El Indio es un estilo propio, más allá de los rastros genéticos del rey Patricio que se le busquen en todo lo que diga o haga; más allá incluso de la reunión de músicos invitados a componer el tema que cierra el listado, La pajarita pechiblanca: Walter Sidotti, Sergio Dawi y Semilla Bucciarelli. http://ab72.http.cdn.softlayer.net/80AB72/www.diarionorte.com/content/photos/generated/4/74934_n.jpg Por Pablo Russo Para los ricoteros que no quedamos aprisionados en la nostalgia irremediable de aquello que no volverá a ser jamás, un nuevo disco del Indio Solari y los fundamentalistas del aire acondicionado es, sin dudas, una muy buena noticia. Con el extravagante (cuando no) nombre de Pajaritos, bravos muchachitos, Carlos Solari nos ofrece un puñado de (doce) canciones nuevas para este fin de año. Algunos dirán, probablemente, que se trata de un sonido reiterado o de una fórmula repetida. En el supuesto caso de que tengan razón, esto no representa necesariamente una diatriba al cuarto trabajo “solista” de este tremendo músico y poeta del rock local. Si este nuevo paso imita en algo a aquel trabajo de 2004, El tesoro de los inocentes, o al de 2010, El perfume de la tempestad, bienvenido sea. El Indio es un estilo propio, más allá de los rastros genéticos del rey Patricio que se le busquen en todo lo que diga o haga; más allá incluso de la reunión de músicos invitados a componer el tema que cierra el listado, La pajarita pechiblanca: Walter Sidotti, Sergio Dawi y Semilla Bucciarelli. A pesar de ser tal vez el más alegre y fiestero, hasta con acordeón incluido, no hace falta indagar en la curvatura del círculo para darse cuenta que no es del todo redonda: faltan (y faltarán) los riff fundamentales de aquel sonido inconfundible que aportaba Skay Beilinson. De todas maneras, tanta referencia twittera (el primer corte del disco se llama A los pájaros que cantan en la selva de internet) no es más que un F5 de aquellas introducciones al oficialmente inédito Cuá cuá amén de los años ochenta, en el que el Indio entonaba "Soldaditos, bravos muchachitos". La frase del título aparece cantada promediando el disco en Chau mohicano, probablemente uno de los mejores temas de esta nueva camada, junto a Babas del diablo y las canciones de amor A la luz de la luna (“no hay manera de que pueda quedarse en mis brazos esta noche”) y Había una vez (“Con los puños en altos, deseando al final hacer la revolución con una canción de amor”). Sin tanto lunfardo cerrado pero siempre metafórico y polisémico, el Indio está de vuelta en su packaging alargado y auto-ilustrado, que no es necesario conocer materialmente ya que desde antes incluso a que las disquerías abrieran sus negocios el día de lanzamiento, todo esto estaba disponible en varias nubes virtuales. Los ricoteros tenemos una docena de canciones nuevas para este fin de año, y eso es una muy buena noticia para deleitar nuestros corazones. Patricio Rey y sus redonditos de ricota en Cemento, mayo de 1987, el Indio introducía a Cuá cuá amén cantando “Soldaditos, bravos muchachitos”:
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