto por la democracia y las mayorías populares que caracteriza a varios proyectos de liberación hoy, en América latina.

–Pueden establecerse esas líneas de unión. Envar tenía una mirada sobre la democracia que era difícil de ver en los ’70. Es algo que planteó a su regreso, en el sentido de que era posible el cambio en el marco de un proceso democrático con estado de derecho, que es lo que tenemos hoy. Se puede avanzar así y, de hecho, es lo que esta pasando en América latina. Néstor Kirchner, en rigor, le dio un lugar importante a Envar e incluso, cuando éste murió, decía “¿qué voy a hacer ahora sin mi maestro?”.

–Se intuye que pensó el libro como una reivindicación del papel histórico y político de El Kadri. Esa especie de “fuego cruzado” entre las cúpulas guerrilleras y la Triple A, en el que había quedado él por mantenerse leal a la voluntad popular y a Perón. Es la posición que, con matices, sostuvieron el padre Mugica u Horacio González, por caso.

–Y muchos cuadros de la UBA, también. De hecho, cuando Cacho decidió terminar con las armas, se hizo un acto en Rosario de entrega simbólica de ellas, y hubo un episodio que cuento en el libro: Montoneros lo condenó a muerte. Igual, eso se resolvió con conversaciones, porque muchos cuadros de Montoneros lo respetaban. Fue un episodio que quedó en un limbo.

–Hay un testimonio de El Kadri en Cazadores de Utopías, el documental de Eduardo Blaustein, en el que pone a las figuras de Perón y Eva por delante de la del Che, en términos de importancia.

–Sí, es cierto. Lo que me parece a mí es que estamos en pañales respecto del pensamiento de Perón, porque siguen operando definiciones de matriz europea respecto de su figura; el significado de populismo sigue siendo el europeo, cuando América tiene un camino propio muy importante que no aparece en todo eso. Toda esa cosa ideológica remitía a visiones de afuera, hasta que cayó la Unión Soviética y esa caída reveló una serie de acontecimientos tremendos: los muertos, el hambre, en fin. Esto contrasta claramente con, por ejemplo, las políticas de Evo Morales en Bolivia hoy: alfabetización, uso del petróleo al nivel de los grandes desarrollos; o la Argentina y este peronismo de vuelta en las paritarias... ¿En qué lugar del mundo hay paritarias? ¿En qué lugar del mundo hubo? Bueno, sí, Roosevelt en 1934. Y digame si Kicillof no se parece a Roosevelt, en este sentido. Creo que nos falta ahondar en el cuerpo de ese pensamiento, en su perspectiva histórica, y este libro es un intento.

21/06/15 Página|12

 

Sin lugar para sorpresas Por Eduardo Aliverti

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Por Eduardo Aliverti

Ahora que parece haberse movido todo, surgen chorreras de análisis que en su gran mayoría dicen estar atravesados por la sorpresa. ¿Hay tanto lugar para manifestarse descolocados frente a la resolución presidencial? ¿No convendría hacer un repaso por lo que unos y otros sostuvieron –sostuvimos– a lo largo de este tiempo previo al cierre de listas? Quizá se llegue a la conclusión de que el asombro y los cuestionamientos, habidos y por haber, son mucho más un asunto de matices, de estilos, de interpretaciones personales, que una extrañeza política.

En primer término, precisamente, cabría el trabajo de limpiar la maleza de señalamientos, rumores y versiones que, aun cuando fueren ciertos o atendibles, no hacen en ningún caso al fondo de la cuestión. Un aspecto sobresaliente fue marcar lo inverosímil de que haya sido la propuesta de Daniel Scioli, y no el dedo de la Presidenta, lo determinante en encaramar a Carlos Zannini. ¿Cuál es la diferencia entre una cosa y la otra, si de todos modos –y aquí una primera constancia elemental– se sabía y sabe hasta el cansancio que es la jefa quien tiene la última palabra? ¿Qué se pretendía del candidato Scioli o de cualquiera que fuere? ¿Que enfrentara a la prensa y sostuviese que sólo le cabe consentir lo que la Presidenta le impone? ¿Que la idea le pertenece enteramente a ella? ¿Se supone que Zannini debía hacer otro tanto y afirmar en público que el gobernador bonaerense es un convidado de piedra? Por momentos resulta increíble que la hipocresía de algunos relatores de la oposición pretenda disfrazarse con una candidez insultante para el sentido común. Eso habla de que, si es por el campeonato de chicanas baratas y argumentaciones inconcebibles, las vírgenes institucionalistas no se quedan atrás. Van adelante. Fue preferible la reacción de Elisa Carrió: en su enésimo desvarío habló de haberse ratificado la opción entre república y dictadura stalinista, pero no recurrió al desatino de que la forma de comunicarlo tiene un papel fundamental. Y en otro rapto, pero de un sincericido que no le importa, admitió que en el universo PRO-UCR no están jugando a ganador. También obtuvo espacio una presunta pelea a grito pelado y casi algo más entre Eduardo de Pedro y Florencio Randazzo, el lunes, cuando el secretario general de la Presidencia le habría comunicado al ministro que quedaba bajado de la lucha principal. En simultáneo, sobraron las infidencias acerca de qué pasó, en Olivos, durante la media hora en que Cristina y Randazzo estuvieron a solas. Los datos circulantes fueron prácticamente paralelos a esos encuentros, de manera que el hombre o la mujer invisibles estuvieron allí dando cuenta de llantos presidenciales, invocaciones a Néstor para que Randazzo aceptara ir por la gobernación y hasta el ofrecimiento, detallado, de una partida de dinero para el conurbano bonaerense, con la macabra intención de que el futuro gobernador se cortase como mejor le placiera, rescatando su figura, al llegar el momento de incendiar a Scioli. Otra que el Círculo Rojo, informaron y dedujeron los miembros del Círculo Rojo. Si acaso estos secreteos no fueron producto de la imaginación, resta colegir que, tratándose de cónclaves cara a cara, en soledad, solamente pudieron haber sido el propio Randazzo, o fuentes ¿incontrolables? muy allegadas a él, quienes filtraron los pormenores. Eso no hablaría muy bien que digamos de los códigos y la lealtad a sí mismo –y al “proyecto”, agreguemos– glorificados por quienes de la noche a la mañana han descubierto en Randazzo a una víctima que mantuvo sus convicciones.

