EFEMÉRIDES POPULARES. EL16 DE ENERO DE 1959 SE INICIA LA OCUPACIÓN DEL FRIGORÍFICO “LISANDRO DE LA TORRE” POR SUS TRABAJADORES
La Legendaria Toma del Frigorífico Lisandro De La Torre
Se inicia la toma del Frigorífico Nacional Lisandro De La Torre.
El 16 de Enero de 1959 se inicia la legendaria Toma del Frigorífico Nacional Lisandro De La Torre, que fue uno de los más importantes movimientos de oposición gremial a los intentos del desarrollismo de someter al movimiento obrero y un momento culminante de la lucha de la Resistencia Peronista contra el neoliberalismo.
La ocupación del frigorífico y su posterior desalojo por fuerzas militares y policiales desencadenaron el estallido insurreccional del barrio de Mataderos y el principio de una huelga general nacional que puso en jaque la fragilidad institucional del gobierno de Arturo Frondizi.
La huelga del Frigorífico y la posterior huelga general y movilización contra su privatización, colaboró para que las luchas sindicales trascendieran el plano meramente reivindicativo y adoptaron un claro objetivo político antiimperialista.
Por Carlos Morales
La ocupación del frigorífico y su posterior desalojo por fuerzas militares y policiales desencadenaron el estallido insurreccional del barrio de Mataderos y el principio de una huelga general nacional que puso en jaque la fragilidad institucional del gobierno de Arturo Frondizi.
La huelga del Frigorífico y la posterior huelga general y movilización contra su privatización, colaboró para que las luchas sindicales trascendieran el plano meramente reivindicativo y adoptaron un claro objetivo político antiimperialista.
Por Carlos Morales
La huelga del Frigorífico Nacional Lisandro de la Torre
La huelga, inédita por sus características, sacudió a Buenos Aires y la desataron los obreros del frigorífico que tomaron la planta para evitar su venta a la entonces poderosa Corporación Argentina de Productores de Carne (CAP) un ente controlado por los ganaderos, que querían el frigorífico para poder monopolizar el mercado interno.
La ocupación del frigorífico Lisandro de la Torre y su posterior desalojo por fuerzas militares y policiales desencadenaron el estallido insurreccional del barrio de Mataderos y el principio de una huelga general nacional que puso en jaque la fragilidad institucional del gobierno de Arturo Frondizi.
La política de Frondizi había dado muestras sobradas de alineamiento con los EEUU: los contratos petroleros, la Ley de Radicación de Capitales y, a fines de diciembre de 1958, el anuncio al país de la aplicación del primer Plan de Estabilización elaborado a partir de las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional.
Los trabajadores del Lisandro de la Torre habían elegido una nueva comisión directiva sindical, mayoritariamente peronista, encabezada por Sebastián Borro, un joven dirigente forjado en los duros albores de la resistencia.
Los obreros se entrevistaron con legisladores nacionales, quienes se comprometieron a darles una respuesta y les informaron que al otro día serían recibidos por Frondizi. Mientras esperaban la reunión, la ley fue sancionada.
Luego de conocer la decisión de Frondizi lanzaron el paro y ocuparon el frigorífico, como fondo se escuchaban los bombos y, por primera vez, el grito de ¡Patria sí, colonia no!
Frondizi recibió finalmente a la comisión y a representantes de las 62 Organizaciones, que le pidieron que vetara la ley, pero el presidente se negó.
Una poderosa fuerza represiva desalojó el establecimiento: 22 ómnibus cargados con agentes, carros de asalto de la Guardia de Infantería, camiones de bomberos, patrulleros, cuatro tanques Sherman del Regimiento de Granaderos a Caballo y varios jeeps con soldados provistos de ametralladoras, estos últimos al mando del teniente coronel Alejandro Cáceres Monié. La fuerza así reunida era de unos dos mil hombres.
El plenario de las 62 Organizaciones, reunido esa noche, declaró un paro por tiempo indeterminado, que apoyaron las otras dos agrupaciones sindicales.
La toma del barrio de Mataderos
La indignación por lo ocurrido recorrió el barrio. Durante varios días obreros y vecinos libraron duras batallas contra las fuerzas de seguridad. Mataderos se convirtió en el barrio de las barricadas, se hacían con adoquines sacados de las calles, vías del tranvía, cubiertas de ómnibus de línea incendiadas y clavos miguelito aportados por la Juventud Peronista.
