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“Es posible que el ´55 no hubiera sido lo que fue si Eva Perón hubiera vivido”

Previous: Juana Azurduy, una mujer que “luchó, lo dio y perdió todo” Sábado 27 de Julio de 2013 23:19 Escritora y abogada salteña, Violeta Herrero propone una nueva mirada sobre la figura de Juana Azurduy de Padilla, en la que reivindica su condición de mujer, madre y esposa, pero también su papel fundamental en las luchas por la independencia latinoamericana. En dos libros y una obra teatral, la autora se sumerge en la vida y obra de Juana Azurduy desde una visión tan femenina como poética, al tiempo que resalta la importancia de su accionar en la búsqueda de una nueva emancipación del continente americano. Por Maricruz Gareca APU: Tu primer libro Una nueva mirada sobre Juana Azurduy de Padilla propone, ya desde su título, una mirada distinta sobre Juana Azurduy ¿En qué consistiría esa nueva mirada, qué aspectos o rasgos de la vida te interesó rescatar o dar a conocer sobre su figura? Violeta Herrero: Ese primer libro sobre Juana es de 1995, cuando yo tenía 36 años. Tuvo un sesgo feminista, al decir de algún entendido, pues me dediqué a tratar de comprender de qué pasta estuvo hecha una persona como ella. Mucho después de publicar esta primera versión y haber dado charlas sobre el tema, descubrí que la había mirado como mujer antes que como heroína, en un contexto androcéntrico donde, sin embargo, luchó, lo dio y lo perdió todo. Con gran sorpresa descubrí también que ella tenía algunos rasgos de personalidad semejantes a los míos y que, al estudiar a doña Juana, yo había terminado por comprender mejor a doña Violeta (risas) Hubo una evolución luego de esto, porque en los siguientes libros que le dediqué, esa originaria mirada personal, casi individual, se fue ampliando hasta lo mundial y sociopolítico que encuentro en su vida y obra. APU: "Juana Azurduy (una revolución inconclusa)" es un unipersonal, un monólogo en el que Juana, ya anciana, da cuenta de su vida desde una visión muy poética. ¿Cómo fue la experiencia y qué desafíos se te presentaron a la hora de escribir este texto? ¿Qué devoluciones tuviste desde el público ya que la obra, por lo que nos contó ayer Marisa Ruiz, tuvo mucho éxito y se presentó incluso en otras provincias del país? Violeta Herrero: Tengo seis versiones diferentes de mi obra de Juana Azurduy publicadas (una de ellas en Jujuy, dos en Sucre y tres en Salta) y, para la época en que nació el unipersonal, cuatro de ellas ya habían visto la luz. En 2008 cursé tres meses la Cátedra Juana Azurduy que desde Presidencia de la Nación se dictó en el país y, para aprobar el curso se nos pidió algún trabajo relativo a las mujeres de nuestra historia. Una compañera, que me escuchó hablar sobre ella en una clase, me pidió que le escribiera un unipersonal sobre Juana, para representarlo en calidad de trabajo final. La verdad es que, multiocupada como soy, un día antes, domingo por la tarde, recordé afligida que lo había prometido a Bebi Aramayo para el día siguiente. Ella quería que durase unos quince minutos y me lancé a escribir en el acto, a mano como es mi preferencia: no pasé más de media hora en su redacción. El día de la representación en el final de clases, me largué a llorar porque no pude creer lo que veía, tan conmovedor y emocionante. En realidad todo el público estaba conmovido, incluida la Sra. Cónsul de Bolivia en Salta, Ingrid Zavala Castro. El director, Mario Cura, a quien conocí en ese momento, me preguntó si podía ampliar el texto a media hora y así lo hice durante el mes siguiente, a las corridas, lamentablemente. A partir de entonces, con dicha dirección y la actuación también maravillosa de Marisa Ruiz, la obra se representó algunas veces en Buenos Aires, en Entre Ríos, cuatro años en Salta y, hace poco, en Neuquén, ya bajo dirección también de Marisa. Te lo hice largo sólo para demostrarte que, cada vez que supuse que había terminado mi ciclo literario Juana Azurduy, de un modo u otro ella volvía –y vuelve- a aparecer. Esta velocidad y casi ´casualidad´ de mis garabatos que luego fueron el unipersonal indican que es algo que me supera, no viene estrictamente de mí y sólo