Como la lista de trascendidos, supuestos y operativos de prensa es apenas un poco menos que interminable, se puede parar acá y preguntar qué de todo eso altera la sustancia de un escenario que todos conocieron de memoria. A saber:

El kirchnerismo tenía serios problemas para ungir a un candidato o fórmula presidencial que lo representase cabalmente.

La alternativa de Scioli fue resistida a pesar de los gestos de fidelidad que el gobernador mostró de modo creciente.

Se dejó correr a varios postulantes, pero la realidad demostró que la multioferta es disgregadora. Cristina pidió entonces el baño de humildad.

Randazzo, junto con la venta de su capacidad de gestión ministerial –que en efecto lo es, primero, gracias a los trazos y apoyo marcados por la Presidenta–, fue la chance más contestataria para cercar a Scioli y, eventualmente, impedir un triunfo de éste en las primarias por margen enorme, capaz de envalentonarlo en demasía.

La apuesta no dio resultado. Se reveló que Scioli ganaría con amplitud en todo el país, con excepción de los votos de la progresía porteña y una relativa paridad en provincia de Buenos Aires. Y se anotó que el sufragio peronista quedaría partido, con el riesgo de que Macri fuese quien más sumara individualmente junto al peligro de una interna crispada y desgastante. Los tiempos legales se terminaban y la jefa jugó fortísimo situando de vice a su funcionario de mayor confianza. Zannini es Cristina derecho viejo y la oposición quedó entre absorta y paralizada por el movimiento de la dama, como si hubiera esperado una media tinta por parte de aquella a quien acusan de ser una autoritaria que jamás duda. Como si tuviesen dificultades para entender que esto es el peronismo y en consecuencia el poder, no una alegre estudiantina testimonial, comentarista, que se divierte con el decentismo y las consignas extremas.

Es probable que Casa Rosada confiase en la aceptación del ministro para ir por la gobernación. Probable pero nada seguro: así como Scioli es mirado con recelos profundos en la tropa K, siempre vieron a Randazzo como un individualista que, aun proveniente del aparato tradicional del PJ, también despertaba prevenciones entre gobernadores, intendentes, punteros varios. Su rechazo al ofrecimiento presidencial (les) confirmó esa visión. Si es correcto que el voto a Scioli será el que proporcione la imagen de Cristina y los logros de su gestión, porque además el gobernador no dispone de grandes estructuras en el mapa nacional, también lo es que Randa- zzo descansó únicamente en su fortaleza mediática. No tejió territorio. No le interesó. No articuló sostenes, por fuera de haber reposado en sentirse –o eso dijo– el preferido de la Presidenta.

