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A la cama con Hollande Por Roberto Montoya. Desde Madrid mundo@miradasalsur.com

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Tras conocerse el romance del presidente francés con una joven actriz, la prensa parisina modificó su manual de estilo, siempre pudorosa en cuanto a la vida privada de los gobernantes, y convirtió al caso en un culebrón informativo que, incluso, eclipsó los grandes temas de la trama política nacional.

François Hollande no se escondió ni se fue por las ramas cuando en una multitudinaria rueda de prensa días atrás un conocido periodista del diario conservador Le Figaro, Alain Barluet, presidente de la Asociación de la Prensa Presidencial, le preguntó: “¿Sigue siendo Valérie Trierweiler la primera dama de Francia?”. Para ese entonces, la revista del corazón Closer había publicado ya un reportaje de siete páginas, llenas de fotos sobre el nido de amor de Hollande y la actriz Julie Gayet, 18 años más joven que él, bajo el título “El amor secreto del presidente”. El presidente francés ni se inmutó ante la directísima pregunta. “No es el sitio ni el momento”, contestó. Aunque aclaró que próximamente hablaría sobre el tema, ya adelantó su posición: “En Francia tenemos principios firmes sobre el respeto a la vida privada y sobre la libertad de prensa. Son nuestros valores”.

A pesar de que en esa misma rueda de prensa Hollande anunció numerosas nuevas medidas económicas y sociales que confirman cómo abraza cada vez con más fuerza las recetas ultraliberales hegemónicas en la Unión Europea y que afectarán a millones de personas, la mayoría de los cerca de 500 periodistas presentes enfocó luego sus artículos por el affaire del presidente. Y es que los franceses no están acostumbrados a que los temas de alcoba de sus mandatarios se ventilen alegremente en la prensa ni tienen las mismas implicaciones políticas que en el mundo sajón. Hay una larga tradición de respeto de la intimidad del primer mandatario.

En fecha tan lejana como el 16 de febrero de 1899, el entonces presidente Félix Faure murió en pleno acto amatorio cuando se encontraba en el cuartito azul del Elíseo con su habitual amante, Marguerite Steinheil, al cual ella era conducida por colaboradores del presidente por una puerta trasera del palacio presidencial. Era un secreto a voces, pero ni una palabra se escribió en la prensa de la época sobre el tema. Era parte de la intimidad del presidente y punto.

Así se aceptó sin más también que el presidente socialista François Mitterrand mantuviera con cargo al erario público los gastos de su amante y su hija durante veinte años, o se ocultó que el día que el también presidente Valery Giscard d’Estaing se chocó de madrugada contra un lechero a su vuelta al palacio presidencial del Elíseo, conduciendo un coche no oficial, volvía de visitar a su amante.

Pero, las cosas parecen estar cambiando en Francia. El predecesor del socialista Hollande, el conservador Sarkozy, ya dio mucho que hablar cuando se separó de su esposa y comenzó a vivir con la cantante Carla Bruni.

El rumor sobre la relación de Hollande con la actriz Julie Gayet se inició hace más de un año y en marzo de 2013 el abogado de ella presentó una denuncia ante la Fiscalía de París para identificar a los autores del mismo, pero no saltó a las primeras páginas hasta que Closer difundió la noticia, ilustrada con numerosas fotografías, bajo un escandaloso título: “El amor secreto del presidente”. Tiró 600.000 ejemplares, nada menos.

La bella Julie, de 41 años, separada, madre de dos hijos, ya ha anunciado que denunciará a la revista. El presidente, que estuvo casado tres décadas con la también política socialista Ségolene Royal –candidata a las presidenciales en 2007– mantiene oficialmente una relación sentimental con la periodista Valérie Trierwiler, de 48 años. Esta tuvo que ser internada días atrás ante la conmoción provocada por la difusión pública de la vida amatoria paralela de su pareja oficial y él tardó varios días en ir a visitarla al hospital.

Fue Ségolane Royal, ex esposa y madre de los cuatro hijos del presidente, quien le presentó a Julie Gayet en 2011. Julie pertenece a una familia acomodada, su abuelo fue miembro de la Resistencia y a ella se la considera situada políticamente más a la izquierda que él. Estuvo casada con el escritor y cineasta argentino Santiago Amigorena, de quien se separó en 2006. En 2012 la actriz recibía al parecer al presidente en su enorme piso-oficina en el distinguido Faubourg Saint-Honoré, pero, tras descubrir que el portero los fotografiaba, asombrado de ver al presidente en el inmueble, comenzaron a citarse en el loft de ella en una de las zonas más bohemias de París.

Pero, ahí había demasiado movimiento de gente y los crecientes rumores sobre la relación de la actriz con el presidente les habría llevado a aceptar la invitación de una amiga de ella, la actriz Emmanuekke Hauck, para utilizar su departamento en el número 20 de la Rue du Cirque.

¡Mala elección! El piso estaba relacionado con la mafia corsa y con un ajuste de cuentas que terminó en asesinato. La amiga de Julie Gayet que le prestó el departamento, estuvo casada con el actor corso Michel Ferracci, protagonista principal de una serie de televisión, Mafiosa, y él mismo fue condenado hace poco a 18 meses de cárcel por estar detrás de una ruleta clandestina.

Al revelarse esos datos el escándalo de alcoba cambió de tono, la polémica en Francia ya no se circunscribió sólo a la fidelidad o infidelidad del presidente hacia su pareja oficial, sino a un tema de seguridad. ¿Cómo la seguridad del presidente no conocía las características del departamento donde tenía sus encuentros amatorios el presidente? ¿Cómo no detectó la seguridad del presidente francés que estaba siendo espiado y grabado desde un departamento cercano por un grupo de periodistas de Closer?

El affaire del presidente ha cambiado a partir de la revelación de esos datos en un tema de más envergadura y las especulaciones se dispararon. ¿Las revelaciones son fruto realmente de una investigación periodística o hay alguien interesado políticamente en este escándalo?

Algunos medios han empezado a sospechar de Manuel Valls, el ministro del Interior, muy amigo de la pareja oficial de Hollande, quien le podría haber hecho ese favor para que ella se vengara de su pareja. Pero otros medios, como Le Monde, apuntan más alto, y señalan a una jugada política de más vuelo tras la cual podría estar el mismísimo ex presidente Nicolas Sarkozy. En ese sentido, el prestigioso periódico francés habla ya de “la acción de las redes subterráneas” de Sarkozy.

19/01/14 Miradas al Sur

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