soy y he sido un canal. He visto en algunas oportunidades los maravillosos debates que tras la obra se generan en un montón de aspectos, desde los claramente existenciales hasta los sociales y políticos, tanto entre adultos como entre ¡niños, niñas, adolescentes y jóvenes! Realmente hay otras fuerzas, invisibles las llama Edgar Morin, que se mueven detrás de esto. No te lo digo por falsa modestia: soy la primera sorprendida de cómo se fue desarrollando todo. El saldo más que positivo, haber conocido a las hermosas personas que nombré aquí. APU: Tengo entendido que escribiste un segundo libro - no sé si sigue en prensa o ya fue publicado- que se titula Juana Azurduy de Padilla. Vida y obra. Bicentenario de la Patria y emancipación social. ¿Qué te motivó a escribir este nuevo libro? ¿Sentiste que te habían quedado cosas sin decir o se trata de una nueva mirada/lectura sobre la figura de Juana Azurduy? Violeta Herrero: Después de lo que te conté, entenderás cuando te diga que la proximidad del Bicentenario me despertó el interés de volver a mirar a doña Juana a la luz de estos doscientos años de historia nacional. Dicho libro, que es el sexto a que me referí antes, abordó sin pudor el hecho de que hasta ahora, lo obtenido hace dos centurias sólo fue una primera emancipación, únicamente territorial/política/jurídica. Nos está faltando la segunda emancipación, la económica/social/cultural. Que tiene que ver con gobiernos no corruptos, con empresarios no salvajes en la persecución de su dinero, con la necesidad de incluir a los grupos originarios, a la niñez y la juventud, a los ancianos, a los trabajadores… en fin, a todos en los beneficios de una sociedad justa. Es tan clara esta necesidad de obtener la segunda independencia (del neoliberalismo, del colonialismo, del analfabetismo, del desempleo, de la destrucción ecológica) que el Papa Francisco, en Brasil, ha refrendado su discurso desde que llegó al Papado, acerca de pelear contra la pobreza, contra el desánimo, contra la dominación que los poderosos ejercen sobre la mayoría de la población latinoamericana y la devastan. Esta segunda mirada mía, la evolución que te decía al principio, me hizo analizar el quehacer de Juana y la gente de su tiempo a la luz de todo esto tan importante para la felicidad de los pueblos y que hoy aún nos falta. Por eso, desde mi originaria apercepción femenina y de género sobre Azurduy de Padilla, llegué por fin a encuadrarla en esta mirada sociopolítica muy crítica y muy concreta. Curiosamente, la mirada de Jesús de Nazaret (creo). APU: ¿Crees que hubo una verdadera reivindicación social e histórica de Juana Azurduy en la actualidad, sobre todo si tenemos en cuenta la importancia vital que tuvo en las luchas por la independencia? Violeta Herrero: Se ha empezado a trabajar sobre ello. La Sra. Presidente de nuestro país la nombró Generala Post Mortem en julio de 2009, por decreto 892/09, en el aniversario de su nacimiento (12-07-1780). También existió el proyecto de reemplazar la figura del Gral. Roca en los billetes de $100 con su retrato. Moción que apoyé públicamente, sugiriendo inclusive que, si se concretaba, no lo hicieran con esa imagen tan hombruna y propia de fines del siglo XIX que circulaba por allí, sino con la más bella y femenina de su retrato de la Casa de la Libertad en Sucre. Por último, fue colocada en el billete la figura de Eva Duarte de Perón, pero vale la pena ver que ya su nombre, su historia, su figura paradigmática han comenzado a entrar en el debate y la cultura sociales. De hecho, aunque naciera en Chuquisaca, Alto Perú y el territorio hoy argentino formaban parte del Virreinato del Río de La Plata, de modo que el conocimiento de su historia debe ser integrado al de la República Argentina, tesis que vengo sosteniendo desde la edición de 2007 por lo menos. Todo es paso a paso, sin embargo. Llegará el momento en que esta insigne boliviana, igual que otros tantos hombres y mujeres, salgan por fin del anonimato para ser los más valiosos ejemplos para nosotros, que no de manera casual nacimos en la época en que debemos obtener la segunda emancipación, para tener democracias participativas y justas para cada habitante de esta bendita América.