Al cabo del repaso, posiblemente incompleto pero significativo, vale insistir con el interrogante de si el fin de la película de los nombres tiene por qué llamar a la sorpresa. O si fue asunto de haber perdido de vista el pragmatismo gubernamental, tan peruca, sin por eso estar obligados a sentir más decepciones progres que las previsibles. Esto interpela al kirchnerismo, cuyas franjas más entusiastas se ven desacomodadas por aquello que en los corrillos, en la militancia, en palacio, se menta hace rato, vamos, como el “sapo Scioli” que habrá que comerse. No es lo que se quería, desde ya, pero el contexto fue implacable siendo que no se quiso, pudo o supo construir una alternativa más potable. Tampoco hace falta fingir contentura. Incluyendo lo que deparó la clausura de las listas, plagadas de kirchneristas “puros” en todos los lugares y nóminas, ocurrió una opción de máxima para intentar alguna garantía de que la continuidad del modelo sufra lo menos posible. Puede llamársele entornismo, cómo no, y habrá que ver. Las experiencias locales e internacionales, de los tiempos que se quieran, van para un lado y para otro a la hora de ejemplificar cómo deriva el conducir desde afuera, o desde adentro pero sin el cargo ejecutivo supremo. Menos que menos puede relativizarse el estado de la oposición, el aprendizaje sobre las fallas propias, las enseñanzas que también deja lo sucedido hasta aquí en varias geografías. Santa Fe es una muestra palmaria. ¿Qué habría ocurrido si Omar Perotti hubiera tenido una pizca más de tiempo, en vez de que hace varios meses el Frente para la Victoria se extraviase ante lo que parecía un triunfo irreversible del cómico Del Sel o de las huestes socialistas? ¿Y qué sucederá con la fórmula radicalizadamente porteña elegida por el PRO para competir en la liga nacional? ¿Y cuánto influirá la distancia que saque el peronismo en octubre, si es cosa de pensar en retrocesos? Porque pareciera que cuenta únicamente el escenario oficialista, como si no interviniera el temblor que hay enfrente, capaz de entregar al cierre del plazo una antología del mamarracho: el PRO con dos candidatos a vice bonaerense excomulgados en doce horas, más Patricia Bullrich encabezando la lista de Diputados...; Sergio Massa con graves dificultades para hallar un compañero de fórmula; Margarita Stolbizer, ídem que el anterior.

Por último, cuidado con la paradoja del estado de resignación o de conformismo a la fuerza que, pese a Zannini y –mucha– compañía mediante, invade a porciones amplias del kirchnerismo (más un problema de la gente politizada del palo que una preocupación de las mayorías populares, que todavía no saben quién es Zannini). En lo electivo, la depresión es comprensible. Quedó Scioli o Macri. No es justamente un canto a la alegría desbordante. Pero en lo ideológico es contradictorio que la sola mención de Scioli genere dar por hecha la marcha atrás, porque significaría que todo lo conseguido en estos doce años puede derrumbarse por la acción de un sospechable. Ergo, ¿de cuánta energía, de cuál épica, de qué liderazgo y relato estaríamos hablando si con eso solo bastaría para derretir al kirchnerismo como a un helado?

Es contradictorio porque eso se llama no confiar en la fuerza propia que deberá haber para impedirlo.

22/06/15 Página|12

A LOS 90 AñOS FALLECIO ELSA SANCHEZ DE OESTERHELD, PARTE DE UNA FAMILIA ARRASADA POR LA DICTADURA “Nos enseñó a luchar y volver a sonreír”

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“Ni yo misma puedo decir cómo fue que seguí viva”, decía Elsa sobre el dolor que debió enfrentar.

Elsa Oesterheld había sufrido la desaparición de sus cuatro hijas, su marido Héctor, autor de El Eternauta, y dos nietos, a quienes aún buscaba. Las Abuelas de Plaza de Mayo y la agrupación Hijos lamentaron su fallecimiento.

Si el dolor y la fortaleza fueran mensurables, podría decirse que murió una de las mujeres que más sufrió y se sobrepuso a los crímenes de la última dictadura. Elsa Sánchez de Oesterheld, viuda del legendario historietista Héctor Oesterheld, sufrió la desaparición no de uno, ni de dos, ni de tres, sino de nueve miembros de su familia: sus cuatro hijas, su marido, dos yernos y dos nietos nacidos durante el secuestro de sus madres, que todavía son buscados. “Lala”, como la llamaban, debió sobrevivir a los múltiples embates para criar a su nieto Martín, que le fue entregado por los represores luego de masacrar a sus padres. A pesar de la tragedia con la que cargó por casi 40 años, siempre mantuvo la ternura y una sonrisa que sus compañeros de lucha prometieron no olvidar.

“Se fue en paz. La encontramos dormida y nos dejó la tranquilidad de que debía irse porque había dado todo lo que tenía. Es la mujer que me crió tras la desaparición de mis padres y el primer pariente que puedo enterrar, que no es poco”, dijo Martín Mórtola Oesterheld sobre su abuela, que tenía 90 años y será inhumada hoy, a las 14, en el cementerio de la Chacarita.

Elsa conoció a Héctor Oesterheld cuando él estudiaba geología y se ganaba la vida escribiendo libros de divulgación científica para chicos. Se casaron en 1947 y cinco años más tarde nació su primera hija, Estela. Luego llegaron Diana, Beatriz y Marina y vivieron años luminosos en un casa de Beccar. “Fuimos tan pero tan felices en esa casa que me parece que entre ese momento y hoy pasó una eternidad”, dijo Elsa, en una de sus últimas entrevistas.

