PARTIDO PERONISTA FEMENINO. La organización total (1945-1955). PARTIDO PERONISTA FEMENINO. La organización total (1945-1955). Carolina Barry Presidencia de la Nación. Secretaría de Cultura y Comunicación. Instituo Nacional de Investigaciones Históricas EVA PERÓN. 40 páginas. 10 fotografías del Archivo General de la Nación. Buenos Aires, Argentina, abril de 2001. Hemos escogido este capítulo del libro de la Lic. Carolina Barry, pues se muestra en él con claridad la importancia del papel femenino dentro del Movimiento Peronista, así como el espíritu que se pedía a las mujeres que iban a trabajar con Eva Perón, un espíritu de gran esfuerzo, de dedicación total a la tarea encomendada, algo que es difícil de conseguir pero que Eva Perón obtuvo de miles de mujeres de la Argentina. Capítulo V a) Las delegadas censistas En la última reunión de la Asamblea Nacional del Movimiento Peronista Femenino, se acordó otorgar atribuciones a Eva Perón para que encauzara la organización definitiva del partido. La primera tarea a realizar fue saber cuántas mujeres peronistas existían en el país. Es decir “cuántas somos y dónde estamos”. Eva se abocó a realizar un censo nacional de mujeres peronistas. Para ello escogió personalmente a 23 responsables de la organización y puesta en marcha del partido. Las buscó jóvenes, sin experiencia política anterior, sumamente activas y de reconocida afinidad con el peronismo. Estas delegadas tuvieron la función específica de levantar el censo de las mujeres peronistas en todas las provincias y territorios nacionales. Como su tarea era primeramente censar, se las llama censistas. Recorrieron el país entero censando y abriendo unidades básicas exclusivas para las mujeres. Las primeras 23 delegadas censistas nombradas personalmente por Eva Perón fueron las siguientes: 1. Capital Federal: Teresa Adelina Fiora 2. Chaco: María de Solveira Casares 3. Neuquén: Clementina Amanda Palumbo 4. Buenos Aires: Catalina Allen 5. Catamarca: Delfina C. De Molina 6. Córdoba: Elsa Irma Chamorro Alamán 7. Corrientes: Celfa Argumedo de Andre 8. Entre Ríos: Juana Larrauri de Abrami 9. Jujuy: María Isabel C. De Parravicini 10. La Rioja: Juana María Arcondo Beraza 11. Mendoza: Teresa Guillermina Gibelli 12. Salta: Hilda Nélida Castañeira 13. San Juan: Trinidad Coronel 14. San Luis: Blanca Elena E. De Rodríguez 15. Santa Fe: Luisa Komel 16. Santiago del Estero: María Evangelina Renard 17. Tucumán: Ana Carmen Macri 18. Chubut: Susana Miguez 19. Formosa: Sara Rodríguez Alderete 20. La Pampa: Matilde Dora Gaeta Iturbe 21. Misiones: Elena Alda Fernícola 22. Río Negro: María Rosaura Isla 23. Santa Cruz: Ana María García Ronzio Por diferentes motivos algunas debieron dejar la misión. Tal es el caso de la delegada de Santiago del Estero María Evangelina Renard, quien por cuestiones de salud debió ser reemplazada por Ester Nieves; Delia Parodi ocupó el lugar de Blanca Rodríguez en San Luis; Ana Macri cambia de provincia dejando Tucumán para dirigirse a Santa Fe. Juana Larrauri es la que más tiempo permaneció en un distrito, ya que trabajó en Entre Ríos durante 4 años. “Las delegadas son verdaderas misioneras de la doctrina peronista en la acción y en la prédica, y las mujeres que colaboren con ellas con desinterés, perseverancia y lealtad serán las futuras dirigentes del movimiento en cada distrito.”(15) El grupo de delegadas y subdelegadas estaba compuesto en general por maestras, amas de casa, enfermeras y también por una abogada, Elsa Chamorro Alamán y una cantante de tangos, Juanita Larrauri. Algunas eran casadas y otras solteras. ”Todas muy jóvenes. Yo las había conocido como colaboradoras mías infatigables en la ayuda social, como fervientes peronistas de todas las horas, como fanáticas de la causa de Perón. Tenía que exigirles grandes sacrificios: abandonar el hogar, el trabajo, dejar prácticamente una vida para empezar otra distinta, intensa y dura. Para eso necesitaba mujeres así, injatigables, fervientes, fanáticas... esa empresa requería mujeres intrépidas dispuestas a trabajar día y noche.”