Jorge Federico Dickson, prominente comerciante ingles, conocedor de la inteligencia del Libertador, le dirige una carta requiriendo su opinión sobre la intervención. San martín, sin pérdida de tiempo le responde el 28 de diciembre de 1845 con un brillante análisis:
“Señor de todo mi aprecio: se me ha hecho saber los deseos de Ud. relativos a conocer mi opinión sobre la actual intervención de Inglaterra y Francia en la República Argentina; no solo me presto gustoso a satisfacerlo sino o lo haré con la franqueza de mi carácter y la más absoluta imparcialidad.
No creo oportuno entrar a investigar la justicia o la injusticia de la citada intervención, como los perjuicios que de ello resultarán a los súbditos de ambas naciones con la paralización de las relaciones comerciales, igualmente de la alarma y desconfianza que habrá producido en los Estados Sudamericanos (obsérvese la sagacidad de San Martín al decir que no se pone a investigar pero ya está adelantando algunos resultados que acarreará la intervención europea)..., solo me ceñiré a demostrar si las dos naciones interventoras conseguirán por lo medios coercitivos que han empleado el objeto que se han propuesto, es decir , la pacificación de las riberas del Plata; según mi íntima convicción, desde ahora diré a Ud. no lo conseguirán; por el contrario, la marcha seguida...no hará otra cosa que prolongar por un tiempo indefinido, males que tratan de evitar...Me explicaré ... bien es sabida la firmeza del carácter del Jefe que preside la República Argentina; nadie ignora el ascendiente que posee en la basta campaña y resto de las demás compañas de las provincias interiores y, aunque no dudo que en la capital tenga un gran número de enemigos personales, estoy convencido que, bien sea por orgullo nacional, o bien por la prevención de los españoles contra el extranjero...la totalidad se le unirá y tomarán parte activa en la contienda...Si las dos potencias en cuestión quieren llevar más adelante sus hostilidades, es decir declarar la guerra, yo no dudo que ...se apoderen de Buenos Aires (sin embargo la toma de una ciudad de una ciudad decidida a defenderse, es una de las operaciones más difíciles de la guerra) pero aún en este caso estoy convencido que no podrán sostenerse por mucho tiempo en la capital...El primer alimento, o por mejor decir el único, es la carne, y es sabido con que facilidad pueden retirarse todos los ganados en pocos días a muchas leguas de distancia, igualmente que todas las caballadas y todo medio de transporte, en una palabra, formar un desierto dilatado imposible de ser atravesado por una fuerza europea, la que correría tanto más peligro cuanto mayor sea su número...En conclusión, con siete u ocho mil hombres de caballería...fuerza que con gran facilidad puede sostener el general Rosas, son suficientes para tener en un cerrado bloqueo terrestre a Buenos Aires, sino también impedir que un ejercito europeo de veinte mil hombres saga a más de treita leguas de la capital sin exponerse a una ruina competa pro al falta de recursos, tal es mi opinión y la experiencia lo demostrará a menos (como es de esperar) que el nuevo ministro ingles no cambie la política seguida por el precedente.” (Otero Pcífico, cit.por Jorge Sulé en “La coherencia política de San Martin.p.61)
Prof GB
“Señor de todo mi aprecio: se me ha hecho saber los deseos de Ud. relativos a conocer mi opinión sobre la actual intervención de Inglaterra y Francia en la República Argentina; no solo me presto gustoso a satisfacerlo sino o lo haré con la franqueza de mi carácter y la más absoluta imparcialidad.
No creo oportuno entrar a investigar la justicia o la injusticia de la citada intervención, como los perjuicios que de ello resultarán a los súbditos de ambas naciones con la paralización de las relaciones comerciales, igualmente de la alarma y desconfianza que habrá producido en los Estados Sudamericanos (obsérvese la sagacidad de San Martín al decir que no se pone a investigar pero ya está adelantando algunos resultados que acarreará la intervención europea)..., solo me ceñiré a demostrar si las dos naciones interventoras conseguirán por lo medios coercitivos que han empleado el objeto que se han propuesto, es decir , la pacificación de las riberas del Plata; según mi íntima convicción, desde ahora diré a Ud. no lo conseguirán; por el contrario, la marcha seguida...no hará otra cosa que prolongar por un tiempo indefinido, males que tratan de evitar...Me explicaré ... bien es sabida la firmeza del carácter del Jefe que preside la República Argentina; nadie ignora el ascendiente que posee en la basta campaña y resto de las demás compañas de las provincias interiores y, aunque no dudo que en la capital tenga un gran número de enemigos personales, estoy convencido que, bien sea por orgullo nacional, o bien por la prevención de los españoles contra el extranjero...la totalidad se le unirá y tomarán parte activa en la contienda...Si las dos potencias en cuestión quieren llevar más adelante sus hostilidades, es decir declarar la guerra, yo no dudo que ...se apoderen de Buenos Aires (sin embargo la toma de una ciudad de una ciudad decidida a defenderse, es una de las operaciones más difíciles de la guerra) pero aún en este caso estoy convencido que no podrán sostenerse por mucho tiempo en la capital...El primer alimento, o por mejor decir el único, es la carne, y es sabido con que facilidad pueden retirarse todos los ganados en pocos días a muchas leguas de distancia, igualmente que todas las caballadas y todo medio de transporte, en una palabra, formar un desierto dilatado imposible de ser atravesado por una fuerza europea, la que correría tanto más peligro cuanto mayor sea su número...En conclusión, con siete u ocho mil hombres de caballería...fuerza que con gran facilidad puede sostener el general Rosas, son suficientes para tener en un cerrado bloqueo terrestre a Buenos Aires, sino también impedir que un ejercito europeo de veinte mil hombres saga a más de treita leguas de la capital sin exponerse a una ruina competa pro al falta de recursos, tal es mi opinión y la experiencia lo demostrará a menos (como es de esperar) que el nuevo ministro ingles no cambie la política seguida por el precedente.” (Otero Pcífico, cit.por Jorge Sulé en “La coherencia política de San Martin.p.61)
Prof GB