A principio de los ’70 las hijas del matrimonio, ya adolescentes, comenzaron a involucrarse en política y se sumaron a las filas de Montoneros, organización a la que pronto acercarían a su padre. Elsa empezó a preocuparse cuando en 1973 los cinco fueron a Ezeiza a recibir a Perón en su regreso del exilio. Ese día se enojó con su marido. “Yo no puedo excluirme de la lucha en la que está involucrada toda la juventud, incluidas mis hijas, que además es por una causa en la que siempre creí: un país mejor”, le objetó él. Si bien nunca dudó de lo justo de la causa, para Elsa el precio de la lucha de su familia fue demasiado alto y siempre sostuvo que fue un error creer que la justicia social no podía lograrse sin violencia.

Tras el golpe del 24 de marzo de 1976, toda su familia pasó a la clandestinidad y luego, uno a uno, fueron secuestrados y ejecutados por los militares. Dos de sus hijas estaban embarazadas y dieron a luz en cautiverio. Elsa sobrevivió, al igual que dos de sus nietos: Fernando, que fue llevado a la casa de sus abuelos paternos, y Martín, que le fue entregado a Elsa. “Ni yo misma puedo decir cómo fue que seguí viva –contó varias décadas después–. Soy un misterio para los psicólogos. Yo creo que Martín me salvó; tenía tres años y yo tenía que ocuparme de él. Creo que saber que estaba totalmente sola para enfrentar la vida me dio fuerza.”

“Es una abuela más que se va sin poder abrazar a sus nietos”, se lamentaron desde Abuelas de Plaza de Mayo, organismo del que Elsa participaba activamente, y valoraron “su testimonio siempre fresco y reflexivo que supo contribuir a la búsqueda de los nietos y a la construcción del derecho a la identidad”. Desde HIJOS Capital también quisieron despedirla y se guardaron para fortalecer la lucha el recuerdo de su sonrisa. “Elsa Sánchez de Oesterheld fue una mujer que nos enseñó mucho: a sobrevivir, a luchar y a volver a sonreír. Nadie sabe cómo esa mujer, pequeña de tamaño, fue tan grande contra todo lo que le hicieron los verdugos. Elsa sobrevivió a todo eso, pisando imposibles, luchando siempre por justicia.”

Informe: Delfina Torres Cabreros.

México: Semillero de ideas anticapitalistas en Chiapas Por Raúl Zibechi

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Un buen puñado de intelectuales y activistas respondieron a la convocatoria del zapatismo que organizó un “semillero de ideas” durante una semana en dos espacios de Chiapas, donde se escucharon análisis que abordaron desde la crisis ambiental y el feminismo hasta las crisis económicas y la violencia. El resultado fue un abanico de análisis poco frecuentes en los movimientos antisistémicos.

En las afueras de San Cristóbal, al pie de una de las colinas que la circundan, se yergue el Centro Integral de Capacitación Indígena (Ciedeci), que albergó el seminario “El Pensamiento Crítico ante la Hidra Capitalista”.

El zapatismo convoca

Es poco común la confluencia de una variedad de pensadores como Immanuel Wallerstein, Silvia Federici, Pablo González Casanova, Adolfo Gilly, Michael Löwy y John Holloway, entre los más conocidos, así como miembros del PKK del Kurdistán. Si se suma la participación de 1.500 personas de varios continentes, el resultado fue un evento que pocos movimientos en el mundo pueden convocar. Con el declive de los foros sociales, que hace años no se realizan en América latina, las convocatorias zapatistas son ahora las que obtienen mayor resonancia.

“Los zapatistas no guardamos un pensamiento si coincide o no con el nuestro sino si nos hace pensar o no, si nos provoca o no, pero sobre todo si da cuenta cabal de la realidad”, dijo el subcomandante Galeano (ex Marcos) en los primeros días del seminario. Y agregó algo que nunca había dicho: “Nuestra admiración al pensamiento anarquista. Es claro que no somos anarquistas, pero sus planteamientos son de los que provocan y alientan, los que hacen pensar”.
Sin embargo, en su última alocución, Galeano defendió el marxismo o, por lo menos, los principales escritos de Marx. Citó extensamente pasajes de El Capital, en particular la sección donde analiza la acumulación originaria del capital, en la que destaca que el capitalismo llegó al mundo “chorreando sangre y lodo por todos los poros”. Es posible que sea una inflexión en la trayectoria zapatista que hasta ahora no había mostrado ese perfil.

En los análisis macro predominó la visión de Wallerstein de los sistemas-mundo, quien con su “telescopio”, dijo Galeano, es capaz de crear un relato de conjunto sobre la situación actual del capitalismo y prever, incluso a largo plazo, los derroteros de los conflictos sociales.