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Lorenzo Pepe: Me siento agradecido, a lo mejor porque uno ha envejecido abrazado a estas banderas que son novedosas para estos jóvenes, pero que uno las tomó cuando era muy chico. Yo quiero contar una anécdota con respecto a la figura de Eva y también de Perón porque juntos eran indisolubles. A los 19 años yo era congresal del Congreso Ferroviario Ordinario que todos los años se llevaba a cabo. Esa Unión Ferroviaria que fue creada allá por 1922 y que ha sufrido últimamente situaciones que en lo personal me han angustiado y muy mal. Perón y Eva tenían una costumbre de acercarse a las congregaciones, para utilizar un término religioso, a las congregaciones obreras, nunca más lo vi que se repitiera, nunca más. Iban los dos y Eva besaba, es una forma de decir, arrimaba su cara a la francesa sobre la cara de cada uno de los 289 trabajadores ferroviarios que había en ese Congreso. Y Perón no te daba la mano, iba derecho al abrazo. Tanto que cuando lo vi en el exilio, tembloroso, 34 años yo y 70 años él, en Puerta de Hierro en el doloroso exilio de Perón, yo iba con la mano extendida y con la voz arenosa que lo destacaba me dijo: “la mano no, el abrazo Lorenzo”. Toda esta cosa que parece tan banal para los que no nos entienden, para los que nos siguen puteando enfrente, que ya deberían haber recapacitado y haber entendido que este es un Movimiento en serio, que vino para quedarse porque formamos parte de una corriente histórica inamovible, que nació con la República. (Aplausos) Algunos de mis compañeros cuando yo hago la remembranza “dónde hubiéramos estado” para justificar a nuestras propias mujeres en esta pelea en el año ’13 o ’14 del siglo XIX, hubiéramos estado desnudos y a pata en el ejército libertador, en qué otro lugar iba a estar el peronismo. Un poco más cercano hubiéramos estado con Belgrano, primero en la frontera norte y luego con el general gaucho que se bancó seis intentos de toma del Virreinato del Río de la Plata. Un poco más cercano hubiéramos estado con los colorados de Juan Manuel de Rosas, un poco más cercano en la Vuelta de Obligado con Lucio V. Mansilla, el sordo Tormes y Alsogaray el bueno, y más cercano hubiéramos estado con orilleros de Hipólito Yrigoyen y el 17 de Octubre fuimos, el Día del Descamisado, fundacional de un movimiento de masas no conocido en toda América Latina y que tiene plena vigencia hoy. Un compañero de prensa me decía hoy “¿pero no está muy fracturado el peronismo?”, miré, el día que dejemos de estar fracturados, habremos dejado el peronismo. No está mal que discutamos adentro y en buena hora que esto exista, no hay otro sector político que tenga este tipo de práctica. Yo me reía en A dos voces, pero mucho, porque veía un grupo, tres hombres: Terragno, Prat Gay y Solanas, que discutían entre ellos poco más que acaloradamente, pero están juntos en una organización que se llama Unen. Ahora: cómo cuernos van a funcionar en el caso que uno de ellos realmente gane, ¿los otros lo van a seguir? Yo les anticipo que no. ¿Cuál es el riesgo de un movimiento popular como el nuestro con una mujer emblemática, esa mujer que besaba a la francesa, ese Perón que abrazaba, cuál es el riesgo? Que nos equivoquemos de rumbo, y ahora va a haber una prueba en los próximos días, en los próximos meses. Hay mucha gente disconforme por muchas razones, y alguna con razón, pero todo lo que se ha hecho hasta ahora es peronista. A lo mejor no se manifiesta todo lo que nos gustaría a nosotros, por lo menos a