Durante el transcurso del pasado domingo, se desarrolló el balotaje presidencial en El Salvador, dirimiéndose así la continuidad de la izquierda o el retorno de la derecha.
Tanto el candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Salvador Sánchez Cerén, el favorito de las encuestas, instó a su oponente Norman Quijano, de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), a aceptar los resultados finales del proceso electoral.
Fueron unos 4,9 millones de ciudadanos habilitados a elegir al sustituto del presidente Mauricio Funes, quien bajo la bandera del FMLN se convirtió en el primer presidente de izquierda del país.
Sánchez Cerén es un maestro y excomandante guerrillero de 69 años, que le ganó a Quijano, un odontólogo de 67 años, la primera vuelta del 2 de febrero pasado por 10 puntos, pero sin llegar al 50% más uno necesario para obtener la victoria definitiva.
Al momento fueron escrutados un total de 99,90 % del total del padrón votante, del cual el candidato oficialista y actual vicepresidente Salvador Sánchez Cerén, obtenía el 50,11% de los votos, mientras el actual alcalde de San Salvador, Norman Quijano, del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) obtenía el 49,89%.
Ante la inminente y escasa diferencia entre ambas formulas presidenciales, sobre últimas horas de la noche del día domingo, el presidente del Tribunal Supremo Electoral, Eugenio Chicas, pidió en cadena nacional de radio y televisión para calma a la población y esperar el recuento final programado, aunque afirmó que el ente que preside determinó una diferencia de 6.357 votos a favor del candidato del FMLN.
Las cifras finales hasta el momento no dejan de sorprender, ya que en las últimas mediciones, Sánchez Cerén era el favorito y se imponía con una diferencia de más de 10 puntos, las cuales distan bastante del margen actual es sólo de 0,22 por ciento.
El candidato que resulte electo tomará posesión el 1 de junio y gobernará durante cinco años. Mientras se esperan los resultados definitivos, ambos candidatos se autoproclamaron ganadores. Quijano, quien cambió radicalmente el discurso de "mano dura" contra la delincuencia que mantuvo en la primera ronda, y coincidió con su adversario en ofrecer programas de prevención y reinserción social y aseguró que defendería su triunfo con la vida, mientras que Sánchez Cerén dijo en un acto que respetará las orientaciones del TSE acerca de la realización del escrutinio final.
APU