En su ponencia, Immanuel Wallerstein analizó la “crisis estructural del capitalismo”, sistema que estaría en su etapa final: “Los tres costos básicos de la producción capitalista –los costos de personal, los costos de materias primas y los costos en infraestructura– aumentaron lenta pero sostenidamente”. De ese modo el sistema encontró “límites estructurales, dada la ausencia de nuevas zonas que pudiesen ser incorporadas dentro del sistema-mundo, ahora global”.

En la segunda parte de su exposición, destacó que “la política en una etapa de transición”, como la actual, “debe ser diferente de la política que se desarrolla en el período del funcionamiento normal del sistema-mundo”. Destacó que la confusión ideológica y analítica que sufrimos es “una realidad estructural”, de la que será difícil escapar. Sus siete propuestas no fueron recibidas con unanimidad, en particular la segunda, que propugna “usar defensivamente las tácticas electorales”. Así y todo, su ponencia fue una de las más serias y profundas.

Los discípulos de Iván Illich y los indigenistas, así como una vasta gama de artistas presentes en el evento, fueron de algún modo el contrapunto de los teóricos seducidos por Marx. Ambas corrientes comparten la importancia de lo subjetivo, ya se trate de las cosmovisiones indias o de la crítica a la ciencia, la escuela y la medicina occidentales. Ambas pueden confluir en cierta inspiración libertaria, quizá romántica, que genera tensiones y desencuentros con el modo marxista de pensar y actuar.

Coincidencias

Pero, unos y otros coinciden en que la humanidad atraviesa momentos de gran incertidumbre, que pueden conducir a una suerte de colapso civilizatorio. En este punto, es posible que Marx, Illich y los indigenistas se den la mano, aunque desde genealogías diferentes. El fin del mundo o Pachatkutik es figura omnipresente en las culturas indias.

La crisis y derrumbe del sistema es un punto clave en el pensamiento de Marx. Es fácil entender los puentes entre estas ideas y el anti-industrialismo de Illich, por lo menos como tensiones éticas que, en momentos de descomposición como los que atraviesa la sociedad mexicana, pueden traducirse en acciones comunes.

Miradas

Entre los movimientos antisistémicos, coexisten dos miradas diferentes: quienes sostienen que estamos ante una crisis, mayor aún que las crisis cíclicas de la economía capitalista, y los que consideran que la humanidad está siendo llevada a una situación de colapso por el sistema. El zapatismo escogió la segunda, pero es también algo relativamente nuevo, probablemente influido por los hechos de Ayotzinapa y la guerra contra el narcotráfico del Estado mexicano.

Crisis y colapso

La idea de crisis está asociada a períodos de cambios, desorden, inestabilidades y turbulencias que interrumpen el desarrollo normal de las cosas, para luego de cierto tiempo volverse a una nueva normalidad pero modificada. En las crisis pueden emerger factores de orden que le darán a lo nuevo una diferente fisonomía. Desde el punto de vista de los movimientos, es importante destacar dos cosas: que el concepto de crisis está demasiado asociado a la economía y que aparece ligado a transformación y cambios.

El colapso, por el contrario, es una catástrofe a gran escala que implica el quiebre de instituciones, en forma de ruptura o de declinación definitiva. En la historia hubo muchas crisis pero pocas catástrofes/colapsos. Como ejemplo está lo sucedido con el Tawantinsuyu, el imperio incaico, a raíz de la llegada de los conquistadores. Algo similar puede haberle sucedido al Imperio Romano. La peste negra entre 1347 y 1352 mató entre un tercio y la mitad de la población europea, marcando el comienzo de una nueva cultura que desembocó en el capitalismo. En todo caso, el colapso es el fin de algo, pero no el fin de la vida, porque como sucedió con los pueblos indios, luego de la catástrofe se reconstruyeron, pero como sujetos diferentes.

En esa dirección fueron las palabras del subcomandante insurgente Moisés, quien dijo en el cierre del seminario que “no sabemos si nos va a dar tiempo de multiplicar esto”. Para los zapatistas, lo que se avizora no es una crisis sino algo más serio. Insistió: “El tiempo nos está ganando”, y dijo que ya no alcanza con caminar sino que es hora de trotar, de ir más deprisa.

La noche anterior el subcomandante insurgente Galeano dijo que hasta un 40% de la humanidad será migrante y que habrá despoblamiento y destrucción de zonas para ser reestructuradas y reconstruidas por el capital. Al parecer no pensaba en una crisis sino en algo que podríamos llamar colapso, aunque no usó el término.

Sea como fuere, el encuentro fue un verdadero semillero de ideas, de análisis que van más allá de la coyuntura, que buscan comprender las tendencias de fondo que vive y sufre la humanidad. Una mirada necesaria para izquierdas demasiado enfrascadas en sus fugaces tiempos electorales. A propósito, el zapatismo hizo un guiño a las corrientes electoralistas al afirmar que más allá de que se vote o no se vote, lo importante es organizarse para enfrentar un futuro caótico.