mí, un viejo ya, que les garantizo a los jóvenes no es ninguna virtud esa. Lo que sí yo no me voy a oponer a los pibes en la actividad política, nunca porque yo empecé cuando tenía 17 años, y estos tienen un año más, un año menos que yo, tienen 16 y van votar esta vez. Yo tengo una enorme confianza en el futuro de la república, pero aún más tengo confianza en la composición de este masivo componente que es nuestro movimiento en el que la mujer hoy tiene una preponderancia increíble hace apenas unos años atrás. Yo recuerdo, yo llegué en el ´83 al Congreso, y seis o siete mujeres, recuerdo que cuando se abrió el cupo llegó un grupo importante de compañeras, muy importante. Recuerdo una charla con Irma Roy que, yo veía que se juntaban en la Cámara, en el recinto todas las mujeres juntas y los hombres esparcidos en el resto del recinto. Un día –por viejo nada más- me tomé el atrevimiento de decirles “compañeras, ustedes llegaron no para ser un bloque, sino para mezclarse con nosotros”. Y lo entendieron, entonces se distribuyeron y sabe qué consiguieron: que morigeráramos el discurso; que obligan a los hombres a ser más cautos, ser más prudentes. A mí no me gusta hoy el Parlamente descalificador, el Parlamento debe ser un órgano constructor de las realizaciones que la gente pide, y por ahí pasan las esperanzas de los argentinos. Y hoy debe ser así porque hoy se pelean por ser diputados, ¿debe ser así?. Todos quieren ser diputados y dejan los puestos ejecutivos como puede ser una intendencia importante y sus diferentes órganos para ser diputados. ¿Serán diputados o nos encontraremos que luego de las elecciones también era testimonial eso? En fin, a no confundirse y a recordar esa Eva en los gestos enormes de valentía, de heroicidad como no se ha conocido, no hay en toda América Latina un ejemplo como el de Eva, por lo menos en el siglo XX, como el de Eva Perón. Una mujer que ni siquiera supo quién la operó, quien la intervino quirúrgicamente, el General en búsqueda de salvarle la vida trajo al mejor especialista en cáncer de útero en este caso que Eva Perón sufrió y la llevó definitivamente a la inmortalidad y a la gloria. Pero yo recuerdo sus discursos combativos, estaba en la primera línea y digo más aún: es muy posible que en 1955 no hubiera sido lo que fue si Eva Perón hubiera vivido. Estoy casi seguro que hubiéramos resistido ese golpe maldito, sacrílego, brutal, prepotente que bombardeó y fusiló y que después fueron rápidamente a Uruguay a pedir asilo, ninguno de esos fue juzgado. Los que venimos de esa época, los que conocimos Argentina antes de la década de Juan Perón, podemos dar fe que ese discurso aristocrático, engolosinado, pretendiendo confundir aún más, en algunos casos, a nuestros compañeros hasta analfabetos: “ustedes tienen una pobreza digna”. Carajo, no había mentira más grande que esa, éramos pobres de toda pobreza, y apareció un tipo y una mujer que le hizo pata para crear la dignidad como un bien ganancial de los trabajadores y la presencia en la política y en el Estado ya es una forma permanente y absoluta. Algunas veces con más preponderancia y otras veces con menos, pero no nos van a sacar a los peronistas del cauce de la historia. sible que el ´55 no hubiera sido lo que fue si Eva Perón hubiera vivido” Palabras de Lorenzo Pepe, Sec Gral del Instituto Nacional “Juan Domingo Perón” de Estudios e Investigaciones Históricas, Sociales y Políticas; en el acto de apertura de la Muestra Eva Perón en los libros.

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