El líder del impresentable Ejército Sirio Libre, general Salim Idriss, huyó de Siria después de que combatientes del "Frente Islámico", compuesto por grupos wahabíes apoyados por Arabia Saudita, tomaran las principales bases y depósitos del ESL en el norte de Siria. En un nada heroico gesto, más digno de La Armada Brancaleone que de una fuerza que pretende derrocar a un gobierno como el de Bachar al Assad, Idriss puso pies en polvorosa y al grito de "soldado que huye sirve para otra guerra", se refugió en Doha, la capital del emirato de Qatar, después de haber cruzado la frontera de Turquía, señaló el Wall Street Journal, que citó a responsables estadounidenses que ofician de voceros de los insurgentes. "Idriss huyó como resultado de la toma de su cuartel general y almacenes por el Frente Islámico", dijo un responsable estadounidense. Como parte de esta comedia de enredos, el New York Times afirma que Idriss ha huido a Qatar de forma temporal, pero volverá a Turquía, donde tiene una casa. La Administración Obama ha pedido a Idriss que vuelva a Siria, dijeron responsables estadounidenses al WSJ. El ESL estuvo perdiendo terreno en el norte de Siria a manos de Al Qaeda y otros grupos salafistas, como el Frente Islámico, pero la huida del general Idriss sugiere que su influencia, ya en declive en los pasados meses, se ha evaporado. Si esto es así, ello supondría también un duro golpe para la Coalición Nacional Siria, ya que el ESL era la única fuerza armada aliada con ella. Este fracaso de sus protegidos llevó a EE UU y el Reino Unido a suspender su ayuda militar, porque la que enviaron acabó en manos distintas a las que ellos pretendían. Al mismo tiempo, Turquía cerró la frontera con Siria. Los reveses del ESL comenzaron a hacerse notorios hace varias semanas, cuando la milicia del así llamado Estado Islámico en Iraq y Siria (EIIS) tomó la ciudad de Azaz, en la frontera con Turquía, expulsando y diezmando a un grupo vinculado al ESL. Desde entonces, la serie de derrotas del grupo fue aumentando. Al mismo tiempo, sus miembros estuvieron emigrando hacia los grupos islamistas, tanto el Frente al Nusra y el EIIS, ambos vinculados a Al Qaeda, como al Frente Islámico. Un reciente reportaje del Daily Telegraph mostraba asimismo al ESL como una organización mafiosa controlada por señores de la guerra que buscan su propio interés. Por otro lado, el pomposamente llamado CSM, formado el pasado año, no controla ni siquiera a los grupos que quedan dentro del ESL. Todo lo anterior llevó a que los únicos que luchan en la actualidad contra el Ejército sirio sean las milicias islamistas, estén o no vinculadas a Al Qaeda. Enfrentado a varias derrotas humillantes y a la pérdida de unos 120 millones de dólares en ayuda estadounidense y británica que le iba a ser entregada próximamente, el ESL recurrió a una mentira ridícula: la de afirmar que los militantes del Frente Islámico habían tomado su cuartel y depósitos a su petición y con el fin de ayudarle a repeler un ataque de los grupos afiliados a Al Qaeda. Esta ficción busca que Washington y Londres reconsideren la suspensión de su ayuda. En realidad, parece que los continuos reveses sufridos por el ESL destruyeron su credibilidad en amplios sectores políticos y de inteligencia de EE UU, que ya no lo consideran un socio confiable. Joshua Landis, un experto sobre Siria que reside en EE UU, considera que los últimos acontecimientos pusieron de manifiesto ante la opinión pública que Idriss y su organización no tienen ningún poder real. "La mayoría de la gente sabía que Idriss no ejercía ningún control, pero esta ficción ha quedado ahora expuesta ante todos", señaló. "Washington puede ir ahora a Ginebra, pero no tiene la opción militar." El 29 de noviembre de 2011 una delegación del Ejército Sirio Libre proclamó su fidelidad al Consejo Nacional Sirio. Teóricamente, la oposición disponía a partir de entonces de una rama militar y de una rama política. "En la vida real, tanto el Ejército Sirio Libre como el Consejo Nacional Sirio son dos ficciones inventadas por la OTAN. Ambas se componen únicamente de mercenarios y en realidad no tienen existencia propia en el terreno", señala el periodista francés Thierry Meyssan, residente en Damásco. Ahora, los organizadores de la conferencia de paz Ginebra 2 están buscando con urgencia un representante para la oposición siria armada. Según los occidentales, el conflicto sirio se desarrolla entre una dictadura abominable y su propio pueblo. Pero los grupos armados que están destruyendo Siria –desde el Frente Islámico, que afirma que sus miembros son principalmente sirios, hasta Al Qaeda– están recurriendo oficialmente al uso de combatientes extranjeros. "Invitarlos a Ginebra 2 -señala Meyssan-, sería por lo tanto reconocer que nunca hubo en Siria una revolución sino que se trató de una agresión externa". Hace varias semanas todavía nos decían que el Ejército Sirio Libre (ESL) disponía de 40.000 hombres. Pero hoy resulta que el ESL ha desaparecido. Su cuartel general histórico fue atacado por otros mercenarios, sus arsenales fueron saqueados y su jefe histórico, el general Selim Idriss, huyó a Turquía para acabar refugiándose en Qatar." Una de las mentiras instaladas en la opinión pública internacional afirmaba que el ESL se componía de soldados que habían desertado del Ejército Árabe Sirio. Y es cierto que hubo deserciones durante el segundo semestre de 2011, pero su número total nunca fue más allá del 4%, cifra que resulta despreciable a escala de todo un país. Lo cierto es que el ELS no tenía ni siquiera un programa político: no lo necesitaba porque era un ejército títere. El Ejército Sirio Libre es en realidad un invento franco-británico, como antes lo fueron en Libia los "revolucionarios de Bengazi", quienes "escogieron" como bandera la del rey Idriss I, colaborador de los ocupantes ingleses. Presentado como el brazo armado de un brumoso Consejo Político en el exilio, el ESL era en realidad el brazo armado de la OTAN, pero nunca reconoció ningún tipo de autoridad a aquel consejo y obedeció únicamente a sus empleadores franco-británicos. El ESL fue en realidad el brazo armado de los servicios secretos de esos empleadores, mientras que la Coalición Nacional Siria les servía de brazo político. En definitiva, fue únicamente con la ayuda directa de la OTAN que el ESL pudo registrar algún que otro éxito, fundamentalmente con el respaldo del ejército de Turquía, que incluso lo albergaba en sus propias bases. "Creado en el marco de una guerra de cuarta generación, el ESL no supo adaptarse a la segunda guerra de Siria –la guerra sucia al estilo de la que Estados Unidos desató en el pasado contra la Revolución sandinista nicaragüense", señala Meyssan. Como dicen las teorías de William Lind y Martin Van Creveld, el ESL era una etiqueta para designar a los diferentes grupúsculos, pero no tenía su propia estructura jerárquica. La actual es una guerra de desgaste cuyo objetivo es desangrar el país hasta que se rinda. Para poder desempeñar su papel, el ESL habría tenido que convertirse en un ejército de verdad, con jerarquía y disciplina interna, cosas que nunca logró concretar. Sintiendo que se aproximaba su final, a raíz del acercamiento entre Turquía e Irán, el ESL había anunciado su posible participación en Ginebra 2, aunque ponía condiciones completamente irreales. Los mercenarios a sueldo de Arabia Saudita se encargaron de poner fin a aquella ficción de la OTAN. Y ahora sale relucir la verdad en todo su esplendor: nunca hubo una rebelión popular en Siria. Infonews
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