Resumen Latinoamericano / Contrahegemonía | 21/06/15 Miradas al Sur

Bolivia: La imposibilidad de una isla Por Ayelén Oliva

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Cuando en 2011 el presidente de Bolivia anunció que acudiría a La Haya para exigirle a Chile que abra una puerta a las negociaciones sobre el diferendo marítimo, que lleva más de un siglo embarrando las relaciones entre ambos países, la pregunta que surgió fue por qué ahora. ¿Es que la energía política destinada a la demanda marítima responde sólo a una voluntad de reparación histórica –simbólica y cultural– por parte del gobierno de Evo Morales o es efecto del crecimiento económico de Bolivia que exige ampliar las fronteras a nuevos mercados? La respuesta es: ambas. Sin embargo, el aspecto económico de una salida al Pacífico para Bolivia resulta, por momentos, menos analizado.

En América latina sólo dos países son como islas sin mar. La historia de la conformación de sus Estados, la definición de sus límites y fronteras, habilita a sólo uno de ellos la posibilidad de revertir la situación y así lo está haciendo.

Sabemos que el problema del encierro territorial trae aparejados trabas comerciales que pueden resultar asfixiantes en países en desarrollo. Se estima que los costos de transporte del comercio suelen ser al menos un 15% más altos que en los países con litoral.

No es casual que Paraguay y Bolivia hayan encabezado durante años las listas de los países más pobres de Suramérica. Según la Cepal, en 2002, Bolivia ocupaba el primer lugar con un 62,4% de su población en situación de pobreza, mientras Paraguay le pisaba los talones con el 61%. Sin embargo, diez años después Bolivia redujo su índice de pobreza en 24 puntos y lo llevó al 38%, mientras Paraguay sigue con la mitad de su población en estas condiciones con el 49,6%. Es decir, en un mismo período, Bolivia logró duplicar los logros socioeconómicos de Paraguay.

Entonces, ¿es posible amansar los efectos negativos de una condición desfavorable mediante una buena gestión económica? La respuesta queda en evidencia. En Bolivia los números cierran con la gente adentro. Según los datos oficiales publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas de ese país, en 2009, el total de sus exportaciones era 5.486.000 dólares, en 2013 alcanzó los 12.327.000 dólares. Las reservas internacionales netas en dólares también se incrementaron pasando de 9.900.000 en 2009 a 15.880.000 en 2013, casi un 50% del producto interno bruto (PIB) del país. Así, en 2014 y por segunda vez consecutiva, Bolivia se posicionó como el país con el mayor crecimiento del PIB de América del Sur con 5,4%.

Las desventajas económicas que trajo para Bolivia la pérdida de su territorio costero, que desde su independencia hasta la Guerra del Pacífico pertenecieron al departamento Litoral de este país, están vinculados, por un lado, a la pérdida de recursos naturales marítimos y salitres, pero también minerales, como la plata que en la mina de Caracoles supo generar hasta un 30% más de riqueza que el Cerro Rico de Potosí, o el cobre que a Chile le permitió recibir 346.216 millones de dólares por su exportación entre 2003 y 2013, según los datos de su Banco Central. También está el litio, recurso que ha mostrado un crecimiento del 7% en su demanda mundial anual con un precio que pasó de los 1.760 de dólares por tonelada en 1999 a 6.000 dólares en 2008, según los datos provistos en el Libro del Mar, publicado por el gobierno de Bolivia en 2014.

Los beneficios en la extracción de recursos naturales son irrecuperables, pero sí existen otro tipo de reparos económicos y previsiones a futuro, como la reducción de los costos en el movimiento de mercancías a fin de hacer más competitivas sus exportaciones así como la posibilidad de ampliar sus mercados hacia el Pacífico.

Actualmente Bolivia cuenta con un acuerdo de libre tránsito con Chile para facilitar su comercio exterior a través de puertos chilenos, como los de Arica y Antofagasta que, sin embargo, llegan a implicarle un gasto de examinación por contenedor de entre 125 y 800 dólares. Según un informe del Banco Mundial de 2012, las exportaciones bolivianas por contenedor son 55,7% más caras que las exportaciones de Chile y 60% más costosas que las de Perú. Según información oficial de Bolivia, en la actualidad este país cuenta con los costos de transporte más altos de América del Sur, siendo 31% superior a la media continental.

La Guerra del Pacífico le arrancó 400 kilómetros de costa a Bolivia, en una política de expansión de Chile tardía y violenta motivada por intereses económicos. Los diez años de gestión del MAS en Bolivia han demostrado la capacidad de crecimiento económico a pesar de su encierro. Los guarismos favorables parecen darle la autoridad suficiente al gobierno de Evo Morales para avanzar con más fuerza en su reclamo ante la Corte Internacional de Justicia que, además de la reparación histórica, pelea por su derecho de comercializar sus recursos naturales a precios competitivos y ampliar su economía a nuevos mercados.

www.eldestapeweb.com | 21/06/15 Miradas al Sur

La última guerra Por Walter Goobar

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A lo largo de toda su historia, los Estados Unidos en general –y el Pentágono en particular– se han caracterizado por saber cómo y cuándo iniciar una guerra para luego no saber ni cómo ni cuándo terminarla. Más aún: cada guerra estadounidense que prometió ser la definitiva, dejó sembrado el gérmen de la siguiente. Lo cierto es que el complejo militar estadounidense está preparando una maniobra de pinzas contra Rusia que en escasas tres semanas ha retrotraído las relaciones entre Washington y Moscú a los momentos más tensos de la Guerra Fría.