Por la noche los activistas cortaron el alumbrado y la Policía fue recibida a pedradas desde las azoteas. En tanto, el gobierno allanó varios sindicatos y detuvo a varios dirigentes peronistas, entre ellos a John William Cooke, Susana Valle y Felipe Vallese.
Además se declaró zona militar a las ciudades de La Plata, Berisso y Ensenada y ordenó su custodia con tropas militares. Entre tanto, Sebastián Borro y otros dirigentes de gremios chicos, como Jorge Di Pasquale, organizaban la huelga.
El sindicato del Lisandro de la Torre nunca levantó la huelga; luego de varios meses y con Borro capturado, fueron cesanteados cinco mil obreros. El frigorífico fue vendido a la CAP.
Una investigación realizada en 1974 por una comisión de la Cámara de Diputados descubrió que la CAP, conducida por ganaderos, había pagado sobreprecios a sus asociados ganaderos durante años y que los quebrantos, que eran pagados con fondos públicos, habían constituido una virtual estafa
La huelga, inédita por sus características, sacudió a Buenos Aires y la desataron los obreros del frigorífico que tomaron la planta para evitar su venta a la entonces poderosa Corporación Argentina de Productores de Carne (CAP) un ente controlado por los ganaderos, que querían el frigorífico para poder monopolizar el mercado interno.
La ocupación del frigorífico Lisandro de la Torre y su posterior desalojo por fuerzas militares y policiales desencadenaron el estallido insurreccional del barrio de Mataderos y el principio de una huelga general nacional que puso en jaque la fragilidad institucional del gobierno de Arturo Frondizi.
La política de Frondizi había dado muestras sobradas de alineamiento con los EEUU: los contratos petroleros, la Ley de Radicación de Capitales y, a fines de diciembre de 1958, el anuncio al país de la aplicación del primer Plan de Estabilización elaborado a partir de las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional.
Los trabajadores del Lisandro de la Torre habían elegido una nueva comisión directiva sindical, mayoritariamente peronista, encabezada por Sebastián Borro, un joven dirigente forjado en los duros albores de la resistencia.
Los obreros se entrevistaron con legisladores nacionales, quienes se comprometieron a darles una respuesta y les informaron que al otro día serían recibidos por Frondizi. Mientras esperaban la reunión, la ley fue sancionada.
Luego de conocer la decisión de Frondizi lanzaron el paro y ocuparon el frigorífico, como fondo se escuchaban los bombos y, por primera vez, el grito de ¡Patria sí, colonia no!
Frondizi recibió finalmente a la comisión y a representantes de las 62 Organizaciones, que le pidieron que vetara la ley, pero el presidente se negó.
Una poderosa fuerza represiva desalojó el establecimiento: 22 ómnibus cargados con agentes, carros de asalto de la Guardia de Infantería, camiones de bomberos, patrulleros, cuatro tanques Sherman del Regimiento de Granaderos a Caballo y varios jeeps con soldados provistos de ametralladoras, estos últimos al mando del teniente coronel Alejandro Cáceres Monié. La fuerza así reunida era de unos dos mil hombres.
El plenario de las 62 Organizaciones, reunido esa noche, declaró un paro por tiempo indeterminado, que apoyaron las otras dos agrupaciones sindicales.
La toma del barrio de Mataderos
La indignación por lo ocurrido recorrió el barrio. Durante varios días obreros y vecinos libraron duras batallas contra las fuerzas de seguridad. Mataderos se convirtió en el barrio de las barricadas, se hacían con adoquines sacados de las calles, vías del tranvía, cubiertas de ómnibus de línea incendiadas y clavos miguelito aportados por la Juventud Peronista.
Por la noche los activistas cortaron el alumbrado y la Policía fue recibida a pedradas desde las azoteas. En tanto, el gobierno allanó varios sindicatos y detuvo a varios dirigentes peronistas, entre ellos a John William Cooke, Susana Valle y Felipe Vallese.
Además se declaró zona militar a las ciudades de La Plata, Berisso y Ensenada y ordenó su custodia con tropas militares. Entre tanto, Sebastián Borro y otros dirigentes de gremios chicos, como Jorge Di Pasquale, organizaban la huelga.
El sindicato del Lisandro de la Torre nunca levantó la huelga; luego de varios meses y con Borro capturado, fueron cesanteados cinco mil obreros. El frigorífico fue vendido a la CAP.
Una investigación realizada en 1974 por una comisión de la Cámara de Diputados descubrió que la CAP, conducida por ganaderos, había pagado sobreprecios a sus asociados ganaderos durante años y que los quebrantos, que eran pagados con fondos públicos, habían constituido una virtual estafa