(16) Estas mujeres, que formaban parte de la dirigencia intermedia, estaban entregadas a una disponibilidad absoluta, ya sean solteras o casadas, cuyos maridos estuvieran dispuestos a apoyar su actividad y en general sin hijos. La tarea encomendada requería sacrificios: una férrea disciplina y una dedicación y renunciamiento personal muy importantes. Eva manifiesta en una serie de discursos que las dirigentes saldrán de la masa; serán las más laboriosas y abnegadas y las más disciplinadas las que surgirán; pero en un primer momento la única misión era censar. Las censistas iban casa por casa con una carpeta llena de papeles con las indicaciones dc lo que debían hacer: afiliar o buscar a las peronistas y ver cuales eran las necesidades de los vecinos del barrio que pudieran ser cubiertas por la Fundación. El contacto casa por casa funcionaba como una invitación a las vecinas a afiliarse al partido y a convocarlas a la unidad básica previamente instalada en el barrio. Esta tarea de recorrer las calles, dialogar con personas desconocidas, amén de encontrarse en ciudades o pueblos que no eran los propios, y que en alguna circunstancia podían mostrarse hostiles, constituye una actividad novedosa que obviamente significó trascender el ámbito hogareño para volcarse al público. Las censistas se encontraron con dos dificultades casi constantes en las mujeres rehacias a participar: el miedo de muchas a lo desconocido y la oposición de los maridos a que sus mujeres actuaran en política. El ingreso a los cargos jerárquicos del partido se da con mujeres que provenían de una actividad laboral desarrollada en otras áreas del peronismo, especial y privilegiadamente aquellas que estaban trabajando en la Fundación y que tenían una relación cercana con Eva Perón, las que pasaban a ocupar distintos niveles de responsabilidad. Ana Carmen Macri, (17) por ejemplo, quien había sido secretaria de radiología del hospital Rivadavia y visitadora médica, se hace cargo del Hogar de Tránsito nº2 (dependiente de la Fundación) para ser nombrada luego por Evita como delegada censista, primero en Tucumán (donde logra 5000 afiliaciones de octubre a diciembre del año 1949) y más tarde en Santa Fé. También tenemos el caso de Hilda Castañeira de Baccaro (18) que siendo maestra de la escuela 526 de Saladillo (Santa Fe), conoce a Eva a partir de una serie de pedidos que realiza para sus alumnos, y Eva la envía a Salta como delegada censista. Carmen Delia Maldonado primero integraba la escuela de enfermeras de la Fundación para más tarde ser nombrada subdelegada censista de la Capital Federal. Otro caso es el de Nila Lloyd, quien era egresada de la escuela de enfermeras y trabajaba como visitadora de higiene y seguridad social. Es nombrada por Eva para ocupar el cargo de subdelegada censista de la Capital Federal en la unidad básica de la calle Chenaur 1940. Por otra parte había, mujeres que, trabajando en diferentes reparticiones estatales, comienzan a hacerlo dentro del partido, pero continúan percibiendo sus haberes en el mismo lugar de trabajo de donde provenían (19). Se da así una rotación laboral no claramente diferenciada por sus protagonistas entre reparticiones estatales, la fundación y el partido. Los cargos que implican mayor responsabilidad en cuanto a la cobertura geográfica son ocupados por mujeres que tenían un contacto personal con Eva, a la que se les brinda una formación personal integrándolas al plantel de alumnos de la Escuela Superior Peronista (20). Estas transmitían su formación a mujeres con niveles menores de compromiso. b) La tarea de las censistas. La relación con Eva Perón. FUENTE: http://humano.ya.com/flasheva/ppfemen2.htm Publicado por ECOSALTA en 9:41 Enlace: http://ecosaltahistoria.blogspot.com/2009/06/delegadas-censistas.html
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