Lo que desató la escalada fue el anuncio de que el Pentágono está “contemplando” el envío de cinco mil soldados, artillería pesada y tanques a países de Europa del Este, para “responder” a Rusia ante lo que consideran como apoyo de los independentistas en Ucrania, informó esta semana el diario The New York Times.

En caso de prosperar la iniciativa, sería la primera vez desde la Guerra Fría que EE.UU. despliega infantería mecanizada en las fronteras ampliadas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el este de Europa con el objetivo de preparar una agresión contra Rusia en caso de “ser necesario”.

El martes, el presidente ruso Vladimir Putin anunció que su país añadiría “más de 40 nuevos misiles balísticos intercontinentales, capaces de superar incluso los más técnicamente avanzados sistemas de defensa antimisiles”, advirtió Putin.

“Si alguien amenaza nuestros territorios, significa que tendremos que apuntar nuestras fuerzas armadas en consecuencia hacia los territorios de donde viene la amenaza”, agregó.

En una entrevista con Press TV, el comentarista político estadounidense Stephen Lendman advirtió sobre la política agresiva de Washington contra Moscú, diciendo que las tensiones con Rusia pueden provocar las llamas de una nueva guerra mundial. “Esto es una provocación deliberada, junto con las anteriores, junto también con los repetidos ejercicios militares beligerantes, eventos provocativos, cosas provocativas que van a tratar de conseguir literalmente que Rusia haga algo estúpido como para provocar una confrontación de la que Estados Unidos podría culpar a Rusia,” dijo Lendman.

“Rusia actuará de manera adecuada si en Europa se despliegan aviones F-22”, aseguró el viceministro de Defensa ruso, Anatoli Antonov.

Los países de la OTAN están provocando que Rusia impulse la carrera de armamentos, señaló el viceministro de Defensa ruso este martes durante el Foro técnico-militar internacional Ejército-2015.

De esta manera, el alto representante de la Defensa rusa comentó la declaración de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, según la cual Washington planea aumentar su presencia militar en Europa del Este mediante el envío de cazas F-22. Además. Moscú está profundamente preocupado por el despliegue de laboratorios biomédicos estadounidenses cerca de las fronteras rusas, incluida la de Georgia, según ha anunciado el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso en un comunicado. “Las actividades del Pentágono destinadas a desplegar sus laboratorios biomédicos en las proximidades de las fronteras rusas nos causan una profunda preocupación”, reza el comunicado de la Cancillería rusa publicado en su sitio web este jueves. El escenario para una guerra ya está preparado, y en este caso, verdaderamente puede ser la última.

21/06/15 Miradas al Sur

Y Mientras Tanto el Sol se Muere - Indio Solari (Indiología Fundamental...

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23 de Junio de 2015 Mensaje mafioso para los Arruga: quemaron el auto de la hermana

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El atentado ocurrió pocas semanas después de que un policía de la Bonaerense fuera condenado a diez años por haber torturado a Luciano.
Un abogado de la APDH aseguró que el hecho fue intencional. Allegados a la familia hicieron público el hecho por las redes sociales.

Mensaje mafioso para los Arruga: quemaron el auto de la hermana
La familia de Luciano Arruga fue víctima, una vez más, de una grave intimidación. Ayer se conoció que el auto de Vanesa Orieta, la hermana del joven, fue incendiado intencionalmente en la puerta de su casa del barrio de Mataderos. El atentado ocurrió pocas semanas después de la condena a diez años de prisión que recibió el policía Julio Diego Torales por torturar a Luciano en el Destacamento de Lomas del Mirador. Mientras tanto, la causa por desaparición forzada de persona avanza en la justicia federal de Morón.
Este nuevo episodio mafioso ocurrió en la noche del domingo 7 de junio, cuando Vanesa se levantó de golpe de su cama al advertir que su Fiat Regatta estaba en llamas. La policía y los bomberos llegaron de inmediato pero el auto quedó destruido. "Es muy extraño. Tenía las puertas y la guantera abierta, aunque no faltaba nada. Era un coche que tenía un uso normal, no estaba abandonado. Estamos a la espera del resultado de las pericias", indicó a Tiempo Juan Manuel Combi, abogado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Por lo que este diario pudo saber, las diligencias quedaron en manos de los agentes de la Comisaría 42ª.
"No tenemos dudas de que fue intencional, porque es imposible que se haya producido sin intervención externa: por el lugar donde estaba estacionado y porque el auto no tenía ninguna pérdida sospechosa", añadió Combi.
La familia Arruga cree que este hecho está vinculado con la condena a dictada a mediados de mayo contra el policía Julio Diego Torales, cuando el Tribunal Oral en lo Criminal 3 de La Matanza lo encontró culpable de haber torturado al chico de 16 años el 22 de septiembre de 2008.
Unos meses después, Luciano desapareció y recién se supo de su destino en octubre del año pasado cuando se estableció que fue atropellado, en circunstancias aún no esclarecidas, en la noche del 31 de enero de 2009.
Tras la sentencia, el abogado Juan Grimberg, a cargo de la defensa de Torales, apeló la medida y pidió la nulidad de todo el proceso. Además, sostuvo que la causa fue politizada y amenazó con que su cliente comenzaría una huelga de hambre, recayendo sobre las espaldas de los jueces del TOC 3 lo que pudiera sucederle.
El recurso fue rechazado por el Tribunal y el expediente actualmente se encuentra en Casación, a la espera del sorteo de la sala interviniente.
Mientras tanto, la causa principal sobre la desaparición de Luciano tramita en el juzgado federal de Juan Pablo Salas, donde gracias a la presentación de un hábeas corpus se lograron ubicar los restos de Luciano en el cementerio de Chacarita, donde estaba enterrado como NN.
En este sentido, esta semana los investigadores continuarán tomando testimonios a los testigos del caso para determinar en qué circunstancias ocurrió el "accidente" ya que varias personas coincidieron en declarar que el muchacho escapaba de alguien.
Los denunciantes dieron a conocer este atentado a través de un comunicado publicado por la APDH de La Matanza: "Somos una familia que lucha por la justicia para Luciano Arruga y todos los jóvenes que la policía secuestra, tortura, mata y desaparece, y esos años nos han permitido dimensionar los alcances de esta mafia estatal organizada y protegida por los poderes más grandes."
"Nosotros sabemos a qué nos enfrentamos, y cada día lo sabemos más. Empezamos a buscar a Luciano con la certeza de que fueron ellos y con la seguridad de que iba a ser muy difícil: ellos lo asesinaron y desaparecieron, pero un sistema organizado los protege desde todos los frentes. El peligro que corremos se convirtió en cotidiano, y también las amenazas a nuestra integridad. Estamos una vez más en la penosa situación de tener que volver a denunciar que todas nuestras vidas corren peligro. El hostigamiento no se detiene", detallaron.  «

23 de Junio de 2015 PURA IDEOLOGÍA PRO

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No me sorprenden las palabras de Gabriela Michetti. Son similares a las de su jefe político, Mauricio Macri, un tiempo atrás. Cuando en junio de 2014 la Corte de Justicia estadounidense se excusó de intervenir y dejó firme el fallo de primera instancia contra la Argentina, el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires aseguró que había que pagar lo que el juez Thomas Griesa indicara.

No me sorprenden las palabras de Gabriela Michetti. Son similares a las de su jefe político, Mauricio Macri, un tiempo atrás. Cuando en junio de 2014 la Corte de Justicia estadounidense se excusó de intervenir y dejó firme el fallo de primera instancia contra la Argentina, el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires aseguró que había que pagar lo que el juez Thomas Griesa indicara.
No puedo creer que los dichos de Michetti sean producto de la ignorancia o la incapacidad. Creo que es una clara posición política. Lo que plantea la senadora es una falsedad absoluta, que incluso ignora la crisis en la que estuvo sumida la Argentina. En cualquier concurso de acreedores es normal y lógico que cuando una mayoría de acreedores acepta los términos, lo demás deben adherirse.
La minoría que no cobró no lo hizo porque no quiso avenirse a los términos negociados. El fallo de la justicia estadounidense es arbitrario porque le impide a Argentina cumplir con sus acreedores.
Es una situación ridícula: hay un deudor que quiere pagar y tiene la plata, acreedores que están dispuestos a cobrar como el deudor indica y un magistrado que lo impide. Argentina quiere pagar a sus acreedores en forma justa y sustentable. Sustentable quiere decir que se pueda cumplir.
Aceptar las condiciones del juez Griesa implica volver a endeudarse y atravesar la situación que vivimos en la década del '90. Tampoco sorprende que los referentes globales de Macri y el PRO sean los republicanos de Estados Unidos, quienes están asociados con los fondos buitre. De hecho, es público que Paul Singer es el mayor aportante a la campaña republicana.
Gabriela Michetti reconoce que el fallo judicial es arbitrario, pero aún así cree que hay que pagarlo. La posición de Michetti es coherente con la ideología que sustenta el espectro político del PRO. Todos creemos que hay que cumplir las leyes, pero las leyes tienen que